XI

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Era un día importante, el examen a nivel nacional estaría siendo llevado a cabo en el edificio que estaba frente a ella.

Viajó desde lejos para poder tomar la prueba, pero ahora que se encontraba frente a las puertas de la institución ya ni siquiera estaba segura de poder dar un paso al frente. Algunas personas la veían mientras pasaban, no era de menos ya que solo a ella se le ocurriría petrificarse en medio del camino, pero tampoco podían culparla, sus piernas no le respondían.

Estaba sola en aquél lugar, ni su madre o hermanas le acompañaban, ese era un camino que debía recorrer en solitario.

Un chillido salió de sus labios ante la repentina vibración de su móvil, con cuidado lo sacó del bolsillo de su chaqueta, creyó que se trataría de su madre, pero grata fue su sorpresa al encontrar el nombre de aquél chico en la pantalla.

- ¿Hola? - Murmuró con un hilo de voz.

- ¿Nerviosa?

- Un poco. - Miró a su alrededor, a pesar de que aún era temprano aún había muchos otros estudiantes de su edad tratando de llegar a su aula designada. - Hay mucha gente, no creo lograrlo.

- Oye, tranquila. - Habló suavemente el chico al otro lado de la línea. - Estudiaste mucho para este día, no comiences a flaquear en este momento. - Como única respuesta solo recibió un pequeño quejido, estaba seguro de que si la estuviera viendo frente a frente entonces la vería mordiéndose las uñas de los nervios tal y como hacía cuando su estrés llegaba al tope. - Quisiera estar ahí para poder apoyarte.

- ¿Me darás un beso de buena suerte? - Murmuró ella, tratando de animarse un poco con su usual descaro.

Taiju simplemente rodó los ojos.

- No empieces. - Comentó con el mismo tono de regaño. - Pero si eso es lo que necesitas, lo haría. - Dijo con un tinte de vergüenza en la voz. - Te daría los besos que quisieras solo para calmarte.

Aquellas dulces palabras fueron lo suficiente como para que su agitado corazón se tranquilizara.

- Gracias Tai Tai.

- No hay de qué.

- Te quiero.

No le dejó contestar, estaba tan renovada de energía que apresuró su paso hasta encontrarse en el aula que le asignaron. Había cientos de estudiantes más, pero eso no le importaba en lo absoluto, haría esa prueba y se aseguraría de dar lo mejor de sí, completamente inconsciente de cómo había dejado al chico al otro lado de la línea.

Esa mujer seria su fin, Taiju estaba seguro de ello.

Se suponía que él tenía la intención de tranquilizarla y él terminó más alterado.

"Te quiero"

Palabras tan simples y al mismo tiempo tan lejanas.

Habían pasado años desde la última vez que las escuchó, muy probablemente de su difunta madre antes de partir ya que estaba seguro de que sus hermanos sentirían todo por él menos cariño.

Aunque era incierto si aquél sentimiento seguiría perdurado después de esa noche.

Yuzuha había sido muy directa a la hora de expresar sus preocupaciones por la chica de cabello (c/c). No era de extrañar, después de todo él mismo había provocado aquellas inseguridades con sus antecedentes de violencia.

Debía hablar con ella y decirle la verdad de quien era, sería realmente injusto esconder aquella parte de él, sobre todo cuando parecía estar tan involucrada con Yuzuha.

Se abstuvo de iniciar aquella conversación a pesar de que había hecho una promesa a su hermana y Mitsuya, en un principio quería excusarse con el examen de ingreso a la universidad, no quería añadir más estrés a la ya angustiada chica, sin embargo, él mismo debía admitir que se trataba de una excusa que no duraría mucho tiempo.

Tan Dulce Como La Miel [Taiju Shiba x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora