Pastales de rosas

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Estaban las dos mujeres encargadas de preparar las comidas de la familia Lee ocupándose de sus labores alimenticios, y también estaba el joven prometido.

Han Jisung llevaba un delantal blanco y a pesar de los rastros de harina en su bonito rostro y sus manos, y las manchas rojas que decoraban su delantal se veía tan hermoso mientras trabajaba junto a las dos mujeres y reía por los chistes que ellas contaban.

Llevaba buen tiempo enrollando unas suaves masitas de color rosa mientras charlaba. Una vez que terminó su trabajo las puso a cocer al vapor, esperando con ansias el resultado final.

Cuando Minho bajó para desayunar sus padres ya estaban en el comedor y el desayuno ya estaba sobre la mesa, sólo faltaba Jisung.

Minho ocupó su lugar en la mesa y quería preguntar por él cuando  Jisung llegó a la mesa y depositó un platillo lleno de suaves pasteles color rosa.

- Oh, Sungie ,¿tú las preparaste? - preguntó Ye-Jin tomando una de las masitas, tenían una textura tan suave y una apariencia deliciosa que no tardó en probarla - que bien sabe.

- Agradezco a madre por el cumplido -  contestó Jisung con una suave sonrisa en los labios.

Tae-pyung también tomó un par de la bandeja y felicitó a su yerno por su buena cocina, sólo Minho  puso los ojos en blanco y bebió de su café. Pero aquellas golosinas se veían apetitosas y olían tan bien que lo invitaron a tomar uno y probar, su sabor era menos dulce de lo que esperaba y era tan suave como una nube, era demasiado bueno para ser hecho sólo por el doncel.

-¿Y qué es? - preguntó Ye-Jin tomando otro par de la bandeja.

- pasteles de rosa.

Inconscientemente, Minho tomó algunos más llenando su boca como un niño pequeño, eran pocas las veces que los dulces llegaban a gustarle y esta era una de ellas, por lo que lo único que tenía en la mente era no desaprovechar la oportunidad.

Ye-Jin estaba por tomar otro bocadillo pero este fue arrebatado por su hijo, lo dejó pasar y estaba por tomar otro pero también le fue arrebatado. Ella se detuvo a ver a su hijo, tratando de advertir la prisa que llevaba al comer.

- Cariño, come con calma.

Las mejillas de Minho estaban un poco abultadas y no le permitieron hablar limitándose a asentir con la cabeza.

A pesar de su edad, Minho aún era como un niño y había momentos que no se daba cuenta de la actitud infantil que podría tener, esta era una de las veces en las que reaccionó lentamente, dándose cuenta de la cantidad de bocadillos que había tomado del platillo, llenándose las mejillas como una ardilla, pero estaba más avergonzado porque eran los bocadillos que Jisung había preparado.

Lentamente apartó la mano de los pasteles, masticó lentamente y tomó un sorbo de café.

Al ver a su hijo degustar del postre, Ye-Jin esperaba sacar un cumplido al doncel por parte del mismo, así que incitó la idea:

-¿Son muy buenos verdad?

Era muy difícil entender a Lee Minho, un momento odiaba al doncel pero en ocasiones podía alargar sus desempeños, en otras simplemente lo despreciaba, y está vez su respuesta era diferente:

- Muy rico- afirmó Minho.

Jisung no había anticipado esa respuesta y sólo se sorprendió antes de sonreír suavemente y agradeciendo por el cumplido de su prometido.

Recordó cuando Minho llegó a casa había tirado a la basura aquel platillo por el que se esmeró tanto en prepararlo, pero ahora era diferente, y aunque decía que cualquier actitud aprobatoria por parte de Minho ya no debería importarle, lo cierto era que aún le importaba e inconscientemente anhelaba por ello.

El prometido de la familia Lee/MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora