"10"

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El cielo estaba completamente gris.

Las gotas de lluvia caían con gracia sobre la vereda y los árboles a los alrededores.

Pocas personas transitaban en este lugar a la interperie, lleno de árboles y muchas lápidas: El cementerio. No le importaba mojarse y empaparse de esa lluvia fría; tan helada cómo está él en frente de esa lápida color mármol.

Esta está adornada en los bordes por unos diseños chapados en oro puro, y en el centro, más arriba está la foto enmarcada del ya fallecido Gong Yoo.

La foto mostrada en la lápida consistía con este mostrando una gran sonrisa; llevaba una camisa color rosa pastel y el cabello perfectamente peinado.

Al lado de la lápida de mármol descansaban unas rosas blancas y rojas. Estas a pesar de la lluvia se alzaban en una gracia hermosa, yendo en contra de la corriente.

Tal y como él lo hacía...

Arrodillándose frente a su difunto hermano, Jungkook dejó una rosa blanca, cuidando de que está no llegará a ensuciarse con el lodo y la tierra que el viento traía.

Se quedó de cunclillas un buen rato, contemplando la foto.

—Ojalá estuvieras aquí Yoon...—Tragó saliva—.Así ambos arreglaríamos la mierda de aquí.

El cielo bramó muy duro, y se aclaró por unos segundos sobre él. Sus ojos contemplaron el cielo gris nuevamente, las gotas cayendo sobre su rostro, deslizándose hasta su cuello y perdiéndose entre su traje negro el cual no le importó que se mojara.

—Desde que te fuiste las cosas no han resultado bien para nuestra familia...—Otro trueno—Para mi.

Se apartó unos mechones oscuros de su cara, echándoselos hacia atrás, dejando su frente al descubierto con una pequeña cicatriz.

Una risa seca salió de sus garganta, mientras palpaba esta.

—¿Te acuerdas de esto, hermano?—su mirada se posó nuevamente en la lápida.—Nadaste en contra de la corriente Gong Yoo...

Se quedó un rato más, antes de lavantarse y limpiar un poco la lápida con sus manos pálidas y frías.

—Hasta que nos volvamos a ver.

Y con esa sutil despedida se alejó de allí, dejando los remotos recuerdos del pasado enterrados dos metros bajo tierra, junto a su hermano.

Llegó hasta su vehículo y no le importó subirse todo empapado. Su cabello de color carbón caía libremente por su rostro, mientras apoyaba su cabeza en la guantera, inhalando y exhalando con locura.

Hace poco menos de una hora su madre lo había llamado, citándolo en su oficina a las dos de la tarde, hoy, justo hoy.

Encendiendo el auto se dirigió a su destino. Hoy no tenía ganas de ser arisco o siquiera pelear con su madre, para él hoy era un día en donde no sentía nada, nuestro.

La lluvia había aumentado su fuerza, por lo que tuvo que manejar con más cuidado su Mercedes-Benz. Prendiendo el parabrisas para ver mejor, se fijó en la poca gente a su alrededor.

Habían personas atumultadas en algunos locales, otras fuera intentando refugiarse de la fuerte lluvia, y niños con sus capuchas impermeables de diferentes colores saltando en los charcos formados por la brava lluvia, no deteniéndose a pensar siquiera en las demás personas a su alrededor las cuales le encharcaban más los zapatos.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora