Vuelve el perro arrepentido Parte 13

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Por primera vez en años me desperté feliz y satisfecha con la noche de pasión que tuve con Norman

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Por primera vez en años me desperté feliz y satisfecha con la noche de pasión que tuve con Norman. Lograr un verdadero orgasmo era toda una proeza para mí, pese a que fui una mujer casada por años.

Él se fue a su casa ya que tenía cosas que hacer en el trabajo, no sin antes dejarme un enorme beso y su cara de felicidad antes de irse.

Llamé a Betty diciéndole que después iba a buscar mi auto.

Y me levanté a ducharme, y me puse de nuevo ese conjunto que tanto incomodó a Norman.

Empezaría a buscar más ropa como esa para mi sexy y varonil policía.

Sali al buzón a buscar el correo y me topo de lleno con la persona que menos esperaba en el mundo.

—Hola Jennifer, fue difícil encontrarte. Te vez hermosa — dijo David mirándome de arriba a abajo.

—¿Qué haces tu aquí? — lo quedé mirando seria

—¿Podemos hablar? —me dijo en tono amable

—De qué —respondí cortante

—¿Podemos pasar a tu casa para estar más cómodos? — dijo el muy sinvergüenza

—Lo que tengas que decir dilo ahora y rápido, tú a mi casa no entras — dije enojada

No tuvo las agallas de mirarme a los ojos y me dijo que venía con la intención de que retomáramos nuestro matrimonio.

—¿Es una broma verdad? ¡Esto debe ser una maldita broma!, el otro día te vi con tu amante de lo más feliz embarazada, me sacaste de la forma más humillante de tu vida para embarazar a una mujer veinte años más joven que tú. ¿También piensas abandonarla con tu hijo sinvergüenza? — le dije enfurecida

—No espera mi hijo Jennifer — dijo avergonzado

—Así que te pagaron con la misma moneda, vaya, por fin veo justicia en esta vida. ¡Ahora lárgate y olvida mi dirección imbécil! —y me di la vuelta para entrar de nuevo en mi casa.

Entre y cerré la puerta, respiré profundo para quitar mi rabia y los malos recuerdos que ese infeliz me traía.

Tenía que salir de la casa, pretendía ir de compras para despejar mi mente y aprovechar el hermoso día. Disfrutaría al máximo mi libertad con Norman, nos entendíamos a la perfección en la intimidad y con la experiencia de vida que tenía, sabía que para una mujer era algo difícil de encontrar.

De pronto me llama una amiga de la antigua ciudad donde vivía. Se llamaba Victoria.

—Hola Victoria, ¿cómo estás? — le pregunté

—Lo siento Jen me acabo de enterar que tu ex le sonsacó tu nueva dirección a una de las chicas. La embaucó con que quería volver contigo — dijo Victoria

—Si ya estuvo aquí ese infeliz, no te preocupes lo mandé a volar —le dije

—Entonces te encontró — dijo Victoria

—Si, resulta que la amante que tenía con edad para ser su hija espera el bebé de otro. Por eso el descarado quiere volver. Pero yo ya lo saqué de mi corazón no te preocupes, ahora estoy con un hombre de verdad se llama Norman y es un sexy policía, luego te mando la foto para que se te caiga la baba — y las dos nos pusimos a reír.

—Me alegro tanto por ti amiga, te mereces ser feliz después de todo lo que soportaste — dijo Victoria.

Luego llamé a Norman.

—¿Como a qué hora se desocupa mi sexy policía? — le dije sonriente

—Como a las seis o siete; ¿por qué? — preguntó curioso

—Te propongo que terminemos la cena de ese día aquí en mi casa, me encantaría repetir lo de anoche — le dije y escuche reír del otro lado de la línea

—Esta vez iré más alerta Jen, prepárate —dijo malicioso

Y yo me reí —entonces nos vemos en la noche

Sali feliz a comprar lo que iba a preparar para la cena que esta vez estaba segura que sería todo un éxito. Y por su puesto a preparar mis armas de seducción.

Fui a buscar mi auto y le conté brevemente a Betty que habíamos aclarado las cosas y estábamos en plena sintonía. Y ella estaba feliz.

Luego me dirigí a comprar cosas al supermercado para una cena liviana pues esperaba mucha acción después. Vino y otras cosas.

Y me detuve en una tienda de lencería, me ganó la curiosidad de ver algún conjunto bonito y provocador.

Vi uno que favorecía mucho el tono de mi piel y lo compré.

Justo al lado había una tienda de ropa para bebés, encontraba la ropa tan bonita. Pero no tenía caso seguir mirando.

Tampoco podía quejarme, ahora que tenía trabajo estable, una pequeña casa que se veía cada vez más bonita, y un hombre que de verdad me deseaba y me veía hermosa, no necesitaba nada más.

Incluso la compañía de Ethan mi hijo postizo completaba mi vida. Era tan atento y amable.

Lo único que veía complicado es que Norman y Ethan terminaran por llevarse bien. Que Ethan viera que Norman en realidad era un buen hombre y que Norman viera a Ethan como lo veía yo, solo un chico solitario buscando una familia con la cual compartir algunos momentos.

Por la tarde me di mi tiempo para aprovechar una oferta que había en un spa, daban masajes, hidrataban la piel. Por un precio más que accesible salías completamente relajada, con una piel suave y más bella, pues tenían servicio de peluquería.

Aproveché mi tiempo para consentirme y olvidar el mal rato de la mañana, quería estar descansada y sin preocupaciones.

Miraba a las otras mujeres y al parecer todas estaban en mí mismo plan, prepararse para alguien importante en sus vidas. En mi caso un hombre que me devolvía mi dignidad de mujer. Con el solo hecho de tener intenciones de cosas serias conmigo, y no pensaba en el matrimonio ya estaba por sobre esas mentiras. El solo hecho de que de verdad me deseara me hacía sentir hermosa.

Llego la tarde y tenía todo preparado para que esta vez la cita fuera todo un éxito.

Una mesa hermosa, unas sabanas suaves al tacto y mi conjunto de ropa interior infartante. Y no podía faltar un corto y sugerente vestido que dejaba ver mis piernas y mi espalda desnuda, ni hablar que esta vez lo que menos me preocupó fue cubrir o disimular el tamaño de mi trasero.






Divorciada y secuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora