• 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝚇𝚇𝚅 •

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Lily despertó dándose cuenta que su esposo no estaba a su lado, se levantó de la cama y se puso una blusa con un short, camino hacia la cocina donde encontró una nota sobre la mesa.

Me fui de cacería, regresaré antes de que despiertes.

Te amo.
Edward.

—Ya es tarde — susurro ella dejando la hoja a un lado y acercándose al refrigerador.

Busco algo para cocinar y encontró unas piezas de pollo por lo que las saco y también saco jugo de naranja con un frasco de mantequilla de maní.

Comenzó a freír las piezas de pollo mientras metía la cuchara con mantequilla a su boca, por alguna extraña razón había amanecido con antojo de algo dulce, pero también tenía hambre.

Cuando el pollo estuvo listo, dejo todo a un lado y sirvió el pollo en un plato, con un movimiento de varita hizo que todos los utensilios utilizados comenzarán a lavarse por si mismo.

Comenzó a comer su comida y a tomar el jugo, pero algo no estaba bien, su estómago no estaba bien.

Sintió como su estómago comenzaba a gruñir y a moverse, las náuseas aparecieron, dejo caer la pieza de pollo en el plato e inmediatamente corrió hacia el baño. No podía aparecer y enserio vomitaria.

Llegó hasta este y se hinco a un lado de la taza, subiendo la tapa y comenzando a vomitar, se sentía fatal. Pasaron unos cinco minutos cuando una voz se escucho.

—Lily — hablo Edward estando fuera del baño.

La pelirroja lo miro e inmediatamente tiro de la cadena y bajo la tapa de la taza, le daba vergüenza que su esposo la viera en ese estado.

—No vayas a entrar — murmuro ella mientras se sentaba sobre la taza del baño —. No quiero que veas esto.

Pero el cobrizo ignoro las palabras de su esposa y entró al baño acercándose a ella e hincandose frente a Lily.

—En la salud y en la enfermedad — hablo él haciéndole recordar sus votos matrimoniales.

—Debió haber sido el pollo — murmuro ella —. O comer dulce con salado — el cobrizo sonrió ante las palabras de su esposa —. ¿Me das mi bolsa? — señaló ella pues había llevado pastillas para el malestar.

Edward se levantó y tomó la bolsa que estaba sobre un mueble y la coloco en el suelo frente a Lily para después hincarse de nuevo.

>Gracias — susurro ella.

Tomo su bolso para buscar el medicamento pero vio que estaban las toallas por lo que comenzó a pensar quitando su vista de la bolsa y mirando hacia la nada llamando la atención de Edward.

—¿Qué ocurre? — cuestionó el cobrizo.

Lily se puso de pie y se alejo de su esposo para pensar sobre lo que estaba pasando.

—¿Hace cuantos días que fue la boda? — preguntó ella.

—14, ¿por qué? — hablo Edward mientras se ponía de pie y se acercaba a su esposa.

Lily aun tenia la mirada perdida pues lo que estaba ocurriendo no era para nada normal.

>¿Vas a decirme que ocurre? — volvió a preguntar el cobrizo al ver a su esposa con la mirada perdida y seria.

—Estoy retrasada, no he menstruado — respondió ella mientras comenzaba a caminar para la cocina por una vaso de agua.

Hasta que se detuvo frente a un espejo de cuerpo completo donde pudo notar que había un bulto en su estómago.

Una Segunda Oportunidad || CD ECDonde viven las historias. Descúbrelo ahora