-Quédate quieto para que no te corte -le dijo volviendo a deslizar la mano bajo el tejido otra vez.
Helmut se sintió tremendamente femenino al ver esa morena mano dentro de su camiseta, y se le quedó mirando como fascinado mientras él manipulaba el anzuelo; James se dio cuenta de esa mirada y se la devolvió.
-¿Por qué no quieres que te toque?
El labio inferior de Helmut tembló un poco.
-Es... es que nadie me ha tocado... de esa forma desde que tenía dieciocho años, James.
-Si hubiera continuado un minuto más, seguro que me habrías dejado hacer más cosas, ¿verdad? -le preguntó él
Helmut se humedeció los labios y sus ojos cafés buscaron los azules de él dubitativamente.
-No creo que hubiera pasado eso.
-¿Y por qué no? Yo soy humano, Helmut. Puedo ser una bestia y estar a medio civilizar, pero soy perfectamente capaz de desear a otra persona.
-¡Oh! Yo no quería decir eso. James tú... ¿tú te has acostado con alguien?
El tiempo parecía haberse detenido entre ellos.
-Sí, aunque las mujeres no me van- le dijo él en broma, pero sin reírse.
-Es que yo nunca he estado en la cama con nadie...-susurró Helmut.
James pareció extrañarse.
-Tienes ya veintiséis años.
Helmut sonrió nerviosamente. El tenerle tan cerca le estaba afectando tremendamente.
-Ya lo sé. ¿Crees que debería inscribirme en el libro Guinness de los récords?
-No si me sigues mirando así.
-Oh, lo siento -le contestó Helmut cuando se dio cuenta de cómo le estaba mirando.
-Me excitas -le dijo el ojiazul volviendo a prestar atención al anzuelo-. Ahora, quieto -le dijo cuando terminó de quitárselo.
-Gracias.
-De nada -le contestó James secamente.
-James, yo no quería decir que... -le dijo, perdiendo el hilo de sus pensamientos cuando le miró a los ojos-. No sabía... no intentaba...
-Déjalo -le contestó James alargándole la cesta de pesca con una cálida e inteligente mirada de comprensión- Hace ya mucho tiempo que no estoy con... Con alguien.-le dijo lentamente- Ha sido un momento como fuera del tiempo, eso es todo. No hay nada que temer.
-Por supuesto -le dijo Helmut, reaccionando y controlando el nerviosismo.
Se había comportado como un jovencito tímido y ahora sabía que, si bien era cierto que James necesitaba lecciones de cómo comportarse, no ocurría lo mismo en cuanto a hacer el amor se refería.
Sabía exactamente que hacer con una pareja.
Desde que conocía a James, nunca había pensado en él como amante, y ahora le era completamente imposible pensar en el ojiazul de otra forma.
Continuaron durante un buen rato hablando de generalidades y, cuando capturaron un buen número de peces, recogieron sus trastos y volvieron a la casa.
-Me lo he pasado muy bien hoy, gracias -le dijo Helmut.
No le apetecía nada el separarse de James, y eso era curioso, ya que en el pasado siempre había querido mantenerse fuera de su vista.
-y yo -le replicó él.

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Tal Como Eres
RomansaEl maleducado granjero James barnes quería aprender buenos modales para así enamorar a... ¿una mujer? y Helmut Zemo era la única persona del pueblo que tenía la suficiente educación como para llevar a cabo ese trabajo. Ningun otro hombre o mujer se...