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Mis ideas no son muy buenas, de eso estoy más que claro.

Pero la única opción que tengo es hacerle caso a mis no muy buenas ideas, es eso, o quedarme de brazos cruzados.

Y exactamente es eso lo que estoy haciendo ahora mismo mientras trato de correr sin sentir que voy a terminar siendo tragado por la arena, hay detalles como este que mi cerebro no piensa al momento de idear algo.

Solo me dediqué a correr lo más rápido que mis piernas podían, ignorando la presencia del cansancio haciéndose presente, miré de reojo sobre mi hombro teniendo la esperanza de que Mark hubiera dejado de perseguirme, pero todo lo contrario a eso, estaba mucho más cerca.

Obligue a mis piernas a aumentar la velocidad, pero al ver una bajada sin saber en donde terminaria trate de detener mi velocidad y desviarme, pero ni siquiera alcance a el sentir alivio de haberme detenido antes de caer, porque en pocos segundos sentí como un brazo casi me sacaba el cuello a la vez que me empujaba haciéndome caer hacia la bajada, sentí duramente el golpe contra la arena mezclada con piedrecillas impactar fuertemente en mi estómago mientras rodaba tratando de proteger mi rostro, pero aún así me rehusaba a soltar la mochila sujetándola lo más fuerte que podía.

Cuando mi cuerpo se detuvo solo me quedé acostado unos segundos tratando de recomponerme, porque sentí como si mi alma hubiera salido de mi cuerpo y recién estuviera llegando de vuelta hacia mí.

—¡Joder!.

Escuchar aquel susurro y recordar la situación más que era lo que estaba pasando, hizo que me sentara de una sola vez poniendo atención al chico que estaba solo un poco más alejado, él se sentó y a penas lo hizo me miró directamente, luego miró la mochila que estaba a mi lado.

Reaccione rápido y la agarre mientras me levantaba para comenzar a correr otra vez, pero ni siquiera alcance a correr un metro cuando volví a sentir que me lanzaban sobre la arena.

—¿¡Qué mierda te crees!?. - me gritó antes de darme un golpe.

Tosí un poco ignorando el dolor en mi mejilla y me defendí dándole como pude un golpe en la nariz sacándolo sobre mi. —¡Calmate!.

Carcajeó sacando la mano de su nariz viendo sangre mientras se levantaba. —¿Que me calme?, Bien. - suspiró mirando a otra parte, así que yo me levanté poniendo una mano en mis hombros, me dolían.

No alcance a reaccionar cuando desprevenido me llego un fuerte golpe en la nariz. —¿¡Qué te pasa!?. - caminé hacía él enojado tomándolo bruscamente de su camisa.

Levantó sus manos en señal de paz mientras una sonrisa se formaba en su cara. —Estoy calmado, eso querías.

Cerré los ojos tratando de calmarme y lo solté empujándolo. —Estamos a mano. - respondí entre dientes sintiendo la sangre bajar por mi nariz, recogí mi mochila del suelo para buscar confort y cubrir el orificio nasal.

Luego volví a mirar a Mark, pero para este instante lo único que alzaba a ver era su espalda alejándose, fruncí el ceño y corrí a su lado. —¿A dónde vas?.

—A cualquier parte que esté lejos de tí. - respondió sin mirarme.

Reí. —No me gusta decirlo, pero creo que en estas circunstancias, es mejor ser dos que ser uno.

—Te dije que ni en el infierno me gustaría encontrarme contigo, ¿que te hace pensar que me quedaré contigo ahora?.

—El instinto de supervivencia. - me encogí de hombros.

—Habla más para ti mismo. - arqueó una ceja. —Yo puedo sobrevivir solo.

—Esa no te la crees ni tú.

Fuego bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora