Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55

XII

Y allí se encontraban ambos adolescentes encarando a un sujeto que se veía exactamente igual a la peli___, tal vez más alto y obviamente, mucho más varonil, pero se podía decir que la chica era una réplica suya. ___ miraba al suelo como si fuera lo más interesante del mundo mientras que Rantaro mantenía una "amistosa" guerra de miradas con el mayor. La madre de la fémina tarareaba una melodía aleatoria desde la cocina mientras preparaba la cena, totalmente ajena a la escena que tenía lugar en la sala de estar.

Un resumen rápido de este catastrófico escenario llegará en breve. Rantaro sabía bien que no alcanzaría a ___ sabiendo que había salido corriendo desde hacía un buen rato antes de encontrarse con Kaede, así que en lugar de dar vueltas por cualquier parte, simplemente se encaminó a su casa, encontrándola mientras saludaba al sujeto que ahora tenía en frente. En primeras instancias el mayor le acusó con la mirada y luego tuvo una reacción diferente cuando vio la expresión de alarma que se adueñó del rostro de la chica cuando vio al peliverde llegar. Incluso con todas las señas que le hizo para que no le hiciera caso al mayor, este terminó invitándole a entrar para "conocerlo mejor" como "amigo" de su hija. Claramente el mayor no era idiota y sabía que algo pasaba ahí, pero Rantaro realmente fue pillado con la guardia baja cuando supo que aquel adulto era el padre de su pareja, y no parecía que fuese a tragarse alguna excusa barata.

-___, querida, ¿por qué no vienes y me ayudas un momento? _habló su madre desde la cocina, sabiendo bien que su esposo no diría palabra alguna mientras ella estuviese allí. Con muchas (muchísimas) dudas embargando su ser, ___ fue con su madre. Ni bien puso un pie en la cocina, la mayor cerró la puerta y poco después regresó a lo que hacía_

-M-Madre... ¿Por qué ciertas la puerta...?

-Hay cosas que es mejor no escuchar...

El ver la puerta ser cerrada tan pronto como la peli___ acudió al llamado de su madre solo le indicó a Rantaro que la charla no iba a ser sencilla. Claro que él siempre supo mantenerse sereno, incluso si eso significaba enfrentar a un suegro sobreprotector como lo era el padre de ___. El sujeto mantenía en su cara la máxima expresión de seriedad, pero finalmente se dignó a hablar.

-¿Así que tú eres uno de esos cretinos que se atreve a intentar algo con mi hija? _cuestionó el mayor, sin contenerse en lo más mínimo con sus palabras_ Espero que estés preparado para darme tus razones, y espero que sean aceptables, o de lo contrario me encargaré de que nunca vuelvas a mostrarle tu cara a mi pequeño ángel.

-"Qué directo..." _pensó el peliverde mientras se contenía de mirar de mala gana al mayor_ Con el debido respeto... ¿Por qué tendría que ponerme a buscar razones para salir con su hija...?

-Claro que necesitas razones. ¿Te crees que no conozco a mi hija? No saldría con un cualquiera si sabe que no tiene buenas intenciones. _explicó, haciendo que el chico entendiese un poco más a dónde quería llegar. Lo decía por su apariencia, ¿verdad? Siempre pasaba lo mismo. Ya no le sorprendía que hasta el padre de su pareja pensase que era algún adolescente salido que se lía con cualquiera, aunque no sea así_

-Le agradecería que simplemente no me juzgara por mi aspecto... _musitó, aunque fue lo suficientemente audible para el contrario_ No pretendo aprovecharme de su hija, si es eso lo que está pensando.

-Por tu bien, espero que así sea... _musitó de vuelta el adulto, manteniendo un aura de seriedad bastante incómoda, aunque luego cambió drásticamente mientras sacaba de su bolsillo su billetera y admiraba una foto de su hija que había colocado dentro_ Después de todo, ___ es simplemente un ángel demasiado bueno para este mundo. Simplemente es lo más encantador que ha llegado a la tierra. ¡No toleraré que ningún imbécil se aproveche de ella!

-Sí... Eso puedo verlo... _concordó, algo impactado por el repentino cambio de actitud. Rápidamente el mayor guardó la billetera y se acercó peligrosamente a él, agarrándole del cuello de su camisa mientras le asesinaba con la mirada_