XIII

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Bien, esto termina aquí...

El otoño había llegado a su fin, el naranja de los paisajes boscosos comenzaría a tornarse de blanco en cualquier momento. Al bajar las temperaturas, las personas cambiaban a ropas más abrigadas para protegerse del frío clima.

- Está helado. - Se quejó la joven peli (c/c).

La joven pareja caminaba uno al lado del otro. La chica tenía capas de ropa exageradamente abrigadas, con un par de mullidas orejeras, guantes y una bufanda además de un pesado abrigo y el resto de ropa que le hacía parecer más pequeña de lo que era.

A pesar de las quejas y los temblores que le causaban estar en el exterior, ella había sido muy insistente a la hora de acompañar a su novio en aquella ocasión. Ese día, Taiju había agendado una reunión con un agente inmobiliario, quería ver algunos pendientes a cerca de aquél local que tanto le interesaba antes de poder cerrar un trato oficialmente.

Desde que el peliazul mostró su proyecto, la chica no había parado de alentarlo y ayudarlo con el proceso. Los dos compartieron ideas, mostraban propuestas e incluso ya habían diseñado un plan para las cosas que podrían hacer que aquél futuro negocio prosperara, habían puesto gran parte de su corazón en ese lugar, querían que ese fuera el trabajo de sus sueños.

Después de aquella asesoría, ambos terminaron por dar unas cuantas vueltas por la ciudad antes de volver a casa. En todo el camino de regreso, la joven mujer continuó haciendo un puchero que provocaba que su nariz roja por el frío se arrugara.

- Te ves como un pez globo. - Se burló Taiju.

(__) le dedicó una mirada de disgusto a su pareja, si sus manos no estuviesen tan ocupadas buscando calor entre sus antebrazos, entonces habría soltado un golpecito al hombro de su acompañante.

Sus ojos (c/o) recorrieron el cuerpo del hombre, celosa de la forma en la que él no parecía tener tanto problema con la temperatura. Su ropa de invierno no parecía ser tan ostentosa como la suya, apenas era cubierto por una chaqueta que mantenía abierta, mostrando en el interior un sweater de cuello de tortuga.

- ¿Por qué no tienes frío? - Reclamó con molestia. Taiju se encogió de hombros solo para sobresaltarse por el toque de la chica, quien comenzó a tocar uno de los bíceps del peliazul por encima de la ropa, palpando los músculos bien trabajados. - Maldita masa de músculos, no es justo.

Taiju se ríe en voz alta y acaricia los mechones (c/c).

A diferencia de ella, que parecía temblar con la más mínima brisa de aire, él podía resistir más las bajas temperaturas, aunque no se sentía orgulloso de aquella vez en la que salió sin camisa de una iglesia en medio de un día nevado en navidad. Justamente en aquella época en la que peleó con sus hermanos.

- No es mi culpa que seas de brazos flácidos.

La mujer dejó salir un jadeo ofendido.

- ¿Me estás diciendo gorda? - Su voz parecía indignada, sin embargo, ambos sabían que todo se trataba de un juego.

- ¿Esos son pendientes nuevos? - Preguntó el joven, señalando con un dedo las orejas de la chica.

Una clara forma de desviar la atención, una gran atrapada por parte de Taiju.

Comprando aquella excusa para soltar una risita, ella asintió con entusiasmo, moviendo un mechón de su cabello y orejeras para mostrar el bonito par de accesorios.

- Si, los compré cuando fui con Yuzuha al centro comercial. - Contestó alegre. - ¿Te gustan?

- Son bonitos. - Halagó, sus labios también se habían convertido en una ligera sonrisa al pensar en su hermana menor y novia pasando tiempo juntas. - Veo que ustedes dos se llevan bien.

Tan Dulce Como La Miel [Taiju Shiba x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora