Las nubes que yacen sobre mi,
con frecuencia pienso que son
felinos gigantes. Me acompañan
durante mis días, con frecuencia
las admiro y hasta podría jurar
que escucho su ronroneo con el
viento en mi rostro. Al alzar mi
mirada miró estómagos de unos
cuántos de cientos de felinos que
se acurrucan en la atmósfera
como si de una cama se tratara.
Es que para mis las nubes son los
felinos que acompañan al cielo y
nos dan el viento como su ronroneo.Autor: Alejandro Rodríguez.
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Pensamientos de un joven amante (Vol.I)
PoesíaMi espalda se recostaba en la aspereza de un árbol, en la corteza de un ser gigante que sostiene mi espalda adolorida por el peso cargado de mi propio egoísmo. Como si de alguna manera los dedos de mis manos se convirtieran en flores de campos que s...