XX

113 9 0
                                    

No hay nada como un fin de semana para relajarse. ¿Y qué mejor lugar para ello que un parque de atracciones tan conocido como Land? Claro que ___ pensaba exactamente lo opuesto: gente por todas partes, gritos de emoción o pánico, atracciones "peligrosas"... Era demasiado para su persona. Ella, siendo asocial por naturaleza, se sentía como una foca en un desierto en medio de aquella multitud exasperante. Rantaro podía sentir su ansiedad sin siquiera mirar a su dirección: "No será tan malo", dijo. Ahora se estaba replanteando si había sido una buena idea arrastrarla hasta Land. Pero, de nuevo, ella accedió de buena gana, así que, ¿realmente debía lamentarlo?

Por su parte, la peli___ hizo todo su esfuerzo por mandar su ansiedad de vacaciones y miró con un dejé de curiosidad las atracciones que se alzaban en todo su esplendor por los alrededores. ¿Realmente sería buena idea? Bueno, era algo que la gente normal hacía, ¿verdad? Ella era otra persona normal... ¿Verdad? Podía con ello, y qué mejor para comenzar que la caída libre.

-¿Estás totalmente segura de que quieres subirte a esa cosa? _cuestionó el peliverde, ligeramente sorprendido y preocupado por sus agallas. ___ asintió frenéticamente, temiendo en su interior que su momento de valentía acabase tan pronto como inició, así que Rantaro lo dejó estar y accedió a su capricho sin precedentes_

-No puede ser tan malo.

-Ya... _respondió no muy seguro_

Pues sí, sí fue malo. Lo suficiente para que la fémina desease bajarse tan pronto sus pies se vieron tan lejos del suelo. Claro que, como su nombre lo implica, el colmo de la atracción fue la caída libre. La pobre ___ sintió morir sus pulmones y cuerdas vocales cuando no pudo contener más su terror y gritó como si su vida estuviese a punto de terminar. "¿No puede ser tan malo?". Sí, seguro. Para cuando el momento de adrenalina y terror terminó sentía que su alma luchaba por no dejar su cuerpo.

-¿Segura que estás bien?

-¡N-No volveré a subir a esa cosa mientras viva! _chilló al borde del llanto_

-Ah... Lo suponía...

Claro que las atracciones, extremas o no, no eran lo único que caracterizaba un parque temático como Land. La vasta disposición de pequeños puestos de venta, con todos sus artículos en exposición, también eran un punto llamativo del lugar, y no había nada mejor para calmarse los nervios que un paseo tranquilo por los alrededores antes de seguir experimentando cualquier gran movida durante el recorrido. Y como ya era de saber, ___ tenía un talento innato para los juegos de lanzar anillas, bolas, etc, por lo que ganar algún que otro souvenir no fue la gran cosa, pero la subida de ánimos le sentó bien para olvidar su mala pasada en la caída libre. Claro que para elegir atracciones tenía una suerte pésima y esto Rantaro lo notó cuando le pilló mirando fijamente la clásica, aterradora y para nada divertida banda elástica. Sí, esa atracción en la que te subes a una silla con tropecientos medidas de seguridad y luego rebotas arriba y abajo hasta que la banda elástica dejé de estirar hasta su límite. El peliverde sabía muy bien que mucha gente acababa siendo socorrida al bajar de aquella cosa debido a los desmayos o incluso traumas y vértigo. ¿Y ella quería subirse ahí? ¿Incluso después de tenerlas negras en la caída libre? Bueno, sí, la peli___ tuvo la ingenuidad de proponerle subir a aquella cosa y él ya se encontraba rezando porque ninguno de ambos terminase con un trauma tras la nueva experiencia.

Y eso fue esperar mucho...

-Salgamos de aquí... _musitó ___ con sus ojos reflejando el profundo terror. Lo sabía, él sabía que iban a acabar así, y estaba totalmente de acuerdo con no volver a acercarse a esa cosa mientras viviera_

Lo mismo se repitió con otras varias atracciones extremas, tanto que la peli___ simplemente optó por subirse a las atracciones para niños con tal no ganar más traumas, e increíblemente, descubrió que se le daba bien socializar con niños. Tan pequeños e inocentes, sin un solo rastro de maldad dirigida a su persona. Mientras se despedía de uno de los susodichos infantes, su celular vibró, alertando de una notificación entrante. Revisó el dispositivo con calma, encontrando un mensaje de su amiga del alma, Kaede Akamatsu, en el que le enviaba una foto suya en todo su esplendor mientras se le veía con Maki, Tenko y Himiko en lo que parecía ser alguna especie de convención. Mientras que ella tenía la cara pintada con bigotes y hocico de gato, Maki fue forzada a usar un par de orejas de ratón. Himiko también tenía maquillaje en el rostro, aunque debido a su lejanía en la foto, no sabía decir si era un perro o un mapache. Después de todo, Tenko era quien le estaba pintando el rostro. Rió por lo bajo antes de devolver su móvil a su bolso y reunirse con Rantaro, que se encontraba totalmente distraído mensajeando a alguien, probablemente a Kaito, no existía nadie más insistente que él y el ligero dejé de exasperación en el rostro del chico confirmaba sus sospechas. Kaito podía ser un poco (demasiado) denso a veces.

Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora