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advertencia:
el siguiente capítulo cuenta con contenido  no apto para todo público, se recomienda discreción.


los labios seguían los suaves movimientos que sus dueños querían, dejándose llevar por el lindo momento de hace unos instantes atrás en donde habían confesado sus honestos sentimientos.

sus pies habían comenzado a moverse lejos de la puerta sin siquiera romper el beso que poco a poco había aumentando de velocidad e intensidad, luego de tanto tiempo estaban en el cielo y ahora ambos caminan de la mano en el mismo sendero rumbo a una verdadera relación.

bendita sea la honestidad.

en un parpadeo ya se encontraban sobre el sofá louis estando sentado encima del regazo ajeno (justo como la primera vez que se besaron.) las manos de harry se movían por la espalda del más pequeño disfrutando al máximo la lucha de lenguas que se estaba llevando a cabo en sus bocas.

— louis...— susurra sobre la piel de su cuello tratando de llamar su atención.— louis...

el contrario se aleja para mirarlo.— ¿qué?

— debemos parar... ahora que podemos.— lo atrae a su pecho y lo abraza.— no quiero que pienses que me aprovecho del momento.

louis aprieta con fuerza la tela de la camiseta de harry, niega. en instantes como esos lo añoraba y lo que menos quería era alejarse pero, ¿cómo decirlo en voz alta? odiaba lo tímido que solía ponerse cuando estaba a punto de tener sexo.

— ¿louis?— susurra cerca de su oído, aquel aliento caliente recorrió su ser llegando de inmediato a su entrepierna, oh mierda.— mírame louis.— susurra luego de levantar su cabeza y notar la mirada desviada.— ¿por qué estás rojito?

— déjame.— murmura alejando su rostro y tapando su entrepierna, no era un adolescente como para excitarse por cualquier cosa.

harry baja su vista hacia el regazo ajeno y una sonrisa aparece en sus labios, malditamente adorable. — ¿quieres que te ayude?

aún sin mirarlo asiente con lentitud, harry sin decir nada levanta su mentón y une una vez más sus labios, lo toma del trasero y se levanta del sofá para caminar hacia su habitación.

tras llegar y colocar a louis enmedio de la cama se aleja para desvestirlo.
segundos bastaron para ser despojado de sus prendas, lentamente deslizaba su ropa por sus extremidades, acariciando en el momento su suave piel, se endereza un poco para apreciarlo y tapa su boca ocultado la enorme sonrisa.

bellísimo.

una completa obra de arte descansaba en su cama, completamente sonrojado, con las piernas entreabiertas y sus manos tapando su ahora dura erección la cual se alzaba orgullosa hacia el techo pidiendo un poco de atención.

— eres hermoso.— murmura quitando también su propia ropa sin apartar la vista del cuerpo frente a él en ningún momento.

la vista que tenía louis no era menos asombrosa, podía admirar como los músculos del rizado se estiraban para desvestirse, como su piel pálida y tonificada era revelada en cada movimiento  y como la mirada hambrienta que le daba lo hacía temblar, sin contar de la enorme erección que también poseía, siendo él el causante de tal reacción.

las pieles volvieron a saludarse cuando el rizado se recostó encima suyo, un beso fue lo que se dieron, no necesitaban palabras para describir lo que haría cada uno.

h acaricia las cortas piernas de arriba a abajo mientras presiona su pene cerca de la entrada ajena, sonríe por el jadeo ajeno y sus besos bajan hasta el cuello del castaño, succionando y lamiendo algunas áreas.

maestro de cocina. →ls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora