Junhoe se quedó en silencio mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Era increíble pues, al conocerlo, pensó que Jay tendría alrededor de veinte años, no más ¿cómo podía tener 45?
Se quedó mirándolo con cierta atención pero no parecía que estuviera mintiendo, además de que no tenía razón para hacerlo.
—Lo sé, suena como una locura y no hay casi nadie que lo crea así que no suelo decirlo. Pero creí que tú lo entenderías, tengo entendido que los vampiros no envejecen.
—No, no lo hacemos, pero en realidad no tiene mucho que fui convertido así que aún no había pensado mucho en ello. De hecho, eres incluso más grande que yo.
Notó que Jay desvió la mirada antes de depurar todo el contenido de su copa, temió haberlo lastimado de alguna forma. Volvió a llenar su copa sin dejar de mirarlo, pensó en desviar el tema para evitar que el dulce peliblanco se sintiera mal, sin embargo antes de que lo lograra Jay sacó su cartera y dejó una identificación.
—Esta es falsa, siempre he tenido que usar identificaciones falsas pues nadie creería mi edad actual, y aun ahora me es muy difícil utilizar esta, estoy esperando que pueda recoger una nueva.
Junhoe tomó la credencial para poder verla mejor, allí decía que había nacido el 7 de febrero de 1994, con lo cual en la actualidad tendría 28 años. Sin embargo la fecha de expedición era 10 años antes, el chico de la foto (y el humano frente a él) podrían pasar como un chico de 18 años, pero era difícil creer que de 28.
—Increíble, ¿y cómo es que la conseguiste? —preguntó la criatura, aquella pequeña identificación parecía original, más allá del detalle con la edad.
—Tengo algunos contactos gracias a mi pasado... es una larga historia.
—Bueno, aún faltan varias horas para que amanezca, si es que quieres contarme.
Por algunos momentos Jay pareció pensarlo antes de levantar sus ojos grises y clavarlos en los suyos.
—Sí, sí quiero hacerlo, ¿sabes? No es algo que le haya contado a casi nadie, en realidad los únicos que conocen mi verdadera historia son mis hermanos.
Junhoe asintió casi de manera solemne. La mirada clara se perdió, probablemente en el pasado, mientras Jay iba recordando a la par que narraba.
—Como te dije, desde que nací he tenido el cabello blanco y los ojos grises, mi abuela solía decir que yo era un regalo de Dios, uno de sus ángeles, y que por eso mis rasgos eran diferentes.
Jay se llevó una mano al cuello, sujetando algo que estaba debajo de su playera, Junhoe pudo percibir algo de plata allí.
—Ella fue la primera que me crio, pues mamá sólo tenía alrededor de 15 años cuando yo nací así que me dejó a su cuidado, y fue quien se dio cuenta de la lentitud con la que me desarrollaba, por lo mismo ella me educó en casa.
—¿No te dijo por qué eras diferente?
—Creo que no sabía la razón exacta, pero siempre lo atribuyó a su creencia sobre Dios, ella era muy católica por eso decía que yo era un ángel.
>Poco después de cumplir 15 años, aunque aún tenía la apariencia de tener unos diez, mamá volvió por mí. Había hecho ya su vida e incluso estaba casada, así que quería que viviera con ella como una familia. Imagina su sorpresa cuando me vio.
Jay rio un poco y bebió más de su vino, Junhoe podía ya percibir la sangre que se arremolinaba en sus mejillas debido al alcohol, sin embargo estaba demasiado centrado en su historia como para sentir una verdadera tentación por ella.
—Al final mamá también me aceptó tal cual era y fui a vivir con ellos, no fue hasta ese momento que fui verdaderamente consciente de lo diferente que era al resto, más aún cuando Song y Chan nacieron pues vi cómo crecían.
>Aún así yo estaba encantado con los dos bebés, eran tan pequeños, y sentí que crecían tan rápido que cada uno de sus momentos era valioso. Además eran mis hermanitos, así que estaba completamente decidido a protegerlos.
