Nuestro amor - Kookmin

Capítulo 5

JUNGKOOK POV

Sentía que mi cabeza iba a estallar. Definitivamente ya había dejado atrás mis años de beber sin control. Lo peor era saber que no habían sido más que dos copas de tequila. Se dice que el whisky no deja resaca. Definitivamente debería pasarme al whisky.

El olor del café colándose en la habitación me invadió y amé a Jimin un poco más por saber que lo había hecho especialmente para mí.

Me levanté y me fui a la ducha, que me recuperó un poco. Cuando salí del baño escuché mi teléfono móvil pitar por estar agotando la carga de la batería. Busqué en el cajón de mi mesita de noche un cargador para conectarlo, pero éste no estaba allí, por lo que fui a buscarlo en la mesita de Jimin.

Abrí el cajón y allí, sobre todo lo demás había una libreta abierta con una tabla de anotaciones. La levanté para ver de qué se trataba y tuve que sentarme en la cama cuando sentí como si un puño estuviese estrujando mi garganta.

Eran los números de Jimin. Estaban las fechas de los últimos meses, día por día había números que iban del 36.0 al 37.0. Me había informado lo suficiente sobre embarazo y concepción como para saber que me encontraba frente a un cuadro de la temperatura basal de Jimin. No sabía que estaba llevando el control y me sentí traicionado por el hecho de que no me lo hubiera dicho.

Pero sin dudas lo peor fue ver que en la fecha correspondiente al día anterior había una anotación que decía "Fértil".

Había estado lo suficientemente borracho como para no darme cuenta de que me había incitado a hacer el amor haciéndome, además, colocarme encima suyo.

Me había engañado, Jimin me había engañado. Habíamos hablado de esperar, de dejarlo estar y él había accedido a dejar de obsesionarse. Me sentí ultrajado. No podía pensar. Quería entender su comportamiento pero en este momento no podía.

Me vestí con lo primero que encontré y bajé. Cuando entré en la cocina lo vi, de espaldas a mí preparaba huevos revueltos. Me escuchó entrar y me echó una mirada por sobre el hombro mientras servía los huevos en un plato.

— Buenos días, cariño — me saludó. — He preparado café. Bien cargado. Lo necesitarás — dijo sonriendo.

No pude contestar y se giró hacia mí dejando el plato sobre la isla de la cocina.

— También te he preparado huevos — dijo suavemente mirándome especulativo. — Las proteínas te harán bien. Pasa algo, Jungkook? — preguntó con preocupación frente a mi rostro serio.

— Dímelo tú — dije y tiré la libreta sobre la isla, abierta frente a él. — Qué es esto, Jimin?

Su rostro palideció cuando cogió la libreta y la miró. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Explícamelo — exigí apoyando mis puños sobre la superficie de la isla mientras él se sentaba en uno de los taburetes. — QUÉ ES ESTO? — gruñí.

— Sabes lo que es — susurró y las primeras lágrimas borronearon los números.

— Creí que habíamos quedado en dejarlo correr.

— Lo siento.

— Es todo lo que vas a decir? — dije molesto. — Dónde se supone que entro yo en la concepción de un hijo?

Me miró extrañado como intentando entender mis palabras.

— Te da igual, verdad? No importa lo que yo quiera. Para ti basta con que tú desees embarazarte.