Cuatro días tuvieron que pasar para poder sentarme en un lugar seguro y analizar con calma lo que está aconteciendo en mi vida.
Estoy en un parque rodeado de árboles y flores de todos los colores. El movimiento constante de la brisa refresca la atmosfera que se vive aquí y la alegría de los niños que pasan corriendo llena de armonía el lugar. El murmullo de las conversaciones de las personas que caminan a los alrededores es un gran contraste con el susurro de aquellos animales que salen a disfrutar de la calidez del día.
Lara me dijo que puedo contarle todo y me ayudará en lo referente a Hyelu, sin embargo, prefiero hablar primero con alguien más.
—¿Ya dejaron de ser románticas las cartas y por eso me llamas? —es lo primero que dice al contestar.
Luego de que él me enviara esa carta decidí enviarle una de regreso y así nos la pasamos cuando estamos aburridos.
—En realidad, te llamo porque, por más que amé ver tus sentimientos en papel, necesito escuchar tu preciosa y delicada voz —rio mientras se lo digo.
—Ja, ja, ja... —Suelta una carcajada antes de aclarar su garganta—. Bueno, aquí estoy... ¿Para que soy bueno?
—Quiero contarte algo que pasó y necesito que me ayudes.
—¿Qué sucede? ¿Estás bien?
—No es nada grave, no te preocupes. —Tomo una bocanada de aire—. ¿Recuerdas que te comenté haber encontrado un pedazo de mapa con la ubicación de Hyelu luego de aquel recorrido que hice cuando estábamos en el colegio? —espero un momento para estar seguro de que me escucha.
—Claro —confirma muy seguro—. El recorrido que hiciste con Elif.
¿Tenía que recordarme esa parte? Yo sé que ella es su amiga, pero escuchar su nombre produce una carga eléctrica que me recorre por completo.
Suspiro antes de responder.
—Acá encontré las partes faltantes y no sé qué hacer.
—¿Cómo que no sabes qué hacer?
Con mi mano libre, empiezo a jugar con mi pantalón.
—Sí, no sé qué hacer —confieso—. ¿Debo seguir o dejo las cosas como están? A la final puede que me vuelvan a engañar.
Pensé en las posibilidades de que esto solo sea un engaño, no sería la primera vez que me vean la cara de idiota. Aunque, no creo que un profesor se tome tantas molestias para esconder algo que no es cierto y menos si se trata de alguien tan distinguido como él.
—En primer lugar, ¿por qué querías encontrar aquel sitio?
La primera vez que conocí sobre su existencia, fue junto a mi padre. En ese momento quedé fascinado con las imágenes y la historia que se narraba en aquel libro. Recordar sus palabras: «pronto llegará el día en que una persona, la elegida, encontrará el camino correcto que lo lleve a Hyelu...». «Yo tengo la esperanza de que eso pueda suceder...». Puede que no sea lógico, pero ese lugar lo veo como una manera de conectar con él, de tenerlo más cerca.
Lo extraño tanto y me hace tanta falta.
¿Por qué tuvo que pasar eso? ¿Cómo pretendían que un niño entendiera lo que sucedió?
Avanzan los minutos, las horas, las semanas, los meses... los años.
De un día a otro dejé de saber de él. Me cansé de esperarlo en el portal de la casa cada noche. Me cansé de llorar. Me cansé de esperar una respuesta que nunca llegó.
Veo a los demás chicos pasando tiempo con sus padres.... Y yo... Yo solo puedo crear recuerdos de lo que pudimos haber hecho juntos. Todos los días me empeño en recordar su rostro por temor a que pase el tiempo y con él se lleve la imagen de un padre que me amo mucho.

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Hyelu © [Libro 1]
Novela JuvenilUn lugar mágico, que nadie ha visto, se convierte en el único refugio que tiene Dyunis para escapar de lo difícil que es la vida luego de haber perdido a una de las personas que más ha amado. Las malas experiencias lo lleva a trazar un plan de vida...