II

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El sonido de un tatareo desordenado y el de los trastos siendo movidos mientras eran lavados eran lo único que podía escucharse en esa vacía casa. Aunque solo era cuestión de tiempo para que las risas y cantos infantiles de las hermanas menores de su amigo llegasen a alegrar el ambiente.

Todo debía estar listo para que Luna y Mana pasaran la tarde mientras que Takashi podía hacer unos recados con total tranquilidad, un pequeño favor entre amigos.

A pesar de no tener mucha experiencia cuidando niños, (__) sin duda estaba emocionada de poder pasar tiempo con las dos pequeñas, siendo ella la menor de tres hermanas nunca había podido experimentar el poder cuidar de alguien más pequeño que ella.

Cuando el timbre sonó, la (c/c) se apresuró a secarse las manos con la tela del delantal mientras que se lo quitaba y lo dejaba apartado en algún lugar de la cocina. Antes de abrir a sus invitados trató de arreglar un poco su cabello desordenado que había estado siendo apenas sostenido por un descuidado listón, aunque no logró hacer mucho cambio.

Al abrir la puerta se encontró con el chico de cabello lavanda y sus dos hermanitas, quienes no dudaron en abalanzarse a ella para abrazar una de sus piernas cada una.

- Onee-san.

- ¡(__)-Oneesan!

Cantaron las infantes mientras cada una revoloteaba enérgicamente al lado de la adolescente.

- Hola niñas. - Saludó afectuosa la adolescente, dando un par de palmaditas a las cabezas de ambas con cuidado de no desordenar sus peinados.

- Oigan, no sean tan rudas con (__). - Pidió Takashi en tono amable a las dos menores, sin embargo, estas le ignoraron y salieron corriendo a la sala de la casa apenas dejaron sus zapatos en la entrada, él suspiró y terminó dando una mirada de disculpa a su amiga por la actitud de sus hermanas. - Lo siento, estaban muy emocionadas cuando les dije que se quedarían un rato en tu casa.

- No te preocupes.- Contestó haciendo un gesto con la mano.- Yo también estaba muy feliz de que ellas pudiesen venir, tengo algo especial para ellas en la cocina.

El chico del pendiente frunció el entrecejo, mostrando claro disgusto por aquella declaración.

- Por favor, no vayas a darle muchos dulces a mis hermanas.- Suplicó.

- No es para tanto, solo quiero una opinión honesta de un comensal.- Respondió con una sonrisa rebosante de alegría.- Además, las niñas adoran mis experimentos.- Exclamó orgullosa de sí misma, hinchando su pecho con clara soberbia.

- Ellas aman cualquier cosa que tenga azúcar.- Murmuró, rompiendo la burbuja de su amiga.

En un exagerado gesto la joven llevó una mano a su corazón, como si esas palabras se tratasen de una bala le atravesó el pecho, su rostro mostrando una dramática expresión de dolor.

- Realmente me estás lastimando, Taka-chi.- Su mala actuación no duró mucho, ya que una risita se escapó de sus labios. - Mira lo tarde que es, debes apúrate. - Con cuidado, ella dio un par de palmaditas en el hombro de su amigo.

Mitsuya solo asintió, antes de mirar por encima del hombro de (__) el interior de la residencia, desde su posición eran perfectamente visibles el cómo sus dos hermanitas jugaban en el sofá.

- Ustedes dos, sean amables con (__) y su familia.- Exclamó una advertencia a sus hermanas menores antes de volver a centrarse en la chica frente a él.- Gracias por todo, vuelvo antes de la cena.

Ambos se despidieron con una amable sonrisa, sin mucho más que decir.

- Salúdame a Hakkai.- Exclamó la (c/c) antes de cerrar la puerta con una risita. Caminando por la sala se encontró con Luna y Mana dibujando con crayones y hojas que había colocado ahí para ellas, aunque era la hora de juegos, la (c/c) debía admitir que estaba deseosa de poder servir su creación. - Bien niñas ¿Quién quiere una merienda? - Ofreció con entusiasmo.

Tan Dulce Como La Miel [Taiju Shiba x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora