El prometido de la familia Lee/Minsung

El proceso de una boda

Cuando el sol salió por la mañana dos personas dormían muy apegadas ocupando un solo lado de la cama.

Minho rodeaba la delgada cintura del doncel con un brazo y lo apegó aún más cuando el contrario se removió ligeramente tratando de cambiar de posición, al final se acomodó entre los brazos de Minho, pegando el rostro en su pecho.

Podría decirse que era realmente muy cómodo dormir a la compañía y calidez de otra persona, pero los desordenados cabellos del doncel tocaron la nariz de Minho, molestando tanto con una ligera comezón despertarlo. que terminó por despertarlo.

Minho abrió los ojos y lo primero que vió fue al hermoso doncel durmiendo cómodamente entre sus brazos, lo miró un instante admirando la tranquilidad en el rostro ajeno y poco a poco regresó en sí soltando un fuerte grito y empujando a Jisung al otro extremo de la cama, acto que despertó al doncel de sobresalto.

-¡Maldita sea Han Jisung!¡¿ Qué haces en mi cama?!- exclamó Minho 0pññmientras trataba de cubrirse con el suave edredón, sin saber que estaba actuando como una joven adolescente que la noche anterior fue a una fiesta y al día siguiente se despertó desnuda y desflorada  en la cama de un desconocido.

Por la sorpresa que Minho se llevó de ver el rostro del doncel como lo primero al abrir los ojos se había olvidado completamente que él subió por voluntad propia a una cama ajena y se acurrucó con el dueño de la misma entre sus brazos.

Jisung no estaba del todo consciente tras el brusco despertar y lo primero que hizo fue levantarse de la cama y disculparse bastante asustado, también actuando como como el hombre que por ebrio desfloró a la doncella sin estar en todas sus capacidades y que ahora se sentía muy arrepentido por ello:

-¡Lo siento yo... !Un momento- dijo al darse cuenta de que esa era su habitación, llevó la vista hacia Minho y lo analizó para luego voltear a ver los edredones tendidos en el suelo.

Sólo cuando confirmó que estaba en su habitación llevó ambas manos a las caderas con molestia.

- Lee Minho, ésta es mi habitación, tu qué haces en mi cama, se supone que deberías estar durmiendo en el piso como el perro que eres.

- ¿Cómo acabas de llamarme?

- Ups - dijo simulando inocencia con la mirada - se me fueron las palabras, en fin, ¿Qué haces en mi cama?

Minho quería explicarse pero tampoco sabía cómo; decirle al doncel que subió a su cama en busca de compañía debido a la pesadilla que tuvo era algo tonto, optó por no decir nada y dejó la cama.

- Ya me voy, espero no tener que pasar otra noche en tu horrible dormitorio.

-¡Oye! ¡Que esto lo decoró tu madre! exclamó el doncel a espaldas de Minho.

Cuando Minho regresó a su habitación la puerta cedió sin ningún problema, ingresó un poco extrañado y se dejó caer en la cama mientras observaba el techo.

A la hora del desayuno Minho abrazó a su madre y a su padre con un suave saludo de buenos días que fue bien recibido porque ellos realmente lo amaban y adoraban cualquier afecto que su único hijo les fuera a regalar por voluntad propia, pero no sabían ni nunca se enteraron del problema psicológico de aceptación que cargaba consigo desde pequeño. No sabían que el cariño que estaba demostrando era porque tenía la necesidad de cariño y amor por parte de sus padres y todos aquellos que lo rodeaban, no lo sabían y él mismo tampoco lo sabía.

- Cariño - llamó Ye-Jin con una brillante sonrisa en su rostro mientras observaba el itinerario pendiente que tenían para el día -La prueba de vestuario y el pastel fue programado para hoy por la tarde, Sungie y yo vendremos por ti a la hora del  almuerzo.