I
"Entre a una guarida buscando a lo
que los demás llaman helado y lo que ví
me dejó maravillado".Observé a dos almas compartiendo,
un pedazo de sus vidas y sus tiempos.
Ambas almas se estaban observando,
irradiando su calor entre sus cuerpos.Observé a sus dos corazones latiendo,
sus mejillas con tonos bellos rojizos.
Sentí su armonía como un bello atuendo,
del que cubre tejidos vivos cardiacos.También observé a sus dos almas riendo,
compartieron diálogos como sus secretos.
Sus mejillas y labios se estaban rozando,
con su amor ya avejentado y compartido .II
"A la par pensé, que si tuvieran
una conversación sería".—Si tuviera la habilidad de compartir,
compartiría mis huesos para que
sostengas tu carne, amor. No solo mis
huesos compartiría también mis labios
para que pronuncies tus deseos con la
gravedad de mi voz. Compartiría mis
ojos para que tengas mayor percepción
de nuestro panorama amplio. Compartiría
contigo mi cuerpo diseccionado para que
tuvieras la resistencia de un molde rígido.
Mi habilidad de compartir—será laprueba más transparente de mi amor.
III
"La habilidad de compartir".
Si tan solo tuviéramos
la habilidad de compartir.
No tendríamos miedos,
de dar todo nuestro sentir.
Si tan solo pudiéramos
el tejido cardíaco repartir.
Seríamos genuinamente amados
hasta el fin de nuestro existir.Autor: Alejandro Rodríguez.
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Pensamientos de un joven amante (Vol.I)
PoésieMi espalda se recostaba en la aspereza de un árbol, en la corteza de un ser gigante que sostiene mi espalda adolorida por el peso cargado de mi propio egoísmo. Como si de alguna manera los dedos de mis manos se convirtieran en flores de campos que s...