CAPÍTULO 23

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DARYL

Era un día lluvioso. Por la mañana había recibido un mensaje de Beth, en el que me decía que volverían esa misma noche a España. Yo les respondí que me había encantado conocerlos y esperaba verlos otro día.

Ya el cielo cubierto de nubes y con la Luna liderando el cielo, la lluvia caía fuertemente en los cristales de la librería de Carter.

Volví a soltar un libro y busqué a mi amigo que ordenada el dinero en la caja registradora.

-¿Falta mucho? -pregunté cansado después de toda la tarde que le estuve ayudando.

Al día siguiente, se iría de viaje con Liv y me pidió ayuda para dejar el negocio ordenado. No pude negarme, tampoco es que tuviese algún plan especial.

De repente, su móvil comenzó a sonar.

-Ahora vuelvo. -se disculpó y entró al almacén donde no podía escucharlo.

En muy poco tiempo, salió un poco preocupado. O bloqueado.

-¿Quién era? -pregunté curioso.

-Eh, era Liv. -contestó inseguro. -Está nerviosa haciendo la maleta... Si quieres puedes subir y descansar, ya me encargo yo de las últimas cajas.

Acaté sus órdenes. Subí por las escaleras y pasé el tiempo en mi sección favorita, la de fantasía. Aunque como la tenía tan estudiada, di un paseo por las otras. Románticas, de terror, eróticas... La campana de la librería sonó, me pareció raro. ¿Quién iba un día de Navidad por la noche lloviendo a una librería?

Decidí ignorar al visitante y seguí centrado en mirar libros. Pero el ruido de unos pasos bruscos subiendo las escaleras llamaron la atención, y cuando menos me lo esperé, vi a alguien. Morgan estaba al principio del pasillo, con unos metros que nos separaban. Respiraba rápidamente como si hubiese venido corriendo y estaba toda empapada, desde el pelo hasta la ropa. Además, se le notaba con frío, ya que tiritaba.

-Mira que eres propensa a resfriarte. -reí.

Ella ignoró mi comentario. E hizo todo lo contrario a lo que unos meses atrás hubiese esperado que hiciese.

Con una decisión, recorrió todo el pasillo acortando la distancia que nos separaba. Fue tan rápido que ni siquiera me di cuenta en el momento exacto que me alcanzó, me agarró el cuello de la camiseta para que me agachase y estampó sus labios con los míos.

Me besó. Morgan Preston, la chica por la que tenía innumerables sentimientos me estaba besando. Y yo era el tío más feliz del mundo.

A decir verdad, internamente estaba gritando.

Se separó, alejando nuestros cuerpos unos centímetros. Fue la primera vez que me dejó literalmente sin palabras. Ella seguía con la respiración acelerada y mi pulso al mismo tiempo pasó a mil.

-¿No vas a decir nada? -preguntó angustiada, con expresión de inseguridad.

Alargó las mangas de su chaqueta para cubrir sus manos heladas y siguió allí encogida esperando una respuesta. ¿Y qué quería que le dijese? Estaba flipando, como cuando aprobaba matemáticas en el instituto, era imposible de explicar.

Morgan Preston era todo un cajón de sorpresas. Y me encantó la sorpresa de ese día, tanto para repetirla mil veces.

-Joder, ¿Jane no te habrá dado de su vodka no? -bromeé para sacarle una sonrisa.

-Vete a la mierda. -se giró indignada.

Antes de que estuviese lejos de mi alcance, la agarré de la cintura para aproximar su cuerpo al mío. Quedamos enfrentados, ambos pegados y entre nuestros labios solo había milímetros de separación.

Todo el tiempo que viví sin ti [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora