Maratón: 1/3
* * * * * *
Helmut no volvió a hablar durante el tiempo que permanecieron allí.
Cuando Patty terminó su labor, le faltó tiempo para subirse a la furgoneta.James le intimidaba.
-Has estado muy callado hoy -le dijo Patty cuando se pararon a comer una hamburguesa en un restaurante- ¿Os habéis peleado James y tú o algo así?
-Oh, nada de eso. Nosotros... bueno, lo que pasaba era que no sabía qué decir, eso es todo. No sé mucho acerca de animales.
-Pues a mí me encantan. Desde siempre, La verdad es que no me imagino que pudiera ser otra cosa más que veterinaria.
En ese momento se quedó mirando suspicazmente a Helmut- Hablando de otra cosa, ¿qué estaba pasando en el granero cuando entramos Jake y yo? Estabas muy raro, como nunca te había visto antes. ¿Es que James se pasó?
-Deberías saber, que no hay nada entre James y yo.
Helmut se puso nervioso y tiró de un codazo el refresco, que le cayó encima de su ropa.
Patty salió corriendo a por unas servilletas y Helmut se quedó allí quieto con su ropa hecha un asco, preguntándose si sería muy indigno ponerse a llorar.
El resto del día no le fue mejor.
No vendió nada y lo único que hizo fue acompañar a Patty a ver al abogado. Cuando terminó la jornada, se dio cuenta de que no había pensado ni siquiera en lo que iba a hacer de cena. ¡Y James iba a ir!
Cuando llegó a su casa, se precipitó a la cocina para ver qué tenía. Por suerte, había un pollo en el refrigerador que podía freír y algunas verduras.
Se quitó la ropa, se puso unos vaqueros y una camiseta y comenzó a trabajar. Ni siquiera pensó en James, le ponía excesivamente nervioso.
La situación se había escapado completamente de su control en lo que a James se refería y ya no sabía que hacer. Lo que había empezado como unas sencillas clases de etiqueta ahora prometía convertirse en un tremendo lío si no era capaz de andarse con cuidado.
Pensó que lo que debía ocurrir era que James lo deseaba a él, pero estaba enamorado de Patty.
Lo que lo ponía aún más nervioso era que su instinto de supervivencia no funcionaba en absoluto con James, y cada vez que le veía, todo eso que estaba pensando se esfumaba de su mente como por encanto.
Poco antes de las seis, se probó varias camisas antes de decidirse por una amarilla. Cuando se peinó, se miró al espejo y rogó al cielo que no le pareciera que estaba demasiado arreglado. No había estado tan excitado desde hacía años. ¡Y todo eso por James!
James llegó cinco minutos antes de la hora, justo cuando Helmut había terminado de cocinar el pollo y las verduras. Fue corriendo a la puerta y le recibió con una sonrisa en los labios.
Llevaba uno de los trajes nuevos que le había ayudado a comprarse. Estaba recién afeitado y perfectamente peinado, por lo que se podía adivinar por debajo del sombrero.
-¿Y bien? -le preguntó él impacientemente. Helmut se apartó para dejarle entrar.
-Estás muy guapo.
-Tú también -le contestó él tirando el sombrero sobre una silla.
Después, ambos se dirigieron al comedor, donde ya estaba puesta la mesa, incluyendo té helado en vasos altos.
-Acabo de terminar de hacer la cena -le dijo Helmut- ¿Empezamos?
-Supongo que habrá que hacerlo- Le dijo James con una expresión de deseo en su rostro.
Helmut se quedó de pie al lado de su silla mientras James se sentaba y sacudía la servilleta.
-¡Ejem! -se aclaró la garganta para llamar su atención.
Barnes lo miró.
-¿Qué te pasa en la garganta?
-Estoy esperando a que me ayudes a sentarme.
-Ah, es eso -le contestó él poniéndose en pie y ayudándolo.
Una vez que ambos estuvieron sentados, James murmuró refiriéndose a la cena.
-Esto tiene buena pinta.
-Espero que te guste. Me ha costado mucho trabajo. He estado ocupado toda la tarde.
-Yo también.
-¿Qué tal está tu toro? -le preguntó Helmut acercándole la bandeja de pollo.
-Mejor. Le ha venido bien ese segundo pinchazo. Pobrecillo, lo siento por él.
-Yo creía que lo sentías más por las vacas.
James se lo quedó mirando un instante y luego se sirvió algunas patatas más.
-Deberías venir al prado cuando se recupere.. Aprenderías algunas cosillas.
Helmut casi se tiró encima el vaso de té, echó la cabeza hacia atrás y se empezó a reír a carcajadas.
-¡Eres tremendo!
-Tienes que estar más tiempo con Patty. Te pondría en el buen camino rápidamente. Es una chica muy parecida a mí.
Lo que, probablemente, era cierto, pensó Helmut. Patty le venía como anillo al dedo a James. Él podría desearlo, pero Patty le tenía sorbido el seso y el corazón. ¡Era terrible que lo deseara tan sólo por su cuerpo!
-¿Es que te pongo nervioso, Helmut? -le preguntó cuándo notó su turbación.
-Es que no estoy acostumbrado a recibir a las personas en mi casa.
-Ya se te nota.
Terminaron de comer en silencio. La forma en que James lo miraba lo ponía cada vez más nervioso.
Cuando se levantaron de la mesa, James lo ayudó a llevar los platos a la cocina. No sólo eso, sino que insistió incluso en ayudarlo a fregarlos. Después, los secó sumiéndolo aún más en la confusión.
-Me manejo muy bien en la cocina -le recordó él- Tenía que hacerlo si no quería morirme de hambre. Nunca he tenido a alguien para que me hiciera la comida.
Helmut le miró con curiosidad y él, al darse cuenta de esa mirada, prosiguió:
-De vez en cuando vienen a casa para otras cosas -le dijo suavemente- Soy un hombre y como tal, tengo una serie de necesidades.
El rostro de Helmut se puso rojo y él sonrió. Apartó la mirada, pero le temblaban las manos y le fástidiaba que James se diera cuenta de su turbación.
-Estás bastante verde en esas cosas. No sabes nada respecto a lo que pasa entre los hombres y las mujeres, ¿verdad?
-No soy ningun ignorante-murmuró Helmut.
-No he dicho que lo seas. Simplemente, que eres muy inocente -le dijo él, mientras terminaba de secar el último plato y lo colocaba en la alacena- Eso me gusta. Quiero decir, qué seas así de inocente. Me gusta mucho.
Helmut no podía ni mirarle; lo estaba haciendo sentir tímido y demasiado joven.
-¿Por qué no ha habido nunca un hombre en tu vida?
-Vamos a empezar con tus lecciones de baile. ¿De acuerdo? -empezó a decirle Helmut nerviosamente.
Trató de salir del salón, pero James lo detuvo.
* * * * * *
Hiii!
Bueno, les traigo el maratón que prometí, hasta que vuelva a actualizar (el fin de semana)
Espero les guste♥
Pd: se nos viene el drama, baby's

ESTÁS LEYENDO
Tal Como Eres
RomansaEl maleducado granjero James barnes quería aprender buenos modales para así enamorar a... ¿una mujer? y Helmut Zemo era la única persona del pueblo que tenía la suficiente educación como para llevar a cabo ese trabajo. Ningun otro hombre o mujer se...