"03"

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Cuando su madre partió a su trabajo, sintio la soledad de la casa nuevamente.

Dando algunos pasos hacia la nevera tomo el pomo y abrió esta. Sintiendo él hambre calarle los huesos.

La verdad no tenia deseos de comer los panes tostados con queso que su madre había preparado con anterioridad.

Así que tomando unas cuantas frutas y leche condensada, cerró la nevera en busca de un bol, un cuchillo, una tabla y las frutas.

Pelo, pico y preparó unos trozos de manzana, plátano y fresas con leche condensada; quería quitarse todo lo amargo que había traído de la calle.

Por lo que se dirigió a la sala, sentándose en el sofá de esta y comenzando a comer. Gracias «o desgracia» a que él se había presentado como omega, su familia no tenía una vida llena de lujos como si hubiera nacido alfa. Después de presentarse como tal su padre perdió su trabajo a causa de la vergüenza que le causaba el que todos allí supieran que su primogénito se había presentado como omega.

Tomó una rebanada de banana y se la llevó a la boca, frunciendo el ceño cuando se acordó como su padre llegó hecho furia a la casa después de renunciar.

"¡Todo es tu maldita culpa!"
"¡Ojalá te mueras!"
"¡Que vergüenza que seas mi hijo!"

Ese día le había pegado por primera vez.

Dejando de masticar su fresa intento borrar esos recuerdos del pasado, siendo esto imposible. Sabía que no era su culpa el haberse presentado como omega, él no podía elegir ser alfa.

Y gracias a ese pensamiento no se odiaba por serlo; en realidad, se sentía orgulloso de ser omega, porque así podría demostrar que ningún omega macho debe de rebajarse por simplemente ser quien es. Además de que le encanta ser un rebelde.

Levantó la cabeza cuando oyó el típico sonido de llaves abriendo la puerta, y con total disgusto apartó la mirada.

Un hombre de cabellera negra había entrado, dejando sus viejas sandalias en la puerta mientras se dirigía a la cocina, en su mano izquierda un cigarrillo y en la derecha una gran botella de cerveza.

Taeyong, el nombre de su progenitor, comenzó a buscar con la mirada a su esposa, gritando borracho su nombre, soltando una maldición cuando no la encontró. Se dirigió hacia la sala, buscando el control remoto, deteniéndose cuando vio al pelo plateado tranquilo sentado en el sofá, comiendo con tranquilidad su bol de frutas con leche condensada.

—¿De donde sacaste esa comida?—preguntó hacia el ojigrises; gracias a su agudo olfato el aliento del alfa le llegó a las fosas nasales, haciendo que su nariz se arrugue ante el horrible olor a alcohol y cigarros.

Taehyung solo lo ignoro, tomando con el tenedor un trozo pequeño de manzana, llevándosela a los labios.

El alfa se acercó un poco más, apretando la botella de cerveza.

—Devuelve esa comida a la nevera ahora mismo Taehyung, y mejor ponte a trabajar para ganártela — volvió a repetir el alfa, comenzando a molestarse cuando nuevamente volvió a ser ignorado, sintiendo la sangre comenzar a hervir por el enojo. ¿Quien se creía? —Te estoy hablando, maldición.

—Y yo te estoy ignorando, ¿que no ves? —los ojos grises fueron fijados en los marrones del alfa, observando cómo el cuerpo de este se tensaba en señal de enojo.

El alfa abrió sus fosas nasales mientras inhalaba y exhalaba rápidamente, encabronandoce cuando los ojos del ojigris fueron dirigidos hacia su bol, que ya comenzaba a vaciarse.

El peliplateado podía prevenir la próxima acción de su padre, que sería gritarle, así que inmutándose, volvió a agarrar un trozo de fresa.

—¿¡QUIEN TE CREES TÚ QUE ERES PARA IGNORARME, MAL NACIDO?!— Grito fuertemente, estampando la botella de cerveza en el suelo; esta resquebrajándose gracias al impacto del suelo contra el vidrio.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora