Una Segunda Oportunidad || CD EC

• 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚅𝙸 •

Todo parecía extraño, aunque la pelirroja estaba con personas nuevas se sentía cómoda y tranquila, como si se encontrara con los Weasley.

Se encontraba subiendo por las escaleras hasta que vio una cuadro con birretes que le llamo la atención.

—¿Enserio? — preguntó con una sonrisa.

—Si, es una broma, muchas graduaciones, de mis hermanos yo aún no tengo ninguna — respondió Edward.

Ambos caminaban hasta que llegaron a una habitación la cual Lily dedujo que era la de Edward.

Miró todo a su alrededor percatandose de cada detalle, no había cama pero si un pequeño sofá, había cuadros, libros y demasiados discos.

—¿Te gusta mucho la música?

—Si, después de irme ya no pude jugar quiddich, así que me dedique a escuchar música, otro pasatiempo — explicó el cobrizo.

—Y, ¿has traído a Bella aquí? — cuestionó Lily mientras miraba los discos.

—No, ella nunca a venido a mí casa, ni siquiera conoce a mis padres, soy muy reservado.

—¿Debo sentirme especial? — pregunto la pelirroja mientras lo miraba con una sonrisa en los labios.

El cobrizo sonrió también, pero no por la pregunta sino por la sonrisa de ella, habían pasado años de la última vez que la había hecho sonreí, y hacerlo ahora era como un logro para él.

—De hecho si, principalmente por Rosalie, ella no es muy amistosa con los humanos, eres la primera y me atrevo a decir que la única — dijo Edward.

Lily sonrió y asintió mientras tomaba otro disco, el cobrizo se alteró un poco al ver como ella lo abrió. Al hacerlo dentro encontró la foto de ellos dos en el baile de navidad.

Una vez más su corazón palpito rápido, los nervios aumentaron.

—Ah yo... Esa foto... — intentaba explicar —. Quería tener algo para recordarte, así que tomé esa foto y la tengo para verla cada vez que te extraño.

Ella sonrió con ternura, él no la había olvidado al igual que ella a él.

—Yo también tengo esto — dijo mostrado el collar que colgaba de su cuello —. Es algo muy especial para mí y nunca me lo he quitado más que para bañarme.

Edward sonrió mirando como los ojos de ella brillaban mientras daba esa explicación, una idea pasó por su mente mientras miraba la ventana abierta frente a él.

—Después de que yo me fui, ¿seguiste jugando quiddich? — cuestionó el cobrizo con una sonrisa juguetona.

—Claro, siempre me a gustado el quiddich — respondió Lily con una sonrisa.

—Eso significa que aún te gusta la velocidad y la adrenalina — hablo Edward mientras se acercaba a ella.

—¿Por qué preguntas?

—Solo responde, por favor.

—Claro, aún me encanta, ¿por qué? — cuestionó pero no hubo respuesta.

Edward la tomó por sorpresa a velocidad sobrenatural la coloco en su espalda mientras él brincaba hacia un árbol, Lily soltó un pequeño grito, pues no se esperaba tal acción.

—Sujetate bien, pequeña leona — habló el cobrizo refiriéndose a su casa en Hogwarts.

Lily se aferro a Edward mientras el brincaba de árbol en árbol, hasta que se detuvo en uno y comenzó a subir por este, hasta que llegaron a lo más alto, el cobrizo la bajó y la coloco sobre una rama mientras él se colocaba a un lado de ella.