>Más aún cuando nuestros padres murieron, Song tenía solo 7 años y Chan 5, y con mi condición yo no aparentaba más de 15, a pesar de ya haber cumplido los 25. Como fuera, yo estaba más que decidido a cuidar de ellos, pues la abuela había muerto unos años antes así que tampoco podía ayudarnos.
>Para nuestra buena fortuna, mamá había dejado la casa ya a mi nombre, así que tuvimos siempre un hogar al cual volver. Sin embargo aún quedaba el aspecto de la comida, y de todos los gastos en general. Teníamos algo de dinero de la herencia de nuestros padres, pero no sería suficiente, además con dos niños...
Jay parecía algo perdido en medio de su narración, Junhoe se inclinó sobre la mesa para poder poner una mano conciliadora sobre la cálida mano contraria, Jay la oprimió un poco y sonrió en agradecimiento.
—Tomé entonces el único camino que me pareció viable para mi condición, pronto me hice de contactos en el mercado negro, gente que estaba dispuesta a pagar muy bien por mi cuerpo sin importarle en realidad la edad que tuviera.
>Yo era inteligente, y la mayoría de esas personas solía confiarse dada mi imagen joven e ingenua, así que no me costaba mucho trabajo conseguir lo que quería de ellos.
>Ellos me ayudaron no solo a mantener a mi familia, evitando que algún juez intentara separarnos, también me presentaron a quien hace los documentos falsos, aún mantengo el contacto de vez en cuando solo con él pues, cada cierto tiempo, necesito renovarlos para modificar mi edad.
El silencio que siguió a su confesión fue pesado, quizá temía que Junhoe lo juzgara por lo que había tenido que hacer para sobrevivir; por el contrario, la criatura estaba sorprendida por la valentía y la fortaleza del humano.
—¿Dijiste que solo con la persona de los documentos es con quien tienes contacto?
—Sí, conforme pasaron los años tuve que alejarme de ese mundo. No era algo de lo que me sintiera orgulloso pero lo aceptaba sabiendo que era lo necesario para mantener a mis hermanos.
>El problema llegó cuando Song se graduó de la preparatoria. Él no es tonto y se dio cuenta de lo que hacía para que pudiéramos vivir bien. Intentó seguir mi ejemplo entonces, aunque acercándose al mundo de las drogas.
>En cuanto me di cuenta lo reñí fuertemente, y peleamos, fue cuando me dijo que sabía lo que yo hacía y que solo quería ayudarme, quería evitar que yo siguiera vendiéndome así. Fue entonces que prometimos alejarnos de todo ese mercado para siempre.
Jay suspiró con cierta pesadez, terminando de nuevo toda su bebida. Sin embargo, cuando volvió a mirar a Junhoe sus ojos eran firmes, decididos.
—No me arrepiento de nada de lo que hice, no al ver cómo Song y Chan han crecido y se han convertido en hombres felices y prósperos. Solo que, ahora que ambos parecen mucho más grandes que yo, se han vuelto algo sobreprotectores, como si ellos fueran los mayores.
>En realidad, cuando nos presentamos ante alguien más tenemos que fingir que yo soy el menor. Es por eso que bromeamos mucho con eso, aunque a veces se les sale decirme hyung, por la costumbre.
Junhoe sonrió también, enternecido por toda aquella historia. Entendía por qué los otros humanos se hubieran vuelto protectores, a pesar de su corazón fuerte la imagen de Jay llamaba a cuidarlo, como si fuera una rosa blanca que debiera guardarse en una cúpula de cristal para que no se marchitara.
***
Aunque no soy tan fan de las canciones lentas, ese cover de Jay me encanta, le da paz a mi corazón escucharla
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Sacrificio feérico (JunHwan)
FanfictionLuego de haber abandonado a su última creación a su suerte, Bobby ha roto su prohibición de no crear nuevas criaturas, todo por el empeño de salvar al joven Junhoe de una muerte autoinflingida. Aún como vampiro June vive penando, culpándose por la m...