"25"

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Se despertó con el latir desbocado de su corazón latente en los oídos. Su vista se fijaba en el techo color blanco de su habitación. Su cuerpo estaba completamente entumecido como si un camión le hubiera arrollado.

¿Que le había pasado?

Mientras intentaba levantarse se tocó parte de la cabeza, haciendo una mueca de dolor al sentir punzadas en esta. Su respiración era pesada y tuvo que sostenerse de la esquina de su cama para no caer.

Su pecho subía y bajaba velozmente como si hubiera corrido un maratón, y sentía que el cualquier momento vomitaría toda la cena a causa del malestar que se instaló en su estómago. Sudaba a horrores.

Con una fuerza sobre humana se sentó en la esquina de su cómoda aún aturdido. Su vista era acuosa y no podía enfocar con facilidad, su estómago se revolvió y tuvo que morder de su labio inferior para no derrama todos sus jugos gástricos, más un pequeño chillido salió de su boca al morder estos.

-¿Q-que?-Dijo con la voz rasposa, como si no hubiera probado de agua en días.

Como pudo, se levantó y se dirigió al espejo de cuerpo entero que tenía en la esquina de su habitación. Incluso con los ojos empañados de lágrimas que no salían y un terrible dolor de cabeza, logró notarlos.

-Colmillos.

Unos pequeños pero afilados colmillos sobresalían de sus encías inferiores y superiores asustándolo, pero el terror se instaló en su pecho cuando miró su cara en el espejo.

El latido rápido de su corazón lo aturdo, la habitación daba vueltas y vueltas, más aún así pudo ver cómo sus ojos brillaban en un potente color gris, rayando al blanco. Se asustó tanto que cayó de nuevo al suelo, al lado de su mochila.

-¿Q-que esta pasán-, Trató de formular palabra pero su garganta ardía a horrores.

Las lágrimas salían por si solas de sus ojos, sentía como si estuvieran taladrando partes de su pecho y las punzadas de dolor se hacían más frecuentes.

-Haz que pare, haz que pare, ¡haz que pare! -Le gritaba a su lobo; el cual rasguñaba peor que antes, gruñía y sacaba los dientes.

Su vista se tornaba negra y cada vez cerraba más sus párpados. Su cuerpo se contraía y su mente seguía aturdida. De la nada todo era silencio, un relajante silencio que hacía su piel erizarse.

Y después...se rompió.

Su teléfono comenzó a sonar con aquel molesto sonido que le había puesto. Sus ojos se abrieron de repente, y de la nada, el aturdimiento, el dolor, las ganas de vomitar y el miedo inexplicable en su pecho se fueron. Tomó desesperadamente su mochila y buscó su celular.

La pantalla mostraba una llamada entrante de un número desconocido, y no supo por qué le dio a deslizar el icono verde para contestar.

-Por Dios, pensé que no contestarías.

-¿Jihyo?

El vacío en su pecho y las punzadas nuevamente volvieron, más leves, pero estaban ahí. ¿Que hacía Jihyo llamándole? ¿Por qué llamaba?

-Taehyung no tenemos mucho tiempo-Hablaba en un tono demasiado bajo, pero su oido estaba más agudo para escuchar atentamente.-Necesitó que me ayudes.

Pasó la lengua por sus labios resecos, y sintió a su lobo rasguñar su pecho salvajemente.

-Escucha, tengo poco tiempo.-Se escuchaban algunas voces de fondo, y como la respiración de Jihyo se entrecortaba.-Necesitó que vayas a las afueras  y evites que Jungkook se acueste con Sullyon.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora