Capítulo 12

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JUNGKOOK POV

La había jodido y bien. Cuando creía que las cosas con Jimin se estaban encarrilando yo la había jodido por confiar en Ziyi y no respetar los miedos de Jimin. Yo, que no podía mantenerme alejado de mi esposo, no hacía más que fastidiarlo todo, y esta vez más que nunca.

Hola, Jungkook — me saludó Ziyi cuando entré en mi despacho. — Lo siento, no sabía que Jimin seguía aquí.

— Por qué lo haces, Ziyi? — pregunté. — Por qué vienes a verme cuando crees que Jimin no está?

— No quiero causarte problemas. Sé que a tu esposo le molesta nuestra relación y no quiero causarte problemas con él. Pero la verdad es que no quiero perder tu amistad.

— Te das cuenta que lo haces ver como si fuera una relación clandestina? Qué crees que pensará mi esposo si ve que intentamos ocultarle que nos vemos? — dije con rabia injustificada, ya que sabía que el culpable era yo y nadie más

— Y tú por qué se lo ocultas? — señaló con razón. — Imagino que si tú no se lo dices por algo será.

— No sé por qué lo hago. Supongo que porque no quiero herirlo. Lo siento, Ziyi, pero a Jimin le duele nuestra amistad así que tendremos que dejarla — expliqué y se echó en mis brazos sollozando.

— No, Jungkook, por favor. No me dejes ahora, de verdad que estoy muy sola.

— Ziyi, no puedo jugarme mi matrimonio. Es lo único que me importa — dije alejándola de mí.

— Por favor, Jungkook, no sabes lo mal que estoy. Necesito hablarlo con alguien, no imaginas lo que me está haciendo Ji Yang — sollozó.

Se sentó en el sofá llorando y me senté a su lado después de servirle un trago del whisky que guardábamos para las reuniones con los clientes.

Estaba completamente angustiada.

Ji Yang había contratado todo un bufete de abogados para probar que Ziyi se había casado con Yizhou por su dinero. Buscaba demostrar que la fortuna de éste, la había conseguido antes de ningún tipo de relación con ella por lo que quería quitarle todas las acciones de la empresa. Ella estaba muy acongojada y estuvo casi dos horas explicándome toda la situación con lujo de detalles.

No supe en qué momento se había ido Jimin ya que no pasó por mi despacho para despedirse, pero realmente no había esperado que lo hiciera.

Cuando llevaba dos horas sentado junto a Ziyi que bebía whisky sin control, mi teléfono móvil sonó indicando la llegada de un mensaje.

"Me voy con Jung Min a Busan" me informaba Jimin conciso.

Lo llamé al momento.

— Qué? — contestó con tono molesto.

— Cómo que te vas? Jimin, por favor, no hagas tonterías.

— No son tonterías. Jung Min tiene ganas de ver a sus abuelos y yo quiero ver a mis padres.

— Jimin... — pedí. — Yo mañana tengo una reunión en Incheon. No puedo ir con vosotros.

— No te he pedido que vengas — aclaró aunque no hacía falta.

— Déjalo para el próximo fin de semana y podremos ir juntos.

— Ya hemos salido.

— Estás conduciendo? — pregunté sorprendido.

— Sí. Jung Min dile adiós a papá — dijo a mi hijo que me saludó a través del manos libres del coche. — Volveremos el domingo por la noche — colgó sin darme tiempo a decir nada más.

Bufé exasperado y me serví un whisky que acabé de un trago.

— Problemas? — preguntó Ziyi, de quien ya había olvidado su presencia.

— Jimin se fue.

— Te dejó? — preguntó con un tono que sonaba esperanzado.

— Se ha ido a pasar el fin de semana con su familia — expliqué. — Es tarde, Ziyi, debo irme.

Me levanté de mi asiento.

— No sé si podré conducir — confesó. — He bebido demasiado.

— Vamos — dije. — Te llevaré a casa.

Cogí las llaves de mi coche y salimos. Estaba furioso. Furioso con Jimin y furioso conmigo mismo por haber sido el promotor de esta situación.

Aparqué frente al edificio de Ziyi y la ayudé a bajar.

— Quédate a cenar — me invitó.

— Tengo que irme, Ziyi.

— Cenemos juntos — repitió. — Al fin y al cabo nadie te espera en casa y yo no estoy de ánimos para quedarme sola.

Accedí. Ziyi sacó lasaña del congelador y la puso al microondas mientras me pasaba una botella de vino para descorchar.

La cena fue amena. Ziyi era bastante ocurrente y divertida y cuando nos dimos cuenta era medianoche e íbamos por la tercera botella de vino.

— Tengo que irme — dije levantándome del sofá y la habitación dio vueltas a mi alrededor.

— Puedes quedarte. Tengo una habitación de invitados — sonrió.

— No creo que sea una buena idea.

— Y yo no creo que sea una buena idea que conduzcas a esta hora y en este estado. Venga ya, Jungkook, no voy a violarte — sonrió y se levantó saliendo del salón.

Cuando volvió me entregó un juego de toallas y un albornoz.

Ven — dijo tirando de mi mano y acompañándome por el pasillo hasta la tercera puerta. — Esta es tu habitación. La mía es la del final — dijo señalando la última puerta. — Hasta mañana. Que descanses — se despidió dejando un beso en mi mejilla

Entré en la habitación y pasé directamente al baño que había al otro lado del vestidor. Enjuagué mi boca lavándome los dientes con un cepillo nuevo que había allí y me tiré agua sobre el rostro para intentar aclararme.

Estaba bastante mareado y me dormí al instante de apoyar la cabeza en la almohada.

En el sopor de mi borrachera soñé con Jimin. Estaba desnudo en mi cama acariciando mi flácido miembro que se endurecía entre sus manos. Su boca bajaba hacia mí hasta que sus labios rodeaban la cabeza de mi pene.

— Minie... — gemía entre sueños mientras follaba su boca húmeda y caliente.

Un ronco gemido me sacó de mi letargo y lentamente fui emergiendo entre sueños. Poco a poco caí en cuenta de que no estaba soñando.

Allí, desnuda sobre mí, Ziyi me hacía una mamada.

Bueno Jungkook no es Jungkook si no la vive cagando, que creen que hará ahora sin Jimin en la ciudad y con Ziyi encima de él dispuesta a todo. Hagan sus apuestas yo las leo.

Nos leemos... Cuídense mucho... Besitos...

Nuestro amor - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora