Capítulo 3.

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- Y... - Por muy poderosa que fuera su opuesta, Yelam no se dejaba amedrentar. Sabía perfectamente que si se había tomado la molestia de buscarla, el asunto era serio, no sería cualquier tontería. - qué trae por aquí a alguien como tú. -

- Directa al grano. - Reía de forma controlada mientras pensaba en sus siguientes movimientos. - Pues como supongo te habrás percatado, necesito tus servicios. - Decía mientras colocaba una foto encima de la mesa de lo que parecía una pintada. - Se trata de uno de nuestros almacenes, donde guardábamos una gran cantidad de mercancía que saldría a la venta el próximo martes. De dicha mercancía obtendríamos una media de cincuenta millones de yenes aproximadamente. Aún no sabemos quienes son, pero al parecer no son novatos como podrían suponer algunos. -

- ¿ Y quieres que los encuentre para? -

- Por el momento solo encuéntralos. - Para ese momento Ninguan se levantaba mientras que Yelam tomaba la documentación y la guardaba en un maletín. Se encargaría del trabajo, pero antes seguiría con un asunto prioritario, pasarlo bien y tomar hasta caer al suelo.

Mientras tanto en otro lugar...

- Mmm... - Se quejaba un joven mientras despertaba, una punzada permanente en su cabeza era demasiado molesta como para seguir soñando.

- ¿ Cómo te sientes ?. - Una voz adulta a la vez que seria le hablaba, mientras que la persona a la que pertenecía la misma acercaba una taza con un líquido que no parecía oler demasiado bien. Al llegar aquel olor a sus fosas nasales, no le agradó, pero fue obligado a tomarlo.

- Agh... - En efecto, el sabor no era demasiado gustoso para él, pero pronto descubriría que ese era el menor de sus males.

- El médico te revisó y no encontró nada malo en ti. Tan solo restos de alguna droga para dormir, la cual no era letal o peligrosa por lo que no tenemos que preocuparnos. -

- Ya veo... - Un sentimiento comenzó a recorrer todo su cuerpo, miedo mezclado con desesperación, un terror mayor a ninguno que hubiera sentido en su corta existencia. - Tia Shenje, ¿ dónde está Xingqiu? - Mientras pronunciaba estas palabaras, giraba su visión hacia la nombrada y su corazón comenzaba a latir mucho más rápido debido al nerviosismo que le provocaba escuchar aquella respuesta.

- Cuando llegué al lugar, te encontré solo. No había rastro de nadie más. - Mientras pronunciaba estas palabras, en su mente se podía ver la escena completa. Aquel chico, aquel gesto, y la frase de que nunca jamás le dijera la verdad. Por ello sus labios estaban sellados, y por ello Chongyung jamás lo escucharía salir de su boca. Mientras tanto, el joven de cabello celeste, agarraba el brazo de su tía, y lloraba. Aquel presentimiento se hizo realidad, aquella persona había desaparecido. Tiempo después, Chongyung quedaría dormido.

A partir de este momento, tristeza albergaba el pasar de su tiempo. Un amor perdido en el pasado que nunca se recuperaría, y una larga espera hasta que aquellos recuerdos no dolieran. Algunas noches serían un tanto tristes y solitarias para ambos, en las cuales se llamaban con lujuria en su mente además de otros sentimientos, pero al final solo el silencio y la soledad los acompañaban.

Xingqiu, era obligado a estudiar en una universidad privada por las mañanas, por las tardes tenía que estar bajo la tutela de su abuelo aprendiendo el negocio y todos sus entrecijos, y sus pocos ratos libres los usaba para descansar y sumerjirse en el placer de la lectura.

Chongyung por su parte, también entró a la universidad, y a su vez era enseñado a pelear por su tia Shenje y Kuki, quienes volcaban toda su sabiduría en cada golpe y en cada balanceo de las distintas armas. Cantidad de golpes y algún que otro corte provocado por las cuchillas, eran el pan de cada día del joven, pero eso no le importaba, si con ello no perdía a nadie más.

Años más tarde, terminaban graduándose a sus 22 años. El ratón de biblioteca pasaba a ser la mano derecha de su abuelo, a meterse de lleno en el negocio familiar, mientras que el otro, comenzaba a tomar pequeños y discretos encargos con el seudónimo de Yung. Ciertamente no era lo que ninguno de los dos había planeado, pero al final no todos los finales pueden ser felices.

- Enhorabuena campeón. - Felicitaba una animada Kukki a un joven Chongyung el día de su graduación. Un abanico muy amplio que acabó por ser el sector de la herbolistería, pues siempre había pensado que le sería muy útil en su campo de trabajo.

- Gracias Kukki. - Decía mientras su mirada vagaba de forma melancólica por el lugar.

- Vamos, anímate. Es hora de ir a por unas cervezas. - Mientras esta colocaba el brazo alrededor del cuello contrario, el joven aprisionado tan solo asentía. En ese momento dejaba atrás sus días de carrera, y también debía despedirse por fin de aquel amor que no pudo ser, y que ahora estaba lejos. Lo único que pedía al cielo, era que allá donde se hallase aquella persona, estuviera bien. Ya no importaba nada más, tenían que vivir su vida, y el estar centrado en la preocupación cuando no se podía hacer nada, no valía la pena. Tenía que seguir, el tiempo no se detenía por nada ni por nadie.

- Chongyung... - Un joven de cabello claro con un mechón rojo saludaba a un ensimismado chico, no se lo parecía pero su mente había estado vagando durante bastante rato. - Me imagino que al menos irás a tomar algo para celebrar que pierdes de vista a la profesora Mary. - Kazuha sonreía de forma dulce y tranquila, a lo que el otro le acompañaba, pues aquella mujer había sido bastante pesada y estricta.

- Si, al igual que a algún que otro compañero. -

- Me lo llevo a tomar unas cervezas, qué tal si te apuntas. - Decía Kukki, esta sabía que si no había alguien más, el joven de cabello celeste no aguantaría ni dos, por lo que había que animarlo un poco. Demonios, era su graduación.

- Eso suena bien. - Y de esta forma, terminaron en un bar con algunos más, entre ellos algunos profesores que si bien pertenecían a otras carreras, se llevaban bien con ciertos alumnos.

- Bueno chicos, antes de empezar, grabaremos algo para el recuerdo. - Decía Kaeya profesor de filología inglesa. Era alguien bastante animado, sobre todo cuando bebía, pero además de inglés conocía varios idiomas entre ellos el del amor, por ello se decía que era un peligro entre las damas aunque, quizás ese rumor estuviera más infundado de lo que muchos creían. - Bien, mirad a cámara, sonreid, decid vuestro nombre y cual es vuestra copa. -


Fanfic ChongyungXingqiuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora