XIV

116 14 2
                                    

Hacía ya varios días desde que Hiyoko había convencido a Rantaro de trabajar "parcialmente" para su agencia. No era secreto para nadie en aquella escuela el hecho de que ahora el peliverde era casi un modelo juvenil y no había chica que no se pasase por cualquier tienda comprando revistas en las cuales eran colocadas las fotos de esos dos. Para algunos no era la gran cosa, como son Kaede, Kaito y otros conocidos del adolescente. Es decir, Rantaro era material para modelo de cualquier modo, pero otros como Miu, o incluso Shuichi, sentían que algo no encajaba en toda aquella historia aparentemente corriente.

___ se había distanciado considerablemente de su pareja debido al trabajo de este, pero no abría la boca para decir absolutamente nada al respecto. Se encontraba en la parte trasera de la escuela, sentada a la sombra de uno de los escasos pero grandes árboles que se podían encontrar en el recinto. Un pequeño gatito descansaba sobre su regazo, totalmente sumido en su mundo de sueños y ajeno a todo a su alrededor ante su comodidad. La fémina había pasado largos minutos mirando una pulsera de piedras preciosas de fantasía que usaba en su mano derecha. El color de estas variaba entre violeta, azul añil o verde marino, dispuestos de forma desordenada, pero era realmente bello. Rantaro se lo había regalado hacía algún tiempo (no mucho),más que nada a modo de disculpa por no invertir tiempo con ella, pero estaba bien, ¿verdad? Ella había dicho que no le molestaba, ese día solamente sonrió como siempre lo hacía a pesar de sentir que incluso el aire le oprimía el pecho. Ella no quería una disculpa, ni en sus pensamientos había pedido por ello. Solo se conformaba con desearle lo mejor y apoyarle en su pequeño trabajo parcial.

Inconscientemente, esas sensaciones comenzaron a cobrar fuerza y eventualmente sintió que había vuelto al inicio. Después de todo, ya no caminaba a casa en compañía, ni se reunía con el resto de sus nuevas amistades. Pensaba que se había acostumbrado ya a la soledad, tal cual hacía años, pero aparentemente comenzó a hallar confort en la presencia de sus conocidos al punto en que ya no sabía qué pensar. Sí, extrañaba la compañía durante las caminatas en las tardes o las salidas casuales en sus días libres del trabajo a medio tiempo, pero por alguna razón se estaba forzando a evitar a los demás. Se sentía incómoda, con todo y todos.

No pasó mucho tiempo antes de que tuviese que volver a clase, disculpándose con el pequeño felino al tener que privarle de su siesta para marcharse. Limpió su uniforme de polvo y pelo de gato y emprendió su camino hacia su salón. Ya no quedaban muchas personas en los pasillos, probablemente ya todos estaban regresando a sus respectivas aulas, así que tal vez debería darse prisa. Se mezcló entre los escasos estudiantes que caminaban por el pasillo, inconscientemente, escuchando una conversación que mantenían dos chicas cerca suyo.

-La nueva revista ya fue publicada, ¿lo has visto? _cuestionó una de ellas felizmente mientras su amiga asentía igual de sonriente_

-Hiyoko luce realmente bien en esas fotos, ¿verdad? _rió la segunda estudiante_

-Personalmente, me gustaron más las fotos de matching. Sabía que Rantaro tenía madera de modelo, pero supera las expectativas, ¿no crees?

-Totalmente, se veían genial juntos.

-¿Crees que surja algo entre ellos? Ya sabes, como los actores de un Cast de una peli de romance. He escuchado que personas así suelen enamorarse con el tiempo.

-¿No tenía pareja?

-Todos sabemos que Hiyoko es un mejor partido para alguien como él. Todos lo piensan.

¿Todos lo piensan? ¿En serio? ___ se detuvo justo en el sitio al escuchar aquellas palabras. Poco después escuchó alguien murmurar algo a ambas chicas, quienes miraron a su dirección con los ojos bien abiertos. Musitaron unas disculpas antes de marcharse a paso apresurado. Bueno, al menos se disculparon, sus opiniones tan abiertas habían sido un tanto hirientes y desagradables. ¿Pero quién era ella para impedir al resto opinar lo que quisieran? Claro, eso le afectaba de igual modo, estaba acostumbrada a que hablasen de ella a sus espaldas, pero comenzaba a resultarle molesto hasta cierto punto. Casi de inmediato se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección opuesta. Incluso ignoró a alguien que le llamó al menos dos veces en algún momento. Solamente pasó de esa persona y siguió su camino, acelerando el paso poco a poco hasta terminar corriendo sin rumbo aparente. Quería alejarse de todos, apartarse de cualquier tipo de posible interacción social. Sentía que vomitaría si hablaba con alguien en esos momentos.

Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora