Death Note: ¡One shots, y más!

Elle Lawliet; ¿Qué significa amar?

Personaje: L
Recomendación: Leer imaginando la voz de Lawliet,
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"¿Como me siento respectó a ti?"

En aquel momento, cuando me preguntaste las cosas de la forma más directa, no lo esperaba.
Me petrifiqué, sin mentira alguna, no sabía armar las palabras adecuadas en mi maqueta emocional.
Que si, sabía que estaba enamorado, y estoy, de ti.
Pero era una contradicción terrible a todo mi ser.
Solía pensar...que solo era un humano de instinto.
Que si tenía hambre, pues comía.
Que si tenía sed, pues bebería.
Que si un día fuera a morir, sentiría miedo.
Pero tu llegada a mi vida, me golpeó como una bola de plomo de mil toneladas.
Si, tal vez porque cuando nos conocimos, me dijiste que podías tronar mi espalda, que lo necesitaba y tal...
No imaginé en que momento ya estabas detrás de mi, empujando mi columna al menos tres veces, torciéndola.
Aunque me dolió, después sentí alivio.
No fue una buena primera impresión, pero al irte conociendo más, note pequeños detalles.
Cómo que siempre decías un comentario muy dulce o muy agrio, para intentar callar a Aizawa y a Yagami(padre), cuando no estaban de acuerdo conmigo.
O más bien, cuando en un acto de ignorancia hacia la evidencias, decían que Light no era Kira.
Nunca lo dijiste, pero siempre estuviste de mi lado.
Podía sentir tu sonrisa, cuando encontrábamos pruebas. Claro que también sentía la mueca de Light, o tal vez estaba alucinando. Si, puede ser. Eran las ganas de atraparlo, aún sueño con que me estrangula.
Siempre fuiste tan dulce, al menos conmigo.
Volviendo atrás, a ese momento en el que diste palmadas en mi cabeza.

Jamás me habían tratado así, siendo conscientes de que yo soy L.

Incluso, palparme la cabeza, era un acto inimaginable. A ese punto, diría que solo Watari habría tocado mi pelo.

Pero sentir tu mano, de forma tan casual, me hizo mirarte de forma distinta.
"Amigos."
Sentí mi pecho detenerse, "oh diablos, ¡un ataque al corazón!"
No, era esa sensación apretaba que tenía cada vez que algo era ajeno para mi. Siempre me angustio al descubrir que no entiendo algo. Volviendo al tema,
antes no me importaban los amigos; "Para que tener mil amigos traicioneros, si puedo tener uno infinitamente leal"
Watari, claro.
Y nunca necesité a nadie más.

Por eso mismo, nunca vino a mi una sensación de querer más. De querer levantar mi trasero, y llevarme a mi mismo a una habitación con luces multicolores, gente semidesnuda, alcohol, ruidosa música, e idiotas del tipo ignorantes.

Pero al verte era distinto, cuando no había una platica entre ambos, cuando el silencio era normativo de nuestra convivencia, sentía esa picosa necesidad de hablar. De decir algo, maldición di algo.
Pero al instante me mirabas.
"Ya acabé aquí, Ryuzaki, ¿quieres más café antes de seguir en lo tuyo?"
Tu voz era suave. Cuando estábamos solos, esa suave voz me acariciaba. En más de una ocasión, me imaginé siendo abrazado por ti. Recargando mi cabeza en tu hombro, tal vez oliéndote por mera curiosidad. O por que soy un pervertido, según Misa.

Pero claro, en lugar de hacer eso, te miraba todos y cada uno de los días, clavando mis ojos en los tuyos, y sin pestañear.

Al tiempo dejabas de mirarme, creo que esperabas ignorarme a ver si hacía lo mismo, muy lista.
La cosa es que nunca hacía lo mismo, seguía mirándote. Me rio interiormente, imagino tus pensamientos chocando unos con otros, seguro pensabas que estaba teniendo ideas súper complicadas, o calculando tu porcentaje de ser Kira o un ayudante.

Pero no, solo te seguía mirando para hacerte pensar todo eso.
Vaya, ni siquiera tenía sentido verte.
Pero lo hice todo por diversión.

Porque soy egoísta.

Muchas veces, escogí tener conversaciones contigo, aunque tuviera que seguir en el caso Kira.
Después de todo, una platica sin sentido de dos idiotas, es más interesante que un caso en el que nadie te apoya.