II

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Las clases transcurrieron como ya era habitual para ___, su día a día había dejado de preocuparle desde que solo esperaba una vaga repetición de los hechos, como si fuese una fracción de una película reciclada y repetida una y otea vez. Lo único que quería es vivir su vida sin gente desagradable a su alrededor, ¿era mucho pedir? Una vez la campana anunció que el horario de clases llegaba a su fin, el profesor se despidió cordialmente, recordando a sus alumnos el hacer sus tareas y se retiró rápidamente para no verse atropellado por la mar de estudiantes que pronto llenaría los pasillos. ___ esperó pacientemente mientras recogía sus cosas con una lentitud habitual en ella, escuchaba las sillas rechinar y los pasos apresurados de sus compañeros de salón, que poco a poco dejaron el lugar sumido en silencio. Solo entonces, la peli___ tomó su mochila y se encaminó a la salida. Los pasillos estaban desiertos, ella siempre era de las últimas personas en abandonar el recinto. No había prisa por salir, su casa no se iba a mover mágicamente. Sumando además que ella tenía un trabajo a medio tiempo al que iba ciertos días de la semana y hoy era uno de esos días, por lo que no había prisa.

Se encontraba ahora en la planta baja, dispuesta a cambiar sus zapatos para por fin salir de aquella institución. No le sorprendió para nada que, al abrir su pequeño casillero, chinches y papeles cayeran de su interior. Distinguió una tarjeta entre el desastre, que tomó luego de recoger los objetos del suelo para echarlos a la basura. Tomó sus zapatos a la par que elía la tarjeta:

» Discúlpate, idiota. Patear a alguien es lo peor que puedes hacer. «

Debajo de aquella frase había un dibujo bastante mal hecho, un garabato infantil que supuestamente hacía referencia a su persona, colgando de un árbol muy mal pintado. En letras pequeña podía leer un "Muérete". Dejó salir un suspiro leve, cargado de su total indiferencia y arrugó la tarjeta. Una vez cambió sus zapatos, tomó toda aquella basura y la lanzó al primer bote que vio de salida.

-Hey. _llamó alguien, asustándola. Pegó un pequeño brinco en su lugar a la par que abrazaba su mochila y dirigía su mirada a la persona que había llamado su atención_ Ah, perdona, no era mi intención asustarte. _se disculpó. ___ le miró sin decir una palabra. Era aquel chico de hebras verdosas que había recibido su patada accidentalmente. Viéndolo tan sonriente y sintiendo la amabilidad de la que rebosaban sus palabras no podía evitar sentir cierta culpabilidad. Se fijó en su aspecto, vestía el uniforme de una forma ligeramente holgada. Piercings adornaban su oreja derecha, 5 aros distinguibles entre ellos. Tenía un rostro delicado, muy agradable a la vista y bastante bien definido. Sus cabellos estaban algo desordenados, pero no restaban un solo punto a su belleza natural. Llevaba en sus manos algunos anillos, una banda marrón bastante larga envuelta en una de sus muñecas y una pulsera negra en la otra. Observándolo bien, ¿cómo es que los profesores no le habían llamado la atención por ese vestuario suyo? Parecía un alumno rebelde con esas pintas, y sin embargo, su expresión serena y su voz tan suave le hacían parecer un ángel_

-... _la fémina permaneció en silencio, expectante. Por su mirada fija, Rantaro deducía que no tenía muchas ganas de hablar con él... Como hacía con el resto del mundo. Sonrió con una muy leve incomodidad al sentirse acusado con aquella mirada ___ fija en la suya_

-Tú eres ___ ___, ¿cierto? Mi nombre es Rantaro Amami. El mismo al que has pateado antes por si no me recuerdas.

-... Perdón por eso... _musitó, tan bajo que muy apenas pudo ser escuchado por el contrario. El apellidado Amami le miró, sorprendido de que decidiera hablar al fin. No esperaba una disculpa por su parte y tampoco había sido esa la intención por la cual estuvo esperando a que decidiera aparecer cuando todos dejaban la escuela con semejantes prisas. Solamente quería hablar con ella, desde que se le hacía una persona interesante. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la fémina le tendió una tirita. Por un momento quedó estupefacto por este hecho_ N-No creo que ayude mucho... Pero no tengo mejor a mano para ofrecer a modo de disculpa... _habló una vez más, colocando la tirita en su mano y tomando unos pasos de distancia_

Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora