Nuestra marcha constante se detiene cuando escucho un gruñido que proviene de mi estómago. El recorrido ha sido largo y aun así seguimos sin llegar al río. La sed me está afectando, aunque nos hayamos alimentado con frutos silvestres, sé que eso no es suficiente. Al no ser una comida pesada el hambre ataca con más insistencia a lo largo del día.
—Necesitamos llegar rápido a alguna fuente de agua —comento con tono desesperado.
—Y encontrar algo más que bayas. El hambre también será un problema en pocas horas.
Desde que nos alejamos de aquel lugar donde pasamos dos noches no hemos visto ni un rastro de fuente alimentaria.
No puedo permitir que la deshidratación y el hambre cause estragos con nosotros. Por eso debemos seguir con la misma rapidez que hasta este momento.
—Avancemos lo más rápido que podamos hasta encontrar algo para comer. Ya estamos cerca del río.
No sé si es cierto, pero necesito creerlo.
Si supiera algo sobre cacería no estaríamos pasando por esto. Tal vez tendríamos más alimentos.
Mientras seguimos avanzando decido pensar en algo más. Al menos podré olvidar las penurias que nos están dificultando el camino. Sin embargo, lo único en lo que puedo pensar es en lo mucho que extraño a mi madre y a Nain. ¿Qué estarán haciendo? ¿Me extrañaran? ¿Pensarán en mí? Sé que son preguntan muy tonta, pero es algo que me ayuda a tener fuerzas. Me dolió un poco la pequeña discusión que tuve con él por el tema de Elif porque sé que él se preocupa por mí, siempre lo ha hecho. Sé lo que hizo por mí cuando todos empezaron a hacerme la vida imposible luego de las burlas de Adriel. Por eso sé que debo disculparme con él y tal vez...
—Cuando me llamaron del instituto Hutcher —Interrumpe mis pensamientos—. Tú fuiste a la primera persona a quien quise decirle. Sé que me odias, pero...
—No te odio. —Me detengo para observarla—. No es que te odie. Es que me dolió ver que un día todos empezaron a hablar sobre algo que le confié a una persona que era importante para ti.
—Te juro que no lo hice.
Creo que tal vez me excedí con mi reacción hacia ella después de todo,
—Lo lamento. No debí reaccionar así. Preferí dejarme llevar por los comentarios. Soy patético.
—No lo eres. —Toma mi mano.
—Sí lo soy. Por eso perdí el mapa. Por eso Lara jugo conmigo. — Suelto con delicadeza su mano—. Por eso no fui lo suficientemente valiente para ponerle un alto a Adriel cuando tuve la oportunidad.
Tomo asiento en el suelo y me deshago de mi mochila.
—Dyunis, no eres un patético ni un tonto. —Se sienta a mi lado y pasa su brazo sobre mis hombros—. Eres asombroso y nada ni nadie cambiará ese hecho. Eres fuerte, inteligente, persistente... Todo eso me gusta de ti.
Volteo para ver su rostro y me doy cuenta de lo cerca que estamos. Trago en seco puedo sentir su respiración. Bajo la vista hasta sus labios y veo una hermosa sonrisa que ha tiempo me dedicaba.
Todas sus palabras me llegaron como una luz que se abre paso ante una inmensa tiniebla. No recordaba la última vez que alguien me había hecho sentir también conmigo mismo. Y en este preciso momento me doy cuenta de que no me imagino lo que falta de travesía sin ella.
Su mano se eleva y acaricia mi mejilla. Ahora más que nunca sé que no quiero que se vuelva a alejar. Ella me ha dado algo que estaba perdiendo por culpa de todo lo que he enfrentado «esperanzas». Y aunque hace una noche me dije que no me podía permitirme este sentimiento, ahora estoy dispuesto estoy a aferrarme sin importa lo que pase.

ESTÁS LEYENDO
Hyelu © [Libro 1]
Novela JuvenilUn lugar mágico, que nadie ha visto, se convierte en el único refugio que tiene Dyunis para escapar de lo difícil que es la vida luego de haber perdido a una de las personas que más ha amado. Las malas experiencias lo lleva a trazar un plan de vida...