XII

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Los días podían ser mejores ahora que el peso de la prueba se había levantado de sus hombros.

Además de sus últimos días de clases, podía dedicar sus tardes completamente a sus propias actividades de forma más regular.

De vez en cuando cuidaba de Luna y Mana, aprendía nuevas recetas, salía a tomar helado con Yuzuha, incluso conoció oficialmente a su otro cuñado, Hakkai. Aunque este último no parecía responder en lo absoluto a su presencia por más que intentara entablar una conversación con él, al menos podía escuchar su voz cuando Mitsuya y Yuzuha estaban presentes.

Podía divertirse como cualquier otra adolecente antes de que su tiempo de preparatoria se agotara e iniciara la temida universidad.

Admitía que estaba nerviosa por lo que podría pasar pero rápidamente empujaba aquellos pensamientos, no podía vivir estresada todo el tiempo.

Había tardes como esas en las que pasaba el tiempo con su novio, Taiju siempre estaba contento de recibir a la (c/c) en su casa. Ambos se acurrucaban en el gran sofá de la sala de estar, mirando sin ningún tipo de interés el televisor, con el peliazul con medio cuerpo recostado en el sofá y sus brazos sosteniendo su cuerpo envuelto en una manta, ella se había hecho una bolita por el frío.

- ¿Estás despierta?- Preguntó el de ojos dorados, moviendo un poco su cabeza para ver el rostro de la chica.

- Uh si...- Murmuró antes de soltar un bostezo.- Perdón pero esto es tan aburrido.

Ella tenía un puchero en sus labios, algo lindo considerando que sus mejillas parecían más hinchadas al solo tener la cabeza descubierta por la manta.

Los ojos de Taiju pasaron al reloj colgado de la pared, notó que no debía faltar mucho tiempo para que la (c/c) tuviese que irse. Creyó que ese era el momento perfecto para poder llevar a cabo su plan.

- Podemos hacer algo más.- Ofreció.

Algo en su tono hizo que la chica arqueara una ceja, no sabía como interpretarlo, solo podía relacionarlo a la forma en la que un niño trataba de ocultar una travesura que había hecho, como si tuviese algo en mente que no tardaría en exponer.

- No voy a leer versículos de la biblia.

(__) había arrugado su naríz en un falso gesto de disgusto, causando una risita en el joven hombre.

- Anda, levántate.- Con un gemido disgustado ella accedió de mala gana, odiaba tener que dejar su refugio seguro que había estado formando en la última media hora. Estaba a punto de volver a sentarse pero fue detenida por la voz de Taiju.- No te sientes.- Hizo un gesto con la mano para que la chica se acercara.- Ven, voy a mostrarte algo.

Ella parpadeó con clara intriga.

- ¿Qué es?- Preguntó.

Él sonreía de forma sospecha, como si estuviera verdaderamente orgulloso de cualquier cosa que hubiese hecho.

- Por favor, dime que no te tatuaste mi nombre o algo así.- Reclamó con claro disgusto.

-¿Por qué no?- Preguntó arqueando una ceja, aprovechó la corta distancia con la chica para atraerla a sus brazos.- Suena como una buena idea.

(__) dio un pequeño golpe con el puño en el pecho del joven, no lo lastimaría pero si podía dejar en claro su descontento.

- Taiju no.

- Taiju sí.

- Voy a terminar contigo.- Amenazó, haciendo un puchero.

El joven revolvió el cabello de la chica con cariño.

Tan Dulce Como La Miel [Taiju Shiba x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora