El regalo Parte 19

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Tras unos días más que pasaron, ni se calcular cuantos

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Tras unos días más que pasaron, ni se calcular cuantos. Mi vida se había vuelto una pesadilla de la que no podía despertar. Incapaz de correr por las cadenas y las drogas con las que me sometía Ethan, y aunque me cansé de llorar y suplicarle que me soltara, seguía empecinado en tenerme bajo su control.

Esa tarde llegó con varias maletas con ropa y un montón de cajas y se veía por demás feliz.

Me dijo que dejaría la universidad por un tiempo para estar más conmigo.

Me tenía encadenada a la mesa, que decoró como una cena romántica y me dijo que después de comer me tenía un regalo.

Comí en silencio, pero me costaba, creo que de tanto medicamento que me inyectaba me afecto el estómago. Me sentía mareada todo el tiempo y con náuseas. Hasta vomité varias veces. Me preguntaba cuando terminaría todo esto.

Hasta ahora no me había hecho daño físico pero el encierro y la situación me afectaban cada vez más.

Subimos a la habitación y sacó de una bolsa un test de embarazo y lo quedé mirando extrañada.

—Ve al baño y haces la prueba — me dijo Ethan

—Ethan jamás he podido tener hijos, tú lo sabes — le dije

—Solo ve — me ordenó serio

Realicé el test y el entró para esperar ver conmigo el resultado.

Y creo que se me fue el efecto del sedante de la impresión. El test de embarazo dio positivo.

—No entiendo; ¿entonces no soy estéril? — dije completamente desconcertada

—Te realicé un proceso de fecundación, con uno de tus óvulos ya listo. — dijo él

—¿Cuándo? — dije incrédula, luego recordé esos días en que sentía los mismos síntomas de la anestesia. Y cubrí mi boca en asombro, me embarazó, ese era su regalo.

Estaba paralizada, todavía me costaba creer todo lo que ese joven con cara de niño inocente era capaz de hacer.

—¿No me vas a preguntar quien donó el esperma? — y rio victorioso

Cuando pensé que mi situación no podía ser peor, me enteré que estaba embarazada de mi secuestrador con edad para ser mi hijo y al que hasta hace poco de verdad consideraba como tal.

Sentí frio como si mi presión sanguínea estuviese bajando como montaña rusa y creí que en cualquier momento me iba a desmayar.

Ethan me cargó en sus brazos y me llevo a la cama.

—¿Que acaso no estas feliz? ¿No es lo que buscaste por tanto tiempo? ¿O te sientes mal porque el padre sea yo? — me preguntó enojado

Yo solo lo miraba y no quería creer que Ethan me hubiera embarazado. Y no pude evitar llorar.

—No tienes idea todo lo que me ha costado hacerte este regalo Jen y me molesta que no estés feliz. ¡Deberías estar saltando de alegría y por lo menos darme un beso en agradecimiento y solo te pones a llorar! — dijo indignado

Se paseaba de un lado al otro mirándome con rabia.

—¡Que más tengo que hacer para complacerte Jen! — me gritó enfurecido y su cara se puso roja.

Después de un rato me miró fijo y sus ojos ya no eran los de un joven inocente.

—¿Parece que contigo lo único que funciona es el sexo no? — y comenzó a sacarse la ropa

Cuando estuvo completamente desnudo empezó a tironear y quitarme la mía.

—¡No Ethan!, recuerda que tú y yo somos madre e hijo, eso hemos sido siempre, ¡por favor! —pero no me escuchó. Y ya no me trató con el respeto de antes, ni con la dulzura de un hijo, recorrió mi cuerpo y entró en mi con el deseo de un hombre, descargándose de todo lo que al parecer deseaba hace tiempo y tenía muy bien planeado.

Después de haber tenido un orgasmo todavía estaba sobre mí y me dijo;

—Ahora vamos a ser una familia, acostúmbrate Jen. Quiero que disfrutes cuando te toque igual que lo hacías con Norman. No aceptaré menos que eso. No me obligues a ser malo contigo. —me amenazó

Y no pude evitar preguntar entre lágrimas

—¿Por qué yo Ethan, porque no elegiste a otra mujer?

—Porque te pareces mucho a mi madre, a ella no podía amarla de esta manera estaba mal. Pero tú no me pariste, lo que tenemos nosotros si está bien. Y me gusta que me quieras como una madre y yo pueda tenerte como una mujer.

Recién en ese momento me di cuenta que sus padres lo alejaron por su desviación sexual. Deseaba intimar con su madre, pero no podía.

Y conmigo podía dar rienda suelta a sus fantasías. Y hasta tener hijos. Y planificó todo tan bien que me tenía desnuda en su cama, después de haber tenido un orgasmo conmigo y hasta me embarazó.

Su fachada de joven inocente y desvalido fue solo el anzuelo para hacerme caer. Me atrajo hacia él con mi punto más vulnerable, el deseo frustrado de ser madre.

Y me di cuenta también que el que me observaba en la oscuridad era él. De alguna forma vio todo lo que hice en mi casa porque tras haber descansado un rato me hizo repetir la misma pose que hice con Norman.

Desnuda sujetándome al respaldo de la cama y acariciándome y tomándome de la misma forma.

Pero obligada de esta manera me era imposible sentir excitación, y los gemidos no eran de placer sino de dolor.

—Vamos a repetirlo una y otra vez hasta que tengas un orgasmo, más vale que te concentres Jen o la pasarás mal. —dijo después de haber disfrutado su segundo orgasmo de la noche.

Me volvió a poner las cadenas y se durmió junto a mí.

Divorciada y secuestradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora