maestro de cocina. →ls.

35.

harry sonríe observando como su querido alumno se concentra en la actividad que se encontraba haciendo luego de tanta escritura.
la cual consistía en inventar una receta para cada despojo antes visto.

el chico lo estaba haciendo bastante bien, pues en esos 20 minutos que llevaba escribiendo, no se había quejado ni una vez, ¡aleluya!

incluso el ambiente se sentía sereno, pacífico y bastante extraño, suspira mirando su celular y contesta algunos mensajes de su rubio favorito, arruga su nariz, definitivamente no era bueno para los chistes.

— louis.

— ¿mhm?

— ¿estás enfermo o algo?

— no, ¿por qué?— levanta su cabeza del cuaderno y lo observa con el ceño fruncido.

— pues no estás haciendo ruido.

— eres un idiota.— louis tose para ocultar su risa y niega.— sólo estoy concentrado, ¿quieres oírme hablar?

— sí.

— pues no se me da la gana hacerlo, ahora cállate y déjame trabajar.— vuelve su vista al papel y el lugar de nuevo queda en completo silencio.

habría vuelto a molestarlo, de no ser por el sonido de su celular que pedía atención.

louis siente como el rizado se disculpa y sale de la cocina para contestar.
¿quién era?

¿acaso era ese tal joseph otra vez?

¿o quizás era un mafioso que se disfrazaba de chef para pasar desapercibido y así hacer sus trabajos sucios sin que nadie sospechara y sólo llamaban para confirmar alguna venta de riñones o pulmones?

louis niega, no, demasiada imaginación.

muerde la punta de su pluma y se levanta con cuidado para estirar sus piernas ¡si, eso! se encontraba cansado y merecía un descanso, no es como si fuera a chismear un poco, claro que no.

la pared cerca de donde se encontraba harry hablando se veía muy cómoda, camina y se recarga en ella sonriendo con malicia.

suerte que su profesor no podía verlo, pues de ser así le llamaría la atención por holgazanear.

— ¡si! el chef harry e. styles habla.— puede notar el orgullo con el que esas palabras salen de su boca, hasta louis se siente orgulloso.— fue hace aproximadamente.... 6 meses que mandé los datos que pidieron.— louis abre sus ojos como plato, ¿datos de qué? ¿algo relacionado con la venta de órganos?— no, no ha habido respuesta, de hecho la sigo esperando.— la risita nerviosa de h se escucha segundos después, louis cree morir.

— nah, una persona que vende órganos no ríe así.— susurra para si mismo completamente convencido.

— exacto, de la academia cuisine of taste. — harry vuelve a escucharse y louis reconoce al instante esa escuela de cocina que vio en el periódico hace un tiempo atrás.— así es, como representante, ¿acaso alguien más mandó su información?— se queda en silencio unos segundos y suspira aliviado.— menos mal.... ¡sí! yo espero aquí.

louis estaba más confundido que nunca, ¿de qué se trataba todo eso?

— sigo aquí.... ¿enserio? ¡oh, que felicidad!— se nota lo emocionado que se encontraba.— muchas gracias, señorita.... si, si, yo lo reviso, ¡que tenga un excelente día!

harry cuelga y louis sabe que es momento de huir.

— ¡louis, lo hice!— llega a la cocina observando como el castañito se encuentra sirviéndose un vaso de jugo.