18.- Sacrificio

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Era imposible para Jinhwan saber cuánto tiempo había pasado desde que estaba encerrado en aquella prisión, ni siquiera podía decirlo por la luz del sol pues no había forma de verla, no había ventanas en aquella pequeña habitación en la que estaba ...

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Era imposible para Jinhwan saber cuánto tiempo había pasado desde que estaba encerrado en aquella prisión, ni siquiera podía decirlo por la luz del sol pues no había forma de verla, no había ventanas en aquella pequeña habitación en la que estaba enclaustrado.

Además, la mayoría de ese tiempo se la pasaba durmiendo, gracias tanto a la debilidad como al alcohol: Mino no le había llevado nada más de comer que aquel licor intenso y dulce. Al inicio se había negado a beberlo, pero para la tercera vez que despertó el hambre y la sed lo atormentaban, sin ninguna mejor opción consumió gran parte de la bebida.

Desde entonces casi todo momento de vigilia que pasaba lo hacía sumido en la embriaguez, cada que despertaba había más botellas nuevas, un par de veces encontró también algunas frutas, fresas y moras que devoró pero que poco hicieron para satisfacer su hambre.

Lo que sí podía contar perfectamente eran las veces que Mino se había presentado para beber de él, ya iban tres ocasiones en las que se había presentado a su cuarto o bien lo había llamado fuera para morderlo con la misma ferocidad que mostró la primera vez.

Jinhwan no podía rechazarlo, no podía desobedecer la voz de mando que inundaba su cabeza para entonces débil por el agotamiento y el alcohol. Desde hacía tiempo se había rendido, ya no albergaba esperanza de poder escapar de allí, al menos no con vida; pero se alegraba de haber ayudado a los otros, estaba seguro que mientras estuviera así entretenido Mino no buscaría a June.

Además, para entonces June ya debería haber acudido a sus mayores, ellos se encargarían de que estuviera bien, de sanar la herida que se había hecho con la rama y, si tenía suerte, lo convencerían de que no buscara a Jinhwan, lo convencerían de que Mino era demasiado peligroso para ello.

En aquel momento estaba recostado en la cama, terminó la botella en turno, sin embargo cuando intentó ponerla en la mesita de noche estuvo a punto de caer, lo intentó dos veces más con los mismos resultados.

—¡Maldita sea! —se quejó, dejando la botella con tanta fuerza que terminó hecha añicos contra la madera.

Jinhwan estaba a punto de echarse a llorar, se llevó la mano herida contra el pecho e intentó levantarse, aunque antes de lograrlo la puerta se abrió y su temido carcelero hizo su aparición.

—¿Qué es todo este escándalo, pequeño bocadillo? —preguntó sorprendido.

Al inicio Jinhwan se había sorprendido un poco, pues por momentos Mino parecía realmente cuidadoso, como si en realidad se preocupara por él, con el tiempo se dio cuenta que solo era una máscara que utilizaba para burlarse de él, a la primera oportunidad se volvía cruel y sanguinario.

—No es nada, se rompió una botella...

Jinhwan se echó hacia atrás en la cama, aunque antes de que pudiera acomodarse siquiera ya tenía a Mino a su lado, estirando una mano para que le mostrara la herida. Con un suspiro algo fastidiado el peliblanco obedeció. Mino se dedicó a lamer cada uno de los pequeños cortes que se había hecho, luego mordió su propia lengua para cerrarlos.

Para cuando terminó, sus ojos brillaban con un hambre necesitada, lo cual ocasionó que Jinhwan retrocediera asustado aunque el vampiro no se lo permitió, sujetando con más fuerza su brazo.

—Por favor —rogó el humano, aunque sabía que era en vano—, a este ritmo, no voy a resistir mucho tiempo más.

—Bueno, tampoco hay mucho problema con eso, serás delicioso hasta que mueras.

Por fin Jinhwan se pudo hundir entre las mullidas almohadas. Ya no esperaba escapar con vida, la mayoría del tiempo ni siquiera podía pensar demasiado en lo que había afuera de esas paredes, y para entonces la muerte parecía ser una salida plausible.

—Aunque tampoco conviene que te rindas, si mueres demasiado pronto tal vez deba preguntar a ese pequeño amigo tuyo si conoce a más como tú.

Aquellas palabras fueron suficientes para despabilar a Jinhwan.

—¡No! Él no, no conoce a nadie, y hasta donde yo sé no hay más como yo, ¿en verdad vas a dejarme morir así como así?

—Sí, lo haré. En realidad ya me estoy aburriendo de ti, y tu sangre se vuelve empalagosa, tal vez sea a causa del vino pero es muy tarde para remediarlo. Solo debes sobrevivir lo suficiente para que mi interés se disipe, entonces te dejaré morir en paz.

Jinhwan intentó hacerse el cabello para atrás para quitárselo de los ojos, no podía confiar en aquella criatura, lo mejor que podía hacer era resistir lo suficiente hasta que June estuviera bajo el cuidado de Bobby y BI, así estaría a salvo. Aún así cada vez se sentía más débil, los periodos despiertos se volvían menores y necesitaba aún más sueño para poder recuperarse.

—Suficiente de quejas, ahora tengo hambre, ofrécete a mí —ordenó entonces la criatura.

Jinhwan gimió un poco en protesta pero sabía que era poco lo que podía hacer. Casi por voluntad propia su cuerpo se levantó, gateó sobre la cama para quedar arrodillado frente a Mino.

El vampiro lo tomó con rudeza para atraerlo y morder la piel de su cuello que ni siquiera había terminado de sanar desde la última vez. Jinhwan jadeó adolorido y se sujetó con los puños a sus hombros

La sangre era absorbida de su ser mediante grandes sorbos, llevándose consigo su energía y dejando sólo sus venas convertidas en tirantes sogas de hierro ardiendo. Mientras tanto, en su mente seguía fija la imagen de June, de Song y de Chan, eran su ancla para resistir toda aquella tortura.

De pronto Mino se alejó, dejando que algunas gotas resbalaran por el tibio cuello contrario.

—Vaya, tenemos invitados tan pronto... —dio pensativo, mirando al horizonte.

—¿Invitados? —cuestionó con la voz entrecortada.

Pareció como si Mino recordara apenas que estaba allí, se inclinó para lamer la gota escurridiza y cerró la herida que había abierto solo unos instantes antes.

—Tú no te preocupes por eso, sólo espera aquí y mantente atento a mi llamado —ordenó de nuevo con su voz de mando antes de salir apresurado de la habitación.

Jinhwan se dejó caer de nuevo en la cama, no podía dormir pues debía "mantenerse atento", pero al menos podría descansar un poco mientras tanto.

Sacrificio feérico (JunHwan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora