Al día siguiente, Xingqiu salía de la mansión acompañado como siempre por Shengyung, pero esta vez a diferencia de las anteriores, Kazuha los acompañaba, necesitaba comenzar a conocer la ciudad, y el cabeza de familia decidió que los acompañara de forma provisional.
Algunos suspiros se escuchaban por parte de Xingqiu. Era frustrante para él no poder compartir un rato de tranquilidad junto a Shengyung, agarrar su mano y robarle un pequeño beso en algún momento. Es más, su plan de volver más tarde debido a cualquier excusa y así tener intimidad con el otro, se fue al traste.
Una tras otra las reuniones daban lugar en distintas localizaciones. Todo era normal, o al menos eso debería ser. En un instante, sin que nadie fuera capaz de preveerlo, un par de personas con cuchillos intentaron asaltarlos, pero quedó solo en eso, un intento. Cada guardaespaldas inmovilizó a uno. Xingqiu se asombró. Ya lo había visto varias veces, pero no paraba de sorprenderle la habilidad de aquel guardaespaldas que robó su corazón, y si, el otro también lo hizo bien, nada mal, aunque era probable que lo hiciera a menudo.
Tiempo más tarde llegaban a casa tras terminar de todos los asuntos, por lo que Xingqiu automáticamente pidió a Shengyung que lo acompañara con la excusa de que sus hombros dolían. El nombrado tan solo le siguió la corriente, mientras que Kazuha de imprevisto fue llamado por el abuelo de Xingqiu.
Ya en la habitación, comenzaron a abrazarse y besarse mientras echaban el cerrojo. De forma silenciosa se tocaban el uno al otro mientras tenían oportunidad. Minutos más tarde eran interrumpidos y suspiraban por ello, pero no se podía hacer nada, el cabeza de familia los llamaba y no era algo a lo que pudieran decir que no. Algun papeleo extra además de reuniones. Últimamente no se sabía el por qué, pero el trabajo había aumentado de manera considerable, y esto hacía que Xingqiu se enervara, llegando al extremo de querer golpear a más de un cliente, y mucho más cuando se trataba de más de uno a los que les gustaba tratar con él ya que eran viejos verdes. Eran complicados, debido a que les gustaba tocar un poco, pero cuando se pasaban no podía más que pellizcar sus manos, o al menos no hasta ahora, ya que tenía dos guardaespaldas que se encargarían del tema. En ese punto Kazuha resultó ser mucho más capaz que Shengyung en ese aspecto. Era cierto que eran calmados hasta cierto punto, pero digamos que Kazuha superaba al otro en observación, y además acostumbraba a ser un tanto esquivo a la hora de hablar de ciertos asuntos, cosa que en esos momentos le era muy útil.
Mientras estos estaban en sus asuntos, cierta mujer se encargaba de los propios. Un correo con una respuesta no demasiado prometedora la hacía enojar.
- Malditos incompetentes. Jamás debí confiar el asunto a los bajos rangos. - Suspiraba con los nervios crispados mientras se masajeaba el entrecejo debido a la jaqueca que comenzaba a molestarla. - Son todos unos inútiles. -
- Señora... - Uno de los sirvientes se presentaba ante aquella mujer. - La señora Yae Miko acaba de llegar. ¿ La hago pasar ? -
- Si, estaba esperándola de todas formas. -
- Mucho gusto señora Rosalyne. -
- El gusto es mio querida. ¿Ha podido echar un vistazo a la copia que le envié ? -
- Si, no está mal y el sitio me parece más que aceptable, tan solo quería discutir el precio ya que habrá algunos gastos que recortar. -
- Dígame cual es la parte del presupuesto con la que no está de acuerdo, y veremos que se puede hacer. -
- Pues... - La conversación continuó largo y tendido durante al menos unos cuarenta y cinco minutos. Algunos puntos del proyecto fueron expuestos como mejorables y otros se quedaron tal cual. Rosalyne comenzaba a hartarse de todo aquello, pero se decía a si misma que debía aguantar por el bien de su meta. Pronto se haría con el control de la zona comercial y los negocios, por lo que el poder pasaría a sus manos. Ya faltaba menos.
Una vez que Yae salió del lugar, esta mandaba un correo urgente a cierto pelirrojo del que ya no estaba segura si se podía confiar. Después de todo siempre le fue fiel a la Zarina, y aunque no fuera más que un tonto sin mucho cerebro, aún le podría ser útil, pero no sabía hasta que punto.
" Hermanito, espero estés bien...
No voy a poder ir a verte, pero en algún momento te llamaré para una posible cita. Espero que para la fecha estés disponible y sin trabajo a ser posible. "
Ni siquiera se despedía o ponía un nombre que la relacionara. Era preferible eso dando a entender que era algo olvidadiza o que era costumbre no ser tan fraternal. Por su parte el destinatario lo recibía y sonreía. Aquello auguraba diversión. Pronto conmenzaría a mover hilos él también, aunque no tardaría, ya que concertó una cita con cierto moreno implicado en algún que otro suceso.
Días más tarde se podía ver como Xingqiu volvía a ser atacado con el mismo resultado, solo que esta vez digamos que en lugar de dos, una panda completa lo intentaba de forma discreta dentro de un edificio. Para sorpresa de los anteriores, fueron acorralados en un callejón sin salidas visibles, por lo que simplemtne quedaron encerrados y fueron arrestados. En ese punto fue Childe el que se encargó de liberar a los incompetentes y hacerle llegar un mensaje a su compañera en el cual, le daba a entender que cesara su actividad o no podría ayudarla, estaba siendo demasiado obvia.
Rato después se les podía ver al pelirrojo junto con Xingqiu, Kazuha y Shengyung conversando en la mansión del grupo Morax.
- Gracias por el soplo, si no fuera por ti no sabemos que habría pasado. -
- Ni lo menciones, no ha sido nada. - Decía mientras sonreía de forma divertida. Era su forma de mostrarse ante la gente desconocida y así no enseñar su verdadero rostro, aunque en esta ocasión lo cierto era que por dentro se divertía al imaginar el enojo de la otra.
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Fanfic ChongyungXingqiu
FanfictionHistoria de mafia, promesas, separación y reencuentros. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hoyoverse.