04: Almas Gemelas

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Adrinette April

El Real Yo

Almas Gemelas

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Desde el momento en que Adrien se enteró que no era un ser humano común y corriente, varias cosas pasaron con su padre, si es que podía seguir llamándolo así, que prácticamente lo mantuvieron cautivo en la mansión.

El hombre estaba completamente arruinado, sin miraculous, solo le quedaba la rabia contenida por no poder volver a la vida a la mujer que amaba. Adrien trató de entenderlo, ella también era una de las mujeres que más amaba, era quien lo creó, era su madre. Pero, poco parecía importarle a un Gabriel Agreste derrotado.

Encerrado en su habitación, no imagino, o quizás sí debió imaginarse que Marinette aparecería en su ventana diciéndole que tenían un plan.

¿Tenían?

Lo entendió cuando Kagami y Marinette aparecieron, al otro día, junto a una mujer de trajes y lentes alargados, que se presentó ante Gabriel Agreste como una de las abogadas de la señora Tomoe Tsurugi y que venía a proponerle un acuerdo.

Adrien no supo a que se debía todo eso, las chicas estaban en su habitación mientras los adultos hablaban sin decirle nada.

Marinette y Kagami jugaban videojuegos mientras las observaba con un tic nervioso, sin aguantar tanta incertidumbre, se puso delante de la pantalla con los brazos extendidos.

—¡Adrien! —protestó Marinette.

—¿Me van a decir que planean?

Kagami dejó el control de la consola sobre el sillón y lo miró.

—Hablé con mi madre de que estabas aburrido de la vida que llevabas y que querías emanciparte —Adrien miró a ambas chicas muy confundido, así que se señaló—. Sí tú, que estabas harto y que no querías modelar más. Que ibas a ir a juicio y que, probablemente, eso dañaría no solo Gabriel sino nuestra empresa también, porque eres rostro de ambas.

—Sigo confundido.

—Cuando le dijimos eso a la señora Tomoe —Marinette tomó la palabra—. Dijo que no podía permitir que se fueran a juicio, ello llamaría la atención de forma negativa y sería muy perjudicial para las empresas, así que dijo que enviaría a su abogada a conversar con tu padre para que esto no llegue a mayores.

—¿No creen que esto pueda perjudicarme? —les dijo—. Mi padre está desquiciado.

—Pero no es tonto —le recordó Kagami, cruzándose de brazos—. Obviamente va a preferir que vivas un poco de libertad, antes de perderlo todo.

Adrien se apretó el labio inferior con los dientes, dubitativo. Tenía miedo de que aquello no saliera bien, pero, si salía bien... ¿significaría que podría salir de la mansión? ¿Hacer una vida lejos de él?

La abogada entró a la habitación junto con Nathalie, ésta solo afirmó con la cabeza haciendo que tanto Kagami como Marinette chocaran manos en el aire.

—Adrien, tu padre quiere hablar contigo, quiere que la señorita Dupain-Cheng te acompañe.

—Entonces, nos retiramos —dijo Kagami, observando a su abogada—. Estamos en contacto.

Ambos se despidieron y luego, siguieron a Nathalie hasta el despacho de Gabriel. Éste estaba mirando el cuadro de Emilie cuando ambos ingresaron, de hecho, por alguna razón, Nathalie permaneció en la oficina, generando que ambos se pusieran en alerta.

—Bien —dijo Gabriel sin mirarlo—. Si quieres libertad, te la daré. Puedes irte de esta casa —pero antes de que Adrien pudiera sentir un mínimo de emoción por aquello. Gabriel continuó—. He hablado con la abogada de la señora Tsurugi y, efectivamente, el techo, comida y lecciones extracurriculares no compensan la sobre explotación de tu rostro que hay a nivel mundial, así que te pagaré dos mil euros por mes, hasta que cumplas la mayoría de edad.

Adrien no parecía tomar en cuenta el valor del dinero, hasta que Marinette tomó la palabra.

—Eso es menos de lo que yo gano trabajando solo los fines de semana con la señora Audrey —le dijo. De hecho, Marinette había empezado con el mínimo, pero actualmente rosaba los tres mil euros debido a lo bien que iba su sección y trabajo de equipo.

—Si Adrien quiere ver la vida, que la vea —dijo Gabriel, finalmente, viéndolo a ambos—. Que vea que la vida de la que su madre y yo siempre le hemos protegido, es dura, agotadora y cada centavo cuenta.

Marinette iba a protestar otra vez, pero Adrien le tomó la mano.

—Está bien —dijo, afirmando—. Aceptaré el trato, padre —dijo, resaltando aquella palabra—. Aceptaré los dos mil euros y saldré de esta casa en cuanto encuentre un lugar.

—Buena suerte con eso —respondió, volviendo a mirar el cuadro.

Ambos salieron de la habitación y en cuanto regresaron a la de Adrien, Marinette explotó en movimientos extraños.

—¿Por qué aceptaste? —protestó—. Prácticamente, tu padre te debe más de los cincuenta mil que te dará en estos dos años, hasta que cumplas dieciocho.

Adrien sonrió y le tomó las manos.

—Se nota que no lo conoces como yo —le dijo, haciendo que lo siguiera hasta el sillón blanco del cuarto—. Los alquileres de mono ambientes son sobre mil euros. Prácticamente me está diciendo "No soportarás la miseria y volverás a tus comodidades"

—¿Y qué harás?

—Buscar un lugar barato, trabajar los fines de semana para pagarle el queso a Plagg —dijo, para ver la reacción de su Kwami que estaba muy silencioso.

—Puedo comer menos —le dijo, apoyándose sobre su hombro. Adrien lo acarició y volvió la vista a Marinette.

—Encontraré la forma, ahora que me han dado esta mano, tanto tú como Kagami, no puedo desperdiciarla.

—Adrien —dijo, abrazándolo. Él la abrazó también—. Te quiero tanto...

—Yo también...

Se mantuvieron un par de minutos abrazados, hasta que Marinette se separó.

—¡Tengo una idea!

—¿Qué vivamos juntos? —Marinette negó con las mejillas alborotadas.

—Mi padre no lo permitiría —le recordó—. Es otra cosa.

—¡Tú dirás!

—¡Mi abuelo! —exclamó, elevando su dedo índice—. Estoy segura que debe conocer lugares en París a módicos precios.

—Tú siempre encontrando la solución a todo —la tomó del rostro y le dio un beso en la frente—. Por eso eres mi alma gemela.

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Y vamos a retomar esto.

Hoy les dejaré los capítulos del 4 al 11.

Espero poder traerle del 15 al 16 mañana 😊

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¡Nos leemos al rato!

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Aquatic~

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