Capítulo 18

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Helmut ni siquiera pudo ir a trabajar al día siguiente, estaba enfermo por lo que había pasado la velada anterior. No se habría comportado tan mal si James no lo hubiera provocado, no le hubiera herido como lo hizo.

-Tengo jaqueca -le dijo a Angie por teléfono- Si me llama alguien, dile que estaré en la oficina mañana. ¿De acuerdo?

Angie dudó.

-Patty estaba aquí nada más abrir la oficina. Me dijo si sabías que James estaba en la cárcel.

Helmut agarró con fuerza el receptor.

-¿Qué?

-Me dijo que montó un lío anoche y que le dijo a Jake que no se le ocurriera avisarte. Danny tuvo que encerrarlo...Me han dicho que batió el récord de botellas rotas y, para terminar, metió su coche de cabeza en la piscina de Jim Handel.

Helmut cerró los ojos y las lágrimas se deslizaron a través de sus pestañas. Seguramente había sido por su culpa, por la forma en que le había herido.

-¿Está todavía allí?

-No, Patty le sacó y se lo ha llevado a su casa para cuidarle. Debe de estar bastante magullado, pero ella dice que se pondrá bien. Patty pensó que a lo mejor te interesaba saberlo.

-Bueno, pues no. No quiero volver a saber nada de James Barnes en mi vida. Hasta mañana, Angie- terminó de decirle con un sollozo.

Estaba en casa de Patty.

Estaba herido y en casa de Patty.

Ella le estaba cuidando, amándole...       

Helmut estalló en lágrimas.
Tenía que dejar de llorar de alguna manera, pero tenía el corazón roto.
           

       
                                ◆

No desayunó ni almorzó. Aproximadamente a media tarde, oyó el ruido de un coche acercándose.

Miró por la ventana y se quedó helado al ver la furgoneta de Patty aparcada delante de la puerta principal. No quería abrir la puerta. ¡Ni siquiera iba a tener valor para hablar con aquella mujer!

Patty tenía a James ahora, ¿qué más podría querer?

Patty llamó al timbre y Helmut hizo como que no lo oía.

-Helm!-gritó Patty-¡Sé que estás ahí!

-¡Lárgate! Me duele la cabeza y no tengo ganas de hablar contigo. -le contestó

-¡Pues vas a hacerlo! ¿O voy a tener que romper una ventana?

Helmut decidió que otra ventana rota ya era demasiado, así que abrió la puerta de mala gana.

-¿Qué quieres?

-He venido a verte. Angie me dijo que tenías jaqueca y pensé que a lo mejor querías que fuera a la farmacia a por algo...

-Ya tienes bastante con un paciente, ocúpate de él y déjame en paz.

Patty se le acercó, observando detenidamente a su amigo.

-Helm, ¿qué pasa?

Eso fue la gota que colmó el vaso, Helmut se puso a llorar otra vez.

-Oh, Helm... No llores, no puedo soportar verte así –le dijo Patty ayudándolo a sentarse- ¿Qué te pasa? Por favor...

-Nada.

-Nada -dijo Patty mirando al techo- James se mete con el coche en una piscina, Y tú te dedicas a hacer novillos en el trabajo, alegando un dolor de cabeza inexistente, y no pasa nada.

Tal Como EresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora