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Mientras la profesora explicaba el porqué siempre tenemos que ser solidarios y dar sin esperar nada a cambio, yo estaba en mi celular sin prestar atención, aquella viejita siempre decía lo mismo todas las clases, no entiendo como no se cansaba de ello.

Encuentro que es tan ridículo que alguien te de algo cambió sin esperar nada, cuando en realidad siempre se espera algo, lo descubres cuando te pide algo y no quieres hacer lo que te pide, se ofende, entonces, ¿Por qué se ofende si no espero nada?.

Esta clase, siempre es el momento para perder el tiempo y hacer lo que queremos en silencio, las chicas se maquillaban, mientras algunos dormían o jugaban en línea, y otros veían redes sociales. Suspiré aburrido viendo como mis dos amigos estaban dormidos, pero el sonido de la puerta abriéndose hizo que mi mirada se enfocara allí para seguidamente ver al chico que estuvo desaparecido casi toda la mañana.

—Deberías aprender a disimular los ojos. - suspiré viendo como se sentaba delante de mí, él se sentó de lado dejando el bolso desordenadamente sobre la mesa.

—El rojo me viene bien. - los abrió demás.

Reí y le pegue en la nuca sin consideración. —Como sea, ¿Dónde estabas?.

Apretó los labios y la diversión se le fue del rostro. —Ya sabes.

Asentí sintiéndome un poco incómodo, tenía razón, no debí haber preguntado. —¿Qué es eso?.

—Lo que me pediste. - dejo los tarros en mi mesa.

—Compré de distintos colores por si las moscas.

Bufe. —Te dije que compraras solo rojos.

—Me entra por una oreja y me sale por la otra. - se encogió de hombros. —Estaba apurado y lo hice solo porque alcance, tampoco pidas mucho.

—Bien. - tome los tarros y los guarde en mi mochila.

—Como bonus, también compre bromas. - me las mostró. —A estos dos les vendría bien una lección, míralos hasta hilo de saliva tienen.

Mire a Jeno fijándome en él más detenidamente, arrugue mi rostro porque efectivamente tenía un hilo de saliva recorriendo su barbilla.

—Porque me miras. - murmuró aún con los ojos cerrados.

—Porque te ves de la vergx.

Se levantó bostezando. —El sueño estaba rico. - sonrió pícaro.

—¡¡Ustedes tres!!. - la profesora nos apuntó. —¡Estoy intentando hacer la clase!, ¡cállense o los mandaré a dirección!.

Le sonreí falso. —Perdón profesora.

—Si, es que estábamos debatiendo del tema. - apoyo.

Ella solo se volteó y siguió sentada recitando un par de cosas del libro.

—Vieja de mierda. - murmuró.

—Shh. - puso el dedo en sus labios. —Chenle, te puede oír, la señora será vieja pero siempre escucha todo.

Le encontré la razón a Jeno.

—Le acabas de decir "vieja" también. - arqueó una ceja.

Frunció el ceño. —Es natural, no me culpes.

—Entonces no me calles.

—Que agresivooo. - rodó los ojos.

Carcajee despacio al ver como los dos comenzaban a discutir, miré a Jisung quien no se había dado cuenta de nada al seguir dormido, pero el sonido del timbre hizo que este se removiera así que despertará pronto.

Fuego bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora