Divorciada y secuestrada

Aclarando las cosas Parte 12

No lograba acertar meter la llave en mi puerta, el tequila me pegó demasiado fuerte.

Norman abrió y encendió las luces.

Me senté en el sillón, tenía los pies cansados, realmente bailé mucho con los vecinos.

Norman se sentó a mi lado. Y comenzó a hablarme.

—Betty me contó lo que sufriste con tu ex marido. Y puedo entender que te decepcioné en nuestra primera cita, pero no he podido decirte por qué Jen.

Suspiró fuerte y como que tomó valor para decir algo que le incomodaba mucho.

—Esto es vergonzoso de decir, pero la razón por la que estaba tan raro es porque al verte tan hermosa con esa ropa me emocioné demás, no sé si me entiendes. Realmente estaba incómodo y no quería que me vieras así. Que esa fuera tu primera impresión, un hombre adulto que no tiene autocontrol.

No pude evitar pensar en voz alta y sencillamente solté lo que pensaba.

—¿Entonces no era que no te gustaba, si no que tenías una erección?

Y él se puso rojo de vergüenza.

—¿Y eso que tiene que ver con que te comportaras como un acechador? —le pregunté frunciendo el ceño

—Trataba de saber más acerca de ti, si después de divorciarte estabas viendo a alguien más, quería saber si podía tener algo serio contigo. —respondió

—Ósea que crees que soy el tipo de mujer que anda con dos hombres a la vez, ¡gracias! — dije sarcástica

—No Jen, me costaba creer que una mujer como tú no tuviera a nadie mas

—No te entiendo; ¿cómo que una mujer como yo? — dije molesta

—Veo como superaste tu dañino divorcio, como te relacionas con la gente, le caes bien a todo el mundo, tu gusto por los niños, y ese cuerpo que tienes Jen; ¿o me vas a decir que no ves a otros hombres mirarte con deseo? — me preguntó

—La verdad no, el único hombre en mi vida que alguna vez me miró con deseo fue el estúpido de mi ex y en cuanto me volví mayor me sacó de su vida a patadas. Me dejo literalmente en la calle. Así que no.

—Entonces quizás no te das cuenta, pero ese enorme trasero que tienes es difícil de ignorar. — dijo otra vez mirándome serio

—¿A quién le mandabas mensajes ese día mientras esperaba a que te dignaras a mirarme? — me acordé

—Le pedí a un amigo, que averiguara si tu proceso de divorcio ya había concluido, que ya con él no había vuelta atrás — dijo honesto

—Por lo que se eso es ilegal, no puedes andar investigándome, no soy un delincuente. ¡Vez que tengo razón en decir que te comportas como acechador! — dije molesta

—Lo se Jen, meto la pata a cada rato — y se tapaba su cara con sus manos

—Si Norman, eres demasiado torpe. ¿Cómo lograste casarte?, ¿la drogaste? —dije sin pensar

—¡No Jen! ¡cómo se te ocurre! ¡Como puedes pensar tan mal de mí! — dijo molesto

—Disculpa no debí decir eso, fue demasiado tequila —me arrepentí

—Bueno y ya que estamos hablando tan abiertamente, ¿qué pasa con Ethan? — dijo sospechoso

—¿Qué tiene que ver Ethan en esto? —lo miré frunciendo el ceño

—Que los vi felices ese día, que es un rubio, de ojos celestes, atractivo, casi de mi estatura y mi contextura física y te miraba feliz. ¿Y dices que nadie anda interesado en ti? — dijo con tono celoso

—Él es mi hijo postizo. — respondí

Entonces el largó una carcajada entremezclada con un ápice de rabia.

—Pero ¡qué dices Jen! ¡él es un hombre no un niño! ¿que no te das cuenta? — dijo molesto

—Ahora el que piensa mal eres tú. Ese chico está solo en el mundo y desde que me conoció solo me ha tratado como a la mamá que le hace falta. No existe ningún resquicio de deseo sexual. Así que muérdete la lengua antes de hablar. — me enojé

Al rato me sentía agotada de tanto bailar y todavía estaba mareada. Me paré y me fui a duchar a ver si se me pasaba. Luego me seque y me puse mi bata, me lave los dientes y me fui a acostar.

De pronto entra a mi habitación Norman.

—¿Que pasó Jen?, estábamos hablando — dijo Norman desconcertado

—Disculpa se me olvido que estabas aquí, trataba de despabilarme del tequila — dije somnolienta

Se acercó a la cama y se sentó a un costado y me preguntó.

—¿Me darás otra oportunidad para empezar de nuevo a conocernos? — me mira atentamente

Y me puse a pensar, que ya que le gustaba y no era por petición de Betty que salió conmigo estaría bien.

—Veamos primero si tenemos química, no voy a volver a perder mi tiempo — y lo acerqué a mi para besarlo, tironeándolo de su ropa.

Y si teníamos química, se sintió muy bien sus besos. Y sentí con mis manos sus músculos. De verdad que era sexy este policía.

Luego de un rato se separó de mis labios.

—Voy a darte tu tiempo Jen, no voy a presionarte — dijo Norman respirando agitado

—Al diablo las reglas Norman, estoy harta de tanto protocolo. Ya lloré más de un año por un tipo que no valía nada, el otro día lo vi de lo más feliz con su amante embarazada. —dije harta de soportar las reglas sociales

Me levanté y arrojé las frazadas a un lado y comencé a quitarle su ropa, mientras el me miraba con asombro.

Quitaba su chaqueta y me detuve a sentir su perfume que me encantaba, no dejaba de respirarlo mientras desabotonaba su camisa.

Cuando su torso estuvo desnudo me di cuenta de lo atractivo que era, más de lo que dejaba ver la ropa, y me nació acariciarlo. Su respiración se hacía más agitada. Era verdad que yo le gustaba.

Y me besaba apasionadamente mientras comenzó a recorrerme bajo la bata.

Lo escuche gemir mientras acariciaba y apretaba mi trasero acercándome más a su cuerpo.

Comencé a quitar su pantalón y era verdad que su erección era un hecho difícil de ocultar.

Además de David solo había tenido la oportunidad de ver a otro hombre desnudo, a Norman, ver su sexo justo frente a mí. Y no pude evitar compararlos. Hasta en este detalle a mi ex esposo le faltaba hombría y lamenté haber perdido tantos años de mi vida con él.

Con más ganas me entregué a Norman, en realidad con el divorcio solo veía mejoras en mi vida.