10.- Entrega

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Jinhwan no estaba del todo seguro porqué le había contado toda su historia a June, tal vez era el alcohol, o quizá porque era la primera vez que encontraba a alguien tan diferente y sobrenatural como él mismo, no lo sabía

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Jinhwan no estaba del todo seguro porqué le había contado toda su historia a June, tal vez era el alcohol, o quizá porque era la primera vez que encontraba a alguien tan diferente y sobrenatural como él mismo, no lo sabía.

La historia fluyó sola, y conforme lo hacía Jinhwan se sentía mejor, se sentía menos solo al compartir con alguien más toda aquella locura. Y en todo momento el pelinegro lo miró de forma comprensiva, incluso tomó su mano en la parte más difícil de narrar.

—Lo siento, te he contado toda mi novela. Podemos culpar al vino si quieres.

June sonrió también.

—Está bien, en realidad me ha gustado mucho escucharte. Te agradezco haberlo compartido conmigo.

Ambos se quedaron mirando en un silencio cómodo, una sonrisa ligera en sus rostros. Aquel ambiente se rompió con un suspiro algo pesado del más alto, Jinhwan se percató de cómo la mirada violeta se apagaba un poco.

—Tiene sentido, ustedes los hermanos mayores tienen esa extraña característica de querer sacrificarse por otros.

Jinhwan ladeó la cabeza en un gesto más bien inconsciente mientras intentaba comprender las palabras de June, era claro que allí había algo más.

—¿Un sacrificio? No, no lo veo así, es más bien como una entrega, una entrega voluntaria para poder proteger a quienes amamos.

June lo miró algo sorprendido, sus ojos recuperaron un poco de su brillo normal y parecía a punto de decir algo cuando desvió la vista hacia la puerta.

—Tal vez más adelante te cuente mi propia historia, me gustaría hacerlo, pero creo que por esta noche ya no hay tiempo.

Antes de que pudiera preguntarle a qué se refería se escuchó que tocaban a la puerta.

—Son mis hyungs —afirmó June, poniéndose de pie.

Jinhwan se apresuró a seguirlo, por algunos momentos temió que la criatura solo se marcharía con ellos y ya.

No bien abrieron la puerta el primero en entrar fue Bobby, con su habitual energía se acercó para abrazar con cuidado a Jinhwan antes de tomarlo por los hombros y revisarlo con la vista.

—¿Cómo está nuestra pequeña hada? ¿No te hizo nada malo nuestro June?

El peliblanco no pudo evitar reír ante la impetuosidad del contrario, en definitiva no podía imaginar a un vampiro como él.

—¿Pequeña hada? —preguntó, levantando una ceja.

—Sí, con tu tamaño, tu olor dulce y tu cabello blanco, pareces un hada.

Jinhwan no pudo contener su sonrisa ante aquello, lo habían comparado varias veces con un ángel pero jamás con esas pequeñas criaturas mitológicas. Infló las mejillas con un puchero.

—Está bien que sea pequeño, pero no tanto como para ser un hada, ellas tienen ¿qué? como trece centímetros.

—Pues por eso —rio Bobby.

Jinhwan rio también, aunque negó con la cabeza, era difícil enojarse con la alegría que expresaba, ni hablar de tenerle miedo. Contrario a él, el otro vampiro de mirada ceñuda y actitud seria, sí que lo atemorizaba un poco, fue justamente él quien se acercó una vez que Bobby fue a hablar y revisar a June.

—¿En serio estás bien, él no volvió a morderte o algo?

BI se había colocado a su lado, mirando a la otra pareja; no lo tocó y tampoco lo miró directo, aún así un escalofrío recorrió a Jinhwan por su cercanía.

—Sí, lo estoy. Solo estuvimos platicando, de hecho mis hermanos vinieron también así que no estuvimos solos.

No sabía por qué explicaba aquello, como si se estuviera justificando. BI lo ponía algo nervioso, el vampiro asintió como si estuviera calibrando sus palabras.

—Te confesaré una cosa, para este punto yo ya habría recomendado que June se alejara de ti, que te borráramos la memoria para que no pudieras recordar que alguna vez nos viste y que sabes lo que somos.

—¿Por qué? De todas formas no le diría a nadie lo que son, y aunque lo hiciera nadie me creería.

—Te equivocas, no lo digo porque seas un peligro, al contrario.

—No lo entiendo.

Claro que lo hacía, pero no quería aceptarlo, por alguna razón no quería que June se alejara de él así tan pronto, y menos con esa posibilidad de nunca poder recordarlo, de no saber que alguien más conocía su historia.

—Jay, nosotros somos depredadores, tú eres una presa, y una especialmente tentadora —ignoró el estremecimiento del peliblanco—. Es peligroso para ti. Sin embargo...

BI dejó la frase al aire, al grado que Jinhwan no pudo con la curiosidad.

—¿Qué?

—Es June, desde que lo encontramos no lo había visto así, se veía como apagado hasta antes de conocerte.

El mencionado estaba, justamente, jugando con Bobby en aquel momento, intentando atraparlo en una llave de la que el más bajo escapaba sin aparente dificultad, ambos sonreían en medio de su juego.

—Creo que eres bueno para él, que te necesita.

Gran parte del miedo y la incomodidad de Jinhwan se evaporaron mientras su atención se centraba en el otro. Solo asintió, aceptando aquello, no sabía qué tan bueno era para el otro, pero desde que lo vio bajo la lluvia lo vio tan necesitado, que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para ayudarlo, aún si eso significaba correr peligro de ser mordido.

No se dio cuenta que BI lo estaba mirando hasta que volvió a hablar.

—Y creo que tú también lo necesitas, solo tengan cuidado.

—¿Qué, yo? No, no estoy seguro de, de necesitarlo, solo, yo solo... —detuvo sus balbuceos abochornados cuando los otros dos se acercaron.

—¿Ahora qué le hiciste, BI? ¿Por qué te encanta asustar a los jóvenes? —lo molestó Bobby.

La sonrisa que BI esbozó en aquel momento fue la primera que le vio Jinhwan que no le pareció amenazante.

—Yo no le hice nada. Anda, ya casi amanece y debemos volver al escondite.

—¿Se irán los tres? —preguntó Jinhwan antes de poder contenerse.

June se acercó a él, tanto que Jinhwan tuvo que levantar la vista para poder mirarlo directo. Se vio incluso atrapado por su sombra y sus ojos.

—¿No quieres que me vaya?

—No, yo, quiero volver a verte —confesó con un susurro bajo.

El más alto sonrió confiado antes de sujetar con ambas manos su rostro, la piel helada lo hizo estremecer pero Jinhwan no hizo el menor intento por alejarse; por el contrario, se sujetó a la playera de June.

—Tranquilo, volveré después ¿sí? Una vez que esté completamente recuperado —prometió.

Jinhwan asintió varias veces. Fue entonces que el pelinegro se inclinó sobre él con los ojos violeta centrados en sus propios labios. Sin pensarlo siquiera, Jinhwan cerró los ojos y levantó un poco más el rostro con los labios entreabiertos, completamente entregado.

El tiempo pareció detenerse hasta que sintió por fin la fría boca, aunque contrario a lo que esperaba sintió el beso sobre su pómulo derecho, justo en su lunar.

—Volveré pronto Jay, lo prometo —susurró con un tono bajo y ronco.

Jinhwan tuvo que tragar duro y suspirar antes de poder abrir los ojos, recobrando de nuevo el dominio de sí mismo, dio un paso para atrás.

—Bien, esperaré.

Sacrificio feérico (JunHwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora