"06"

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Con pereza abrió los ojos, estirandose todavía en la cama, tapando su boca al bostezar.

Vio a su alrededor, encontrándose en su habitación, y en su mente comenzó a maldecir, puesto que no habia ido a pasar la noche con su amigo Hoseok, porque aun que este le hubiera advertiso sobre sus escapadas nocturnas por miedo a pasar algo, le reprochaba esto, pero también agradecia que pudieran hablar.

El alfa siempre estaba ocupado, la universidad donde se habia inscrito era de gran prestigio, por eso pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa y volvia a las diez de la noche, justo la hora en la que el omega se escabullia y salia de la casa, escapando hacia donde él consideraba su luga seguro.

Con pereza tomo su celular, notanto que a penas eran las ocho y media de la mañana. Sus clases comenzaban a las diez, por lo que dandose fuerzas, se levantó de la cama estirándose, yendo hacia el armario para buscar qué ropa deberia de ponerse.

Obto por unos pantalones blancos, una  camisa azul claro con bordes más oscuros, unos zapatos color crema y un chaleco.

No tenía ganas hoy de combinarse correctamente.

Después de dejar la ropa encima de su cama se dispuso a bajar al primer piso, oyendo la televisión encendida en un programa de risa y bromas absurdas, viendo ahí al alfa.

Tenía una camisa dé tirantes malgastada, unos pantalones cortos rotos y el cabello todo desarreglado, bebiendo de su botella cada que tenía la oportunidad.

Ignoró al alfa sentado en el sofá; hoy evitaría a toda costa pelear con él susodicho, aún que no prometía nada. su mañana de cierta forma estaba yendo tranquila.

Se dirigió a la cocina, donde al entrar un rico aroma a jugo de duraznos con pan tostado lo recibió, abriendo su apetito.

—Buenos días Mama—Con un beso en la mejilla la mujer de ojos claros le sonrió; su sonrisa trayéndole de cierta forma tranquilidad a su persona.

—Buenos días mi amor, ¿dormiste bien?—los ojos claros de la mujer volvieron a su tarea, limpiar los platos sucios y hacer el desayuno.

—Si, ¿Y tú? ¿No te molesto ese cochino olor de tu marido?—Tomando un vaso para servirse el jugo las palabras salieron de su boca sin pasar primero por su cabeza.

Él omega se mordió los labios.

Sabía que a su madre no le gustaba que hablaran mal del alfa, porque teniendo aún la razón sobre este, ella le reprochaba.

Escucho el cansado suspiro que salió de los labios de su progenitora, y sintiéndose un poco culpable se acercó, tomando de la isla el jugo de durazno.

—Por favor, Taehyung—Se quejó su madre—No estoy de ánimos para detener una pelea más de ustedes.

El peligris rodó los ojos, dejando el jarrón lleno de jugo en la encimera, tomando con su mano libre un pan tostado, llevándoselo casi de inmediato a la boca.

Por más que le pidiera y le suplicara eso era imposible. El alfa y él siempre chocaban en todo, todo. No había nada que del otro no le molestase.

Era un alfa muy holgazán, que solo se la pasaba de bar en bar y en casa algunas veces. Incluso es raro para el omega que hoy esté aquí.

—¡Soyeon! ¿Porque te tardas tanto? ¡Tráeme mi maldito desayuno!

Taehyung frunció el ceño, la indignación creciendo en su interior cuando vio a su madre hacer lo que le pedía. ¿Quien se creía? Dispuesto a ir a la sala y comenzar otra discusión, los ojos cansados, tristes y suplicantes de su madre retuvieron a su lengua, la cual tenía mucho veneno que soltar.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora