—¡Vamos viejo! Por favor.Un exaltado rubio gritó a todo pulmón, suplicando con sus ojos de borrego que aceptara su socio el cierre de un trato que, vale recalcar, no había iniciado aún.
—Venga ya, te hago un descuento y todo, pero por favor, ¡Comprame ese hotelerucho!
Namjoon, como se llamaba el rubio, movía los brazos exasperado, caminando de aquí para allá en la gran oficina, siendo detenido por un gruñido gutural que hizo que se tensara. Su instinto alfa diciendole que estuviera alerta porque la estaba cagando, y en grande.
Lentamente se giró, quedando frente a unos ojos oscuros, que encerraban enojo y estrés por su insistencia. Vio al azabache frente a él volver a soltar un gruñido, esta vez mas bajo.
—dame una buena razón para comprar ese desorden de hotel —. Su voz salió baja y rasposa, no había dormido en las últimas semanas a causa del trabajo y proyectos por realizar. Tenía el tiempo encima y su estúpido amigo lo estaba cabreando demaciado robando su valioso tiempo de descanso qué eran solo quince minutos.
El rubio comenzó a tartamudear, abriendo y cerrando la boca en señal de que no tenía razones para que su socio comprara ese hotel ubicado en Tailandia; ¿Y quienen su sano juicio compraría un hotel que había sido construido en un suelo no estable?. Es decir, un suelo lodoso y resbaloso que hundía lentamente el hotel, engulléndolo.
¿Para qué comprar eso? Sería un desperdicio de dinero.
Un suspiro agotador salió de sus labios cuando el rubio, derrotado, se sentó frente a su escritorio apoyando la cabeza en señal de que había perdido.
—Es todo, estoy acabado, ¡acabado! Y todo por el maldito arquitecto del demonio. Espero que en tu viaje a la Amazonas se te meta una serpiente bien grande por el cul...
—Sin obsenidades en mi oficina—amenazó el azabache, el insulto quedando a medias; siendo instalado un silencio para nada incómodo.
Aun que el azabache era un cabrón todo el tiempo, no podia negar que le agradaba un poco la compañía de ese idiota.
Se conocían desde que entraron a la universidad para estudiar administración de empresas, compartiendo casi todas las materias.
El rubio se le había acercado para pedirle unos apuntes, puesto que en todas las primeras horas él no estaba presente. Cosa que al principio desagrado bastante a Jeon, quien era bastante perfeccionista, y la "tradansa" o "impuntualidad" sin razon no le gustaba. La verdad no sabe con exactitud cuando comenzaron a ser "amigos".
Namjoon alzó los ojos, conectándolos con los de su socio/amigo, quien lo miro por una fracción de segundos antes de chasquear la lengua y reclinarse hacia atrás, masajeándose la cien y exhalando, mirando al rubio.
—Lo lamentó—Se excusó—. Pero no puedo comprarte ese hotel namjoon, estoy trabajando en un nuevo proyecto que saldrá al aire en dos semanas, y no puedo gastar esa suma que me estás pidiendo porque la necesitaré —. Explicó brevemente, viendo a su amigo asentir sin ganas, dando un pequeño suspiro.
Otro silencio se instaló entre ellos; volviendo a exhalar antes de fijar su mirada en un cuadro en específico de Vincent Van Gogh " la noche estrellada".
intentó mentalmente buscar una solucion para su acompañante, viendo esto nulo en su totalidad.
El comprar de ese terreno no le generaría intereses a la empresa, aparte que sería un gasto innecesario que en estos momentos no puede perder.
Despues de unos cuantos minutos, vio de reojo cómo el rubio se levantaba desganado, arreglándose su traje blanco y dirigiéndose a la puerta, no sin antes decir:
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Jeon Dynasty [ Kooktae ]
Fanfiction"En una sociedad donde lo tradicional sería un alfa macho y una Omega hembra; Taehyung intenta sobrevivir de las injusticias de su país, intentando buscar dinero para pagar sus deuda causa de su padre, estando dispuesto a todo para conseguir dinero...