XVI

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Otro día más en el que Amami despertaba sin absoluta motivación para hacer algo decente con su vida. Lidiar con Hiyoko consumía totalmente sus ganas de respirar incluso, pero desgraciadamente, su madre no le dejaría estar de vago en casa pudiendo enviarle a clases como un estudiante normal que desea ser algo en la vida. La noche anterior Hiyoko había estado más insoportable que de costumbre, sobre todo cuando comenzó a insistir en que haría que su chofer le dejase en casa antes de dejarle a ella. Tampoco es que fuese desconsiderado, y mucho menos idiota, sabía lo que la rubia quería y no de lo iba a dar. Si por un casual supiera donde vivía no tendría paz por el resto de sus días. Nadie en aquella institución tenía la más remota idea de dónde vivía, ni siquiera Kaito. La única excepción sería Kaede ya que han sido amigos por suficiente tiempo como para compartir con ella semejante información.

Después de un rato de más de perder el tiempo mirando el techo, finalmente decidió que era hora de prepararse y volver a enfrentar un día de clases. A lo mejor lo único bueno que tenía aquel día que recién comenzaba era precisamente el nombre: Viernes. Mientras se aseguraba de estar pulcramente vestido frente al espejo, escuchó su móvil sonar desde la mesa de noche que yacía a la derecha de su cama. Tomó su mochila de su escritorio y pilló su celular de paso, saliendo de su habitación mientras revisaba la notificación que ocupaba parte de la pantalla de bloqueo del dispositivo. Había recibido un mensaje, y por extraño que pareciera, no era de nadie más que Miu Iruma, otra que sonaba realmente molesta en solo un par de palabras ¿Acaso su día podía ir peor...?

Por otro lado, Miu se encontraba a la espera de su encuentro rápidamente planificado. Solo fue cuestión de pensarlo por tres minutos después de arribar a la escuela antes de decir enviar aquel mensaje al apellidado Amami. Estaba harta, ella, que no estaba implicada en el asunto, había alcanzado su límite antes que las propias víctimas. Era hora de poner un alto. Transcurrieron apenas 12 minutos desde que comenzó a invertir su tiempo de espera mirando el agua de la fuente del patio escolar fluir sin cambio alguno, basta finalmente el peliverde decidió aparecer. Miu le miró realmente mal, tanto que el chico comenzó a cuestionarse qué había hecho para cabrearla tanto.

-Hasta que por fin decides aparecer. _habló primero ella_ Espero que tengas al menos una remota idea de por qué te he hecho venir acá 25 minutos antes de que comiencen las clases.

-Me gustaría decir que sí, pero no creo saber la razón.

-No puedes estar hablando en serio. ¿Después de toda la basura que has estado haciendo, todavía sigues tan ignorante como para no darte cuenta de lo que está pasando?

-¿Podrías ser un tanto más directa? No ayuda mucho que me reproches cuando, como ya dijiste, no soy consciente de a qué te refieres.

-Entonces comencemos por el hecho de que hay alguien que está profesando al mundo su obsesivo interés por ti al punto de comenzar a hacerte toda una reputación de mala gana. _comentó, extendiendo frente a los ojos del contrario la misma revista que había comprado tiempo atrás, aquella en la que se exhibían las respuestas de la tan famosa Yoko ante un cuestionario hecho por sus fans. Rantaro tomó la revista con cuidado y comenzó a leer aquellas frases con detenimiento, finalmente captando el punto al que Miu se refería. Frunció el ceño ligeramente ante aquello. Era totalmente ignorante de que Hiyoko estuviese haciendo algo solamente por su interés, incluso después de dos rechazos muy expontáneos, pero suponía que Miu ya debía saber que su interés por la rubia era totalmente nulo, ¿a qué se debía su molestia entonces?_

-Entiendo esto, y no creo que deba preocuparme por lo que Hiyoko diga a los medios porque mi respuesta seguirá siendo la misma...

-Hablemos entonces de tu nueva reputación gracias a la tan famosa Hiyoko. Dime, ¿sabías que hay quien rumora que estás engañando a tu pareja con la señorita modelo?

Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora