maestro de cocina. →ls.

24.

— "¿te gustaron las pinturas? sé sincero, por favor."— dice louis ingresando al automóvil del rizado, el cual amablemente se había ofrecido a llevarlo.

— "¡me encantaron! pintas fenomenal."— le sonríe encendiendo el auto.— "nunca pensé que se vieran tan hermosas, no me arrepiento de haber posado para ellas."— y arranca manejando directo hacia el departamento de su alumno.

pero ni el mismo harry se atrevió a hablar del pequeño discurso que el más bajo dijo.
aquellas palabras lo había hecho sentir especial, logrando incluso que algo en su interior se activara.

mira al pequeño pintor de reojo y sonríe parando en un semáforo.

— "¿enserio tu mamá no quiso que la llevara a su casa?"— pregunta con una pequeña mueca.

— "no, vino con una amiga, así que ambas iban a quedarse en su casa."

— "vamos mamá, harry nos está esperando.— louis toma la mano de la hermosa mujer mientras le aparta la copa de champán.

— "¡claro que no!"— exclama negando.— "es su momento de pareja y no pienso interrumpir... aparte suzi vino conmigo y seguiremos la fiesta en su casa."

louis suspira y asiente.
— "cuidate mamá, cualquier cosa me llamas, ¿de acuerdo?"

— "si, si, si, no tienes que preocuparte, mejor corre a los brazos de tu hombre."— dice divertida tomando de nuevo la copa y dándole un sorbo.

johannah ebria solía ser un poco boca suelta.

— "¿louis?"— pregunta tocando su hombro.—

— "¿si?"— gira dejando de lado sus recuerdos para centrar su atención en el chico.

— "pregunté por tus amigos, creí que te irías con ellos."

— "ellos querían seguir celebrando en un bar, pero me negué... estoy muy cansando."— suspira frotándose el cuello.

— "seguramente es la edad."— bromea h, siente un pequeño golpe en su brazo y carcajea levemente retomando su manejar al ver el semáforo en verde.

— "cállate, eres más viejo que yo."— cierra sus ojos y recarga su cabeza en el asiento disfrutando la suave brisa entrar por la ventana y golpear su rostro, las noches en portland eran agradables.

— "deberías descansar un poco, te despertaré cuando estemos en tu casa, ¿si?"

louis aún con los ojos cerrados asiente, pues le tomaría la palabra y dormiría unos minutos.

en todo el camino, harry no hizo otra cosa más que admirar el rostro sereno de su alumno, en verdad que era bonito.
15 minutos después el auto se estaciona frente al edificio de apartamentos, apaga el motor y se gira para encararlo.

— "louis."— mueve su hombro ligeramente ganándose un quejido.— "hemos llegado."— mueve su hombro con fuerza recibiendo a un louis sobresaltado y mirando hacia todos lados.— "por fin despiertas."

— "¡me asustaste, idiota!"— se quita el cinturón y lo mira mal.— "gracias por traerme hasta aquí."— susurra dándole una sonrisa y abre la puerta.— "¿qué haces?"

louis pregunta al momento de notar al rizado fuera del auto.

— "te acompañaré, ¿no es obvio?"— cierra el auto y coloca la seguridad mientras ambos caminan hacia la puerta principal.— "¿tus pinturas se venden en alguna subasta?" — pregunta mientras ambos entran al elevador para poder subir al piso correspondiente.

— "si, nos suelen invitar a las subastas que hacen y las personas se llevan las pinturas a su hogar." — explica con una pequeña sonrisa. — "la mitad del dinero es donado a una escuela de arte, en el que soy partícipe y la otra mitad es para nuestros bolsillos."

harry sonríe, pues desconocía esa información, aquel era un gesto lindísimo por parte del más pequeño. — "y yo pensaba que el gran louis tomlinson era todo un pequeño gnomo sin corazón."

louis frunce su ceño y se acerca para golpear su estómago sin mucha fuerza.— "o cállate, tampoco puedo ir por el mundo gritando a los cuatro vientos mis buenas acciones."

el sonido de las puertas abriéndose los hizo volver a reaccionar, ya frente a la puerta louis se gira para encararlo.— "gracias otra vez por traerme... y por acompañarme hasta aquí." 

— "ha sido un placer... gracias por las palabras que dijiste al principio,"— las mejillas del más bajo se tornan de un color rojo intenso, malditamente vergonzoso.

— "n-no fue nada."

ambas miradas se encuentran y la mano del más bajo sube por acto reflejo, tomando de la mejilla del contrario, sonríen.

 el beso que se dan después de eso, seguramente también fue un acto reflejo.

(🥂)

— "no comprendo porque estamos aquí."— liam frunce su ceño acercándose al moreno para poder gritar por encima de la molesta música de aquel bar en donde se encontraban.

— "es para celebrar las obras de louis, obviamente."— zayn rueda los ojos y pide otra cerveza.

— "pero... ¿no se supone que louis tendría que estar aquí?"— vuelve a gritar bastante confundido.

— "bueno si... pero no quiso venir así que estamos celebrando en su lugar."—  le da una sonrisa mientras le ofrece de su bebida, el castaño la acepta y le da un gran sorbo, mira a su alrededor.

—"muchos nos miran."—  el castaño vuelve su vista al más bajo.

—  "somos muy lindos, ¿no es eso razón suficiente?—  carcajea un poco moviendo su mano con desdén.—  "oh vamos sólo diviértete liam, es más, ven vamos a bailar."— dice antes de poder escuchar cualquier otra queja proveniente de él.— "pongamos celosos a varios."

zayn podía ser obstinado, metiche, chismoso, grosero, pero siempre le daba la razón cuando decía cuan hermoso era, suspira y asiente sin replicar, quizás esa noche se dejaría llevar por aquel precioso ser de luz.

deja la cerveza a un lado, lo toma del brazo y lo jala hacia la pista, el ritmo de la música era el apropiado como para bailar cerca y las personas a su alrededor le daban un extra a esa cercanía, tampoco era como si les molestara.

y así pasaron la noche, bebiendo hasta no poder más, bailando hasta que sus pies se cansaron, cantando hasta que su garganta dolió y riendo por el agradable ambiente del momento. si tan solo louis estuviera ahí, se habría divertido como nunca.

o quizás no, siempre hay cosas más interesantes, con cuales te puedes divertir.

(🍒)

¡hola de nuevo bella gente! lamento haber tardado, pero lo prometido es deuda y aquí tienen el otro capítulo.

les dejo un poquito de ziam, porque los amo juntos y un beso larry, esos dos ya necesitan decirse que se aman jajaj.

foto:  Tamara de Lempicka, sus obras son reconocibles a primera vista, la pintora creó un estilo único que influyó con gran potencia a los estilos modernistas venideros, incluyendo el Pop Art y el Comic. durante su juventud y parte de su madurez, sus pinturas alcanzaron un gran reconocimiento; de hecho, fue una de las pocas mujeres que consiguió vivir de su trabajo como artista.

xoxo.