Las cosas que cambian

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- La señora decidió traerlo aquí luego de que su madre falleció, un año después de que usted se fue al extranjero.

Minho había dejado de masticar las galletas en su boca, su mirada se perdió en algún lugar en frente suyo y sin saber porqué.

Ahora que lo pensaba, había sido muy cruel mencionar a la madre de Jisung la noche anterior. Si, Han Jisung le desagradaba e incluso no le importaba su dolor, pero mencionar y hacer burla de un difunto era algo completamente diferente. Había dicho varias cosas desagradables y ahora se sentía un poco avergonzado de ello.

Al parecer Han Jisung no estaba en su casa porque realmente quisiera, sino porque no tenía a dónde ir.

Minho podía simpatizar un
poco con la situación mediante un conocimiento de segunda mano. Él no sabía el sentimiento de perder a toda su familia, pero si recordaba el sufrimiento y todas las etapas de dolor que pasó su primo mayor cuando perdió a ambos padres en un accidente aéreo cuando sólo era un niño. Recordaba todo el dolor y la soledad en su mirada, el anhelo de volver a ver a unos padres que nunca más lo abrazarían o hablarían con él. Han Jisung debió sentirse igual, completamente solo y esperando escuchar a su madre otra vez, nunca más la abrazaría o hablaría con ella, estaba completamente solo habitando una casa ajena.

Minho sólo podía sentir pena por ambas personas huérfanas, preguntándose el por qué su abuelo no los comprometió a ambos, así sobre llevarían su soledad complementándose el uno al otro.

Qué tragedia la que le tocó para terminar siendo comprometido él y no su primo.

Ante la seriedad en la mirada de Lee Minho, la cocinera que aún tenía mucho que decir estaba incómoda, pensó que el joven amo Lee la estaba juzgando por ser una entrometida en los asuntos ajenos, así que se disculpó:

- Disculpe mi intromisión en los asuntos de su familia, esta sirvienta no lo volverá a hacer.

Minho por fin reaccionó con las disculpas de la cocinera, durante todos esos años de labor la mujer había sido siempre la fuente de los chismes dentro de la casa Lee, pero también era alguien muy responsable y respetuosa, ya que no sacaba nada de la información fuera de las puertas, sólo era una mujer curiosa y experta en dar consejos y también crió de él cuando era niño, así que Minho tenía cierta simpatía con ella y era la única persona con la que más había interactuado a lo largo de su vida.

Ante las disculpas de la mujer Minho movió una mano en el aire expresando que no tenía importancia y tomó otra galleta del paquete para continuar comiendo, pero ante esa acción le llegó otra duda.

- Y a todo eso, ¿Por qué hay galletas compradas aquí en lugar de unas recién horneadas? - para una familia de alto estatus que tenía una chef calificada que se encargaba de la comida, un pastelero experto y una madre que amaba preparar las comidas, pensó que era extraño encontrar unas galletas baratas que fueron compradas en algún supermercado en lugar de unas buenas galletas horneadas.

- Ah, eso- la cocinera continuó con sus deberes pero no tardó en responder-, el joven Han prefiere comprar las galletas, no le gusta molestar en la cocina, aunque por su puesto que no sería una molestia - se apresuró a corregir lo último en vista de qué sus palabras fueran mal interpretadas.

"Entonces, lo que me estoy comiendo son sus galletas..." Pensó Minho llevándose otra galleta a la boca, seguro que él no lo notaría.

Pero para su desgracia, Han Jisung cruzó el umbral de la cocina y ambas miradas chocaron entre sí.

Jisung se había cambiado a una ropa formal y cómoda en colores claros, luciendo igual de atractivo que el día anterior. En cambio, a los ojos de Han Jisung, Minho parecía una fea ardilla con varias nueces en las mejillas por la cantidad de galletas que se había metido a la boca y ahora dejó de masticar por la sorpresa que se llevó al verlo.

El prometido de la familia Lee/MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora