Death Note: ¡One shots, y más!

Light; "Señor Yagami"

"¡¿Cuantas veces tengo que repetírtelo?! Tienes que mejorar, es ahora o nunca [T/N]" tu madre dejo caer abruptamente los libros, sobre la mesa.
"Ya no puedes seguir bajando tus calificaciones"
Esta vez se paró frente a ti.
No quedaba más que ceder, ya te habían amenazado con quitarte el teléfono.
"¡Ahh! Bien, habla a ese tipo... realmente no importa ya"
"Te va a ayudar mucho, vas a verlo. Es de los mejores estudiantes de Japón, debes adaptarte a nuestro nuevo hogar, aprende algo [T/N]" apenas y logró sonreírte.

"Si tanto te agrada porque no lo adoptas"
Musitaste en voz baja, ganándote un portazo de tu mamá.
Pero al menos ya estabas segura, ya no había nadie en tu habitación.
"Me pregunto...¿cómo será?"

Después de unos días, al fin era el momento de recibirlo. Un estudiante modelo que estaba haciendo unas prácticas para un evento escolar, consistía en asistir a otros alumnos de grados menores.
En cualquier materia que se les dificulte, claro.
Bien dicen que solo sabes que has entendido, cuando puedes explicar todo de forma sencilla.

Light Yagami, su nombre brillaba.
No confiabas totalmente en las descripciones de tus compañeras, las que habían interactuado con el, quedaron completamente flechadas.

No imaginabas que tan ideal sería.
Pero había algo más, si Light era seguido por cada chica que conocía, lo más probable es que no le interesara ninguna de ellas.
Tampoco es que te interesara, ¡solo estamos analizando los hechos!

Con todo el movimiento de los últimos días, te habían obligado a lavarte hasta donde no.
Te aseguraste de vestir con la ropa más cómoda y decente visualmente, que pudieras encontrar en tu "guardarropas".
Cuando estabas satisfecha, bajaste a esperar en la cocina.
Y por supuesto, llegó unos minutos antes.
Quien atendió la puerta fuiste tú.
Al abrirla, casi dejas caer al suelo tu mandíbula.
Tragaste saliva, mirando hacia arriba, un chico de pelo castaño oscuro.
Estaba sonriendo de forma amigable, y al verte se encorvó. Que vergüenza, era mas alto de lo que pensaste.
"Buenas tardes. ¿[T/N] [T/A], me equivoco?"
"Si, un gusto Light... ¿Light senpai?"
Formaste una mueca de asco, aun no te sentías tan ciudadana como para recordar bien que significaba ese término, apenas llegaste a Japón ese mismo año.
Observaste su pecho detenerse, apretó los labios y parecía retener una risa.
"Oh, es cierto. Acabas de mudarte" miro al interior de tu casa, en ese momento recordaste porque estaban conversando ahí.
"¡Adelante!" Te hiciste a un lado.
"Buenas tardes Yagami, veo que llegaste más temprano. Pueden pasar al cuarto de [T/N]"
En cualquier otra situación, te habrías quedado muertisima al escuchar esa frase.
Pero no, ni el mismísimo modelo de estudiante japonés, iba a tomarte por sorpresa.

Tu cuarto estaba inmaculado, limpiaste cada milimétrico espacio.
Al entrar, el olor a vainilla te recordó que eres una persona responsable, que claramente limpia su cuarto un día antes de la visita.

"Veo que ambientaste" señaló, al mismo tiempo terminaba con una angelical risa.
"Si, soy una persona responsable"
Comentaste, sarcásticamente.
"Empecemos con lo más difícil. Así nos relajaremos más al final"
La típica, empezar en lo que más odiabas.
Malditas matemáticas.
Bajaste la cabeza, mientras colocabas tu libro de problemas algebraicos, sobre el escritorio.
Al parecer el lo notó, pues al minuto siguiente, te sonrió exagerando mientras comenzaba a explicar.

"En la otra actividad, solo debes checar los signos... signos iguales dan positivo, signos contrarios, dan negativo"
Comenzó a anotar la regla a un lado de tu cuaderno.
"Lo dejaré ahí, si lo olvidas regresa a esta página"
Era increíble lo servicial que podía ser.
"Bien..." tomaste el lápiz de su mano.
"Intenta hacer estos, sola"
Nerviosamente, fuiste rellenando las respuestas que considerabas correctas.
Todo era mentalmente.
"No remarques tanto, si te confundes será difícil borrar" su voz era firme, pero intentaba sonar como un maestro "buena onda".
"Oh cierto, lo había olvidado"
Te recargaste sobre el escritorio, mientras forzabas al máximo tu mente.
"Eso es, si te detengo es que has fallado una, ¿lo tienes?"
"Claro..."
[...]