Tres días.
Tres malditos desde que el rey se digno a requerir su presencia, fue sorprendente que le mostrara cartas escritas por la misma reina del Este, aquello había sido un giro que no habría imaginado
¿Y la aparición del tercer príncipe? Aquello sí que fue una sorpresa.
Aunque daba un poco de lastima, las rodillas del príncipe habían estado temblando toda la conversación que mantuvo con el rey, aunque parecía nadie lo notó, solo hubo un momento en que las miradas se encontraron, aunque claro, él no vio la mía, pero apostaría cualquier cosa a que su cara no era tan pálida como en aquel momento.
Aunque sin dudarlo, admiro las agallas del príncipe.
Cuando lo vi hacía unas noches en el burdel sin duda se notaba que no pertenecía aquel lugar, vestido de manera elegante y pulcro, mirando todo el lugar con la barbilla en alto y ojos curiosos; había estado tenso y con la espalda recta desde el minuto uno que entró por la puerta. No se parecía mucho a su padre o su hermano, ambos eran considerados muy atractivos y llamativos, el mismo príncipe heredero siempre era el foco de atención cuando visitaba Lágrimas de Attore, pero el tercer príncipe poseía algo que su hermano y su padre no, otro tipo de belleza, una antigua y clásica.
En mi opinión estaba demasiado delgado y su ropa no procuraba por ocultarlo; sus mejillas estaban ligeramente hundidas como si rara vez pudiera comer, algo no propio de un príncipe, por lo demás tenía altos pómulos y largas pestañas negras, menuda envidia. Tenía una tez pálida y las luces del lugar no habían ayudado, sin duda pese a su delgadez poseía unos hombros amplios y unas manos finas y estilizadas, sin ningún tipo de magulladura, todo lo contrario que podrían y son las mías, llenas de callos y finas cicatrices que se montaban unas encima de otras. La camisa azul que llevo esa noche hizo que sus ojos dorados resaltaran más sobre su piel, dos faros inmensos que se cruzaron con los míos; su rostro anguloso había estado enmarcado con finos mechones ondulados de un pelo negro azulado a medio peinar, parecía que lo había intentado domar hacia atrás y mechones rebeldes habían acabado en ambos lados de sus mejillas y sobre la frente.
Lo primero que uno pensaría es que tenía una apariencia frágil, pero no lo había sido junto al rey, eso sin duda fue una sorpresa que me hizo querer sonreír, la cara del rey por mucho que intentara disimularlo había sido fascinante, se quedó totalmente rígido mientras su hijo lo encaraba y se posicionaba a mi favor.
Me había resultado evidente que allí existía historia de trasfondo, en el Este me enseñaron que los humanos eran incapaces de realizar acciones sin ningún beneficio y hasta la fecha nadie había hecho lo contrario por demostrarlo, pero los gestos de príncipe eran la principal pista, los gestos nerviosos y sus ojos vagantes, había algo que lo perturbaba y tenía relación con ese rey falso.
En la posición actual que me encontraba era imposible que no hubiera aceptado la propuesta del rey, de todos modos tenía pensado volver al Reino del Este, y pese tener que guiar al rey, debería hacerlo, sobre todo por esas cartas, en cuanto las vi quise gritar todos los improperios posibles, nunca nos informaron de dichas cartas, se suponía que teníamos toda la información posible para la misión, pero no nos habían contado el intercambio entre los reyes. No dejaba de darle vueltas a las cartas, había reconocido perfectamente el sello de la reina, y el papel, ese papel solo se empleaba ante la alta corte personal de la reina, incluyendo a la misma.
Hasta yo tenía cartas con ese mismo sello y ese papel, era imposible que fuera falso.
Aun seguía sorprendida.
Ante la luz que había ido pasando por la minúscula ventana del techo, sabía que aproximadamente transcurrió otro día, haciendo el total de cuatro, al menos esperaba que tanto Nauzet como Flynn estuvieran llegando a Persefeiras, al menos eso lo había hecho bien, ellos eran listos y capaces de adelantar por los bosques que rodeaban el camino principal, sin contar con las ventajas de que Nauzet fuera una Susurradora, era cuestión de días que llegaran, ahorrando el viaje de casi una semana de duración, debían avisar lo antes posible de la inminente llegada del Reino Mortal.
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Sangre y Luz
Teen FictionEirene es una Dividida y durante diez años ha hecho lo necesario para sobrevivir. Así, cuando una serie de muertes de Ancestrales invade la ciudad de Zetria y la encuentran en pleno escenario del crimen su única opción es el príncipe Lucian Betancou...