- Sabes Signora, llevo un tiempo manejando los asuntos de esta familia, y como cabeza de la misma, ¿sabes qué es lo más importante cuando estás en mi posición ? -Su tono no variaba, por lo que era complicado deducir a donde se dirigía la conversación.
- ¿ El poder? - Ei puso su mano sobre su barbilla y comenzó a reir de forma tranquila.
- También es importante, pero no, lo más importante es saber diferenciar cuando y quien es de tu propia confianza. - En ese momento Signora comenzó a inquietarse. No le estaba gustando, y mucho menos si aquel rumbo conducía a lo que se imaginaba. Mientras esta estaba en sus pensamientos, Ei había guardado la pistola y sostenía una catana enfundada, la cual desenvainaba y apuntaba hacia la rubia.
- Qué... - Casi no podía hablar. - Tú... - Al pronunciar una sola palabra, el filo de aquella espada cortaba su cuerpo, acertando en la pierna de la mujer de cabello rubio tan solo un poco, pero lo suficiente para hacerla caer al suelo totalmente asustada.
- Si pensabas que él no te traicionaría, estabas muy equivocada. Sabíamos perfectamente que intentabas hacerte con el control de todo. - Ya no había nada que hacer, Ei no sería parada por nada ni por nadie, pero Signora, se aferraba a la vida intentando salir a salvo de aquella situación, la cual, no parecía tener vuelta de hoja.
- Lo juro, si me haces daño, me aseguraré de que tu clan... - Ei seguía apuntándola con su serio e inquebrantable semblante mientras se acercaba lentamente a ella, y esta se alejaba poco a poco de la mujer que en aquel momento se convertia en su verdugo. - Los Fatui se aseguraran de que tu precioso clan... - Seguía amenazándola desesperadamente, cosa que no parecía surtir efecto... - ¡Detente! ¡ Te lo ordeno! - Con su última llama de ira, se levantó he intentó atacar a Ei... -¡ Y a ti! Pero como he podido... - Un corte limpio, y tras este un cuerpo desplomándose, fue el final de Signora también conocida como la 8ª de los Once.
Momentos más tarde una llamada era realizada por quien presidió el acto. Acababa de terminar con la vida de la persona que en su día había terminado con su mejor amiga, su hermana, y la persona a la que amaba. Por fin se había cumplido su venganza, era cierto que no podría recuperar a ninguna de las dos y que su alma no se calmaría, pero al menos había hecho justicia por aquellos que cayeron a sus manos.
Con un simple "limpieza", un grupo se ponía en marcha hacia la habitación y se deshacían de aquel desastre. La policía no movería ni un dedo por atrapar a aquella persona que lo hizo a sus ojos "en defensa propia", esto sería lo que en informe se reflejaría. Por otra parte, en la habitación donde se encontraba Xingqiu acompañado de Kazuha llegaban noticias...
- Todo ha acabado. - Mientras las palabras se transmitían, Xingqiu escuchaba.
- Cómo se encuentran todos. - Preguntaba, aunque realmente de quien quería saber era alguien en concreto.
- Bien, aunque hubo un incidente y Shengyung recibió un tiro. No fue grave, así que está descansando en una de las habitaciones del primer piso. - Tras estas palabras, el joven salía corriendo, dejando a Kazuha solo, el cual continuaba escuchando las palabras de Qi.
- Ya se ha marchado. -
- De acuerdo. Ahora toca terminar de arreglar las cosas para mañana. Ya puedes retirarte, te esperan en la segunda planta, habitación... - mientras estos terminaban la conversación, Xingqiu corría desesperado hacia el ascensor que lo llevara hasta la primera planta y desde allí hasta la habitación. Mediante este bajaba desde la quinta planta, Xingqiu recordaba que no sabía el número exacto, pero estaba seguro de que la puerta estaría vigilada, por lo que no sería un problema realmente.
Mientras tanto en la habitación 110, Kukki se percataba de que Chongyung estuviera bien, y dejaba las lentillas a un lado. Las indicaciones del viejo habían sido claras, primero darle un calmante y segundo dejarlo solo en la habitación. Qi sabía perfectamente como reaccionaría su nieto, era por ello que lo dejó ir, y más después de todo lo pasado. Al menos se merecía aquello.
Una vez que Xingqiu llegaba al piso en cuestión, miraba a ambos lados, observando así una pareja de hombres que conocía. Se trataba de los guardias de su abuelo, y estos se encontraban en la puerta.
- Jefe... - Decía uno de los hombres de confianza sorprendido por ver a Xingqiu en aquel lugar.
- ¿ Dónde está ?- Se notaba angustiado.
- Dentro descansando. - Antes de que pudieran decir nada más, Kukki salía de la habitación, por lo que Xingqiu se sorprendía.
- Ya he terminado mi trabajo aquí, el chico descansa. Yo me marcho, llámame si necesitas algo más. - De esta forma Kukki se marchaba del lugar, dando a entender que era doctora o algo por el estilo. Xingqiu no lo pensó demasiado y simplemtne entró cerrando la puerta tras de si.
Ahí podía verlo tumbado en la cama con unas vendas puestas en su estómago. Por la forma en la que se observaba al joven, este debía estar plácidamente dormido. Xingqiu se acercaba mirando aquella venda. ¿ De verdad estaba bien? ¿Sería así de fácil? . De un momento a otro se dió el valor para tocar la venda de forma superficial, pero tenía miedo, así que enseguida retiró su mano de la misma. Comenzó a subir su mirada hacia el rostro contrario, podía verse tranquilo, como si realmente descansara, cosa que parecía necesitar por las pequeñas ojeras que se podían ver bajo sus ojos. Suspiraba y acariciaba aquel rostro con sus dedos mientras observaba como su cabello que aunque fuera corto, tapaba parte de su frente. Sonreía y recordaba como siempre lo llevaba peinado, tras lo cual usaba su mano para colocarlo, exponiendo cierto detalle del que por alguna razón no se había percatado, y es que era cierto de cada vez que intentaba tocar su cabello, este lo detenía.
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Fanfic ChongyungXingqiu
FanfictionHistoria de mafia, promesas, separación y reencuentros. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hoyoverse.