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-Y entonces yo trataba de quedar bien, ya que tengo todo un conjunto de chicas mirándome, pero al final quedé como un idiota porque todas prefirieron mirarte a ti _se quejaba un chico pelimagenta, mientras caminaba a la par con su compañero_

-Oh, ¿es así? _cuestionó el chico de hebras verdosas con cierta despreocupación en su rostro_

-No actúes como si no lo supieras, siempre eres el centro de la atención. Todas las chicas te adoran. No menosprecies mis habilidades de observación.

-Pues lo siento por eso. Pero la verdad no noté nada especial en su comportamiento, y tampoco es que me interesasen mucho, solo son chicas, como cualquier otra que encuentras por ahí.

-Ohhh. Típico de Rantaro Amami, el más popular de la escuela, todas son iguales para ti. _se burló el pelimagenta_ ¿Y les pediste su número al menos?

-¿Para qué? No tengo que ir por ahí dando mi número a cualquier chica porque sí. Tampoco ir pidiendo el de otros.

-¡¿No lo hiciste?! Hombre, se veía a leguas que querían tener el tuyo. Qué desperdicio.

-¿Tú crees?

-¿Eso fue sarcasmo?

-Quien sabe.

Continuaron su camino en medio de toda la charla, mientras esperaban a que comenzasen sus clases del día. El chico de hebras magenta, llamado Kaito Momota, es el mejor amigo de Rantaro Amami, considerado el chico más atractivo de su institución escolar, aunque este realmente no preste demasiada atención al trato que recibe de los demás. La mayoría de sus conocidos suele decir que es demasiado ignorante, otros simplemente le dicen que es despreocupado, y no son pocos los rumores que corren por la escuela sobre él. No muchos saben lo suficiente para definir su personalidad, en especial, las chicas, pues por mucho que se empeñan en llamar su atención, este siempre las trata a todas de la misma manera, por lo que también es notable que se desconocen sus gustos, tanto en lo material como en lo sentimental. Hay quien dice que nunca salió con una chica, otros simplemente asumen que no tiene preferencias, y la mayoría de los casos simplemente dan por sentado que hace lo que le da la gana, cuando le da la gana y como le da la gana. Pasa de la vida misma.

A Rantaro no le disgusta especialmente que la gente lo vea como algo que no es y tampoco se molesta en negar las palabras de los demás, para él es más sencillo fingir que nada sucede y seguir con su vida sin preocuparse de la opinión de la gente sobre su persona. Total, sería una pérdida de tiempo y solo estaría dando a entender que le afectan las acciones u opiniones de la gente de su entorno, mostrándose como una persona susceptible, cosa que no pretende demostrar, ni se considera como tal, ni dejará que otros le hagan ver de dicha forma.

-¡Rantaro! ¡Kaito! _llamó una voz femenina a sus espaldas, causando que ambos chicos volteasen a ver quién llamaba. Una chica de hebras rubias se aproximó, saludando a ambos_ Buenos días a ambos.

-Buenos días, Kaede _saludó el peliverde con tranquilidad_

-Buenos días, Akamatsu _devolvió el saludo el pelimagenta_

-Y ahora que he saludado... ¡Ustedes dos! ¿Dónde se metieron ayer? Habíamos acordado hacer una reunión con todo el grupo y solo faltaron ustedes _espetó la rubia con cierta molesta_ Además, los llamé muchísimas veces y no respondieron ni una. ¡Ni un mensaje siquiera!

-Ah, nos invitaron unas chicas de otra escuela. Ya sabes, esas que vinieron ayer por el tema del festival y todo eso.

-Ah, en ese caso los perdono. Hay que dar una buena impresión con otras escuelas. _añadió la rubia mientras se cruzaba de brazos, convencida_ ¡Pero la próxima vez tendrán que pagar por su ausencia!

Love me like you do [Rantaro Amami x fem!reader] ©RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora