"11"

5.2K 528 69
                                    


—Nos veremos en unos días Jungkook

Chocando con la mirada celeste del alfa, él omega se retiró, siguiendo por detrás a la mujer.

No puede ser, no puede ser, ¡no puede ser! Eran las únicas palabras que se repetían en su mente una y otra vez.

Había llegado hace ya tres horas a las instalaciones de Samsung, ¡Samsung! Uno de los conglomerados más prestigiosos a nivel mundial. Jamas pensó estar siquiera a unos kilómetros cerca de ella, ¡Solo la veía por internet!

Pero esa no era la principal razón del porque su corazón latía desbocado y sus manos temblaban, no, la razón estaba en una oficina que había dejado atrás.

Jeon Jungkook

Un alfa exitoso de prestigiosa familia, director del conglomerado de empresas Samsung, Y sobre todo, de buen parecer.

En una biblioteca cercana había investigado más de la familia Jeon, siendo estos exitosos empresarios y modelos de alta casa como Dior, Channel y de la propia marca Sung.

Había recopilado información de ellos y se había aprendido lo básico. Edad, trabajo, cónyuge, hijos etc. Pero hubo uno que le llamó la atención.

En un medio de noticias en línea se reportaba algún insisdente sucedido con Gong Yoo, el hijo mayor de Jeon Naheun. Este había muerto en un accidente automovilístico, pero también hablaban del segundo hijo de Jeon Naheun, el director de Samsung.

Un hombre exitoso de treinta y nueve años, soltero y sin planes de revelar su vida personal a la prensa. Según ese artículo, era un hombre reservado el cual nadie a podido ver su rostro, siquiera tomar una foto de él, habíendo también poca información.

Cuando aceptó la propuesta pensó que tendría que estar con un viejo horrible de canas y cara arrugada como una pasa, un viejo cascarrabias que se le insinuaría lascivamente, haciendo que tomara asco...pero pasó todo lo contrario.

Antes de que entrara él omega estaba ya sentado en uno de los sofás en la esquina de aquella habitación. Había visto algunos cuadros famosos y varios archiveros y un pequeño bar  en la otra esquina, sorprendiéndose al ver los pocos licores que quedaban a medio beber.

Él omega se levantó de inmediato, en cuanto Naheun le hizo una seña para levantarse, habiendo sentido las feromonas cargadas de su hijo. Y cuando entró, sintió su corazón querer salirse de su pecho.

Era un alfa alto, podía decir que de uno ochenta y cinco, tenía hombros anchos y una buena proporción de su cuerpo, ya que los pectorales sobresalían gracias a la camisa mojada que llevaba.

Todavía no había visto su perfil, pero juraba que era atractivo, y no falló cuando el alfa de rulos cabellos se le acercó.

—No sabes lo que has hecho.

¿Cómo?

¿Que no sabía? Estaba de coña, claro que sabía en donde se había metido, ¡se estaba vendiendo! Y aún que fuera por una buena causas, no se le quitaba lo amargo en el pecho.

Cuando levantó el rostro para responder, su cuerpo se tensó y comenzó a temblar.

Era atractivo, sumamente atractivo. Tenía una mandíbula definida y unos pómulos no tan acentuados, su nariz era respingona y sus labios no llegaban a lo exagerado. Sus cejas eran abundantes y sus ojos eran celestes como el cielo.

La mirada tosca que le dió lo hacía temblar, pero también hacía que su lobo se volviera sumiso, bajando las orejas y mostrando la pansa, en señal completa de traición.

¡Estupido pulgoso!

Ese comportamiento era inaceptable, ¡inaceptable! Su lobo siempre había estado a la defensiva con todos, gruñendo salvaje a cualquier alfa que se le acercara. Pero este caso para su sorpresa fue distinto.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora