Sacrificio feérico (JunHwan)

23.- Entrega

Junhoe dejó en aquel beso toda la desesperación y el miedo que había sentido desde que se habían llevado a Jay, ni siquiera el dolor de la herida había significado demasiado comparado con el terror de perderlo, de que un nuevo ser querido tuviera que sacrificar su vida por él, estaba empeñado a evitarlo.

Pudo sentir la mano de Jay enredada en su cabello, sujetándolo con fuerza, internamente se prometió no volver a soltarlo, jamás. De pronto sintió que el humano se debilitaba un poco así que rompió el beso para poder mirarlo.

Jay lo miró también, con los ojos entrecerrados y la respiración un poco agitada, en efecto tenía un mejor aspecto pero aún se veía agotado y débil. Se llevó la punta de los dedos a los labios.

—¿Voy, voy a transformarme en uno de ustedes? —preguntó con un hilo de voz.

Por algunos momentos Junhoe solo lo miró, sin terminar de comprender su pregunta, aunque al final lo imaginó.

—No, al menos no en este momento, la sangre de Bobby hyung solo ayudará a sanar, te dará más energía.

Jay suspiró, y se arrebujó mejor contra su cuerpo.

—Al menos el mareo pasó, creo que no volveré a probar alcohol en toda mi vida —suspiró contra el pecho de Junhoe—. Estoy cansado, quiero dormir un poco más.

—Es normal —dijo de pronto una voz aguda a su lado, que lo hizo brincar y pegarse más a Junhoe, él lo abrazó de forma protectora mientras ambos giraban para ver a Taeyang, quien se había acercado de nuevo—, nuestra naturaleza está hecha para resistir aún más que esto, te pondrás bien pronto, pero sería mejor si tu pareja te marcara, eso lo hará más rápido.

—E, espera, espera un momento, ¿nuestra naturaleza? ¿marcar? No te estoy entendiendo nada, ¿quién eres?... —le interrumpió el mayor, le parecía haber escuchado su voz antes pero no estaba seguro.

—Ya, lo siento. Mi nombre es Taeyang, Yoo TaeYang, y antes de convertirme en una criatura era un ser feérico, igual que tú. Prometo platicarte todo lo que sé una vez que despiertes, pero por ahora lo mejor para tu cuerpo es descansar y recuperarse.

>En cuanto a lo de marcar, las criaturas tenemos la capacidad de marcar con una mordida a nuestras parejas para que cualquier otra criatura sepa que nos pertenece, esto crea un vínculo bastante fuerte, y en el caso de los seres feéricos incrementa su capacidad de regeneración y longevidad.

Jay asintió, procesando lo que aquello significaba y volteó a ver a Junhoe. No dijo nada y eso puso nervioso al pelinegro.

—Es, es solo si quieres, claro, si no quieres que yo lo haga podemos pedirle a Bobby hyung, o a BI hyung que te marquen... —ofreció nervioso.

Jay le miró sorprendido.

—¿En verdad dejarías que alguien más me marcara?

—¡No! —esbozó en primer lugar, pero después respiró profundo—. Lo siento, yo, lo importante es que tú estés bien Jinani, es lo único que quiero, pero...

Por fin Jay rio un poco, aun su risa sonaba apagada, agotada, pero en sus ojos había un brillo especial dedicado al más alto.

—Lo siento, en realidad creí que ya era obvio que éramos pareja, por eso me sorprendió que propusieras a los otros.

Junhoe negó con la cabeza.

—Solo, estoy confundido, asustado y un poco ebrio de sangre

Jay le dedicó una leve sonrisa, alzando su mano con trabajo para poder acariciar su mejilla.

—Hazlo, quiero ser tuyo para siempre.

La emoción de aquellas palabras golpeó con fuerza el pecho de Junhoe, logrando que algunas lágrimas cayeran de nuevo desde sus ojos.

—Bien, les daré algo de privacidad —exclamó Taeyang, poniéndose de pie—. Solo ten cuidado, él aún está muy débil así que no debes beber demasiado.

Jay lo miró alejarse hasta llegar junto a las otras tres criaturas que practicaban de por, un poco más lejos, llegó directo a abrazar por la cintura al otro chico de cabello largo y recargar la barbilla en su hombro. Incluso pudo notar que Bobby y BI estaban tomados de la mano, aunque el menor se sujetaba el costado con la izquierda.

Volteó de nuevo hacia Junhoe solo para encontrarse de lleno con sus labios, en un beso igual de ansioso como el que le había dado nada mas despertar.

En un inicio la joven criatura no sabía muy bien qué hacer o cómo continuar, así que se dejó llevar por lo que su instinto le decía. De forma lenta fue moviéndose hacia el apetitoso cuello contrario, así como habían hecho en ocasiones anteriores Jay inclinó la cabeza a un lado para darle todo el espacio que necesitara.

Fue allí donde las vio: las heridas que Mino había abierto antes y que Bobby no había alcanzado a cerrar, aquellas mordidas cruentas habían dejado de sangrar pero no estaban completamente cerradas. Eso ocasionó que el instinto de Junhoe explotara, este era su Jinani, y viendo aquellas heridas hizo una promesa mental, jamás dejar que nadie volviera a dañarlo así.

Incluso susurró un "Mío" posesivo antes de clavar sus dientes en la misma zona lastimada, aunque con mucho más cuidado.

—¡June! —jadeó Jay con cierta fuerza, golpeado por un placer intenso que no creyó poder experimentar en aquel momento. Su cuerpo se arqueó, se sujetó a él con toda la fuerza que le quedaba.

Junhoe se cuidó de dejar sus colmillos dentro de la piel para evitar que una gran cantidad de sangre saliera de las heridas, pero succionó con fuerza para poder dejar su marca en la sensible piel.

Podía sentir la excitación de Jay a través de esa conexión de sangre, además de sentir que parte de su propia esencia entraba en él, como si la magia que lo animaba también lo hiciera con el humano. Siguieron así algunos momentos que les parecieron eternos a ambos.

La explosión de placer llameó por toda la sangre de Jinhwan, borrando todo el dolor que había sufrido para suplantarlo por la deliciosa sensación del orgasmo. Conforme la sensación fue remitiendo, también lo hizo su fuerza y aún su consciencia.

"June, te amo" le transmitió a través de la sangre antes de perder la consciencia, los brazos que se habían detenido a él cayeron con pesadez al suelo.

Solo unos segundos después Junhoe pudo sentir una mano firme en su hombro.

—Ey, Sassy boy, es suficiente —escuchó la voz de Bobby.

La criatura extrajo sus colmillos y pasó su lengua varias veces por los dos pequeños agujeros, recogiendo las últimas gotas de sangre. Rodeando las dos heridas quedó una mancha entre roja y morada gracias a la succión que había hecho.

—Sí, lo sé, gracias hyung.

Junhoe se quedó mirando al peliblanco, había vuelto a quedar inconsciente pero, al menos, parecía tener un poco más de color, además podía escuchar su corazón más estable, era como si sólo estuviera dormido. Se puso de pie, acunándolo contra su pecho con cuidado